El 24 de diciembre de 1914 los solados luchaban en plena guerra. Pero ese día dejaran las armas para jugar al fútbol. Un momento histórico de confraternización donde el fútbol estuvo presente. Desgraciadamente, no supuso el fin de la guerra, pero si fue un ejemplo para la historia. 

Durante la primera mitad del siglo XX, Europa fue escenario de dos cruentas guerras mundiales. Dos contiendas bélicas que supusieron la muerte de millones de personas. En aquellos trágicos días, la confraternización entre personas, pueblos y países apenas afloró. Sin embargo, un día la barbarie, el odio y la muerte dejó paso a la fraternidad. Aquel día fue el 24 de diciembre de 1914.

La I Guerra Mundial apenas había comenzado unos meses antes. El 28 de junio de 1914 fueron asesinados en las calles de Sarajevo, el heredero de la corona del Imperio austrohúngaro el archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa Sofia Chotek. Aquel impactante atentado provocó el inicio de una guerra en la que se vieron involucradas todas las grandes potencias industriales y militares de la época.

En un bando se alinearon los aliados, naciones como Francia, Reino Unido y Rusia. Frente a ellos el Imperio Otomano, Alemania y el extenso Imperio Austrohúngaro. Los enfrentamientos bélicos comenzaron en aquel verano de 1914. Ambos bandos creían en un victoria rápida y efectiva. Pero pronto, Europa se dio cuenta que la contienda seria duradera. Las trincheras se estabilizaron y dos inmensas zanjas dividieron kilómetros de campo de batalla. Apenas cuarenta metros separaban un bando del otro.

El 24 de diciembre de 1914, víspera de Navidad, los alemanes decoraron sus anegadas trincheras con árboles iluminados. En ambas trincheras y por toda la longitud del frente empezaron a surgir gritos de la tropa reclamando tregua.

El 24 de diciembre de 1914, víspera de Navidad, los alemanes decoraron sus anegadas trincheras con árboles iluminados. En ambas trincheras y por toda la longitud del frente empezaron a surgir gritos de la tropa reclamando tregua. Soldados alemanes y austriacos salieron de sus zanjas. Los británicos y franceses no dispararon. Espontáneamente estaba surgiendo la tregua de Navidad. De repente, combatientes que el día anterior se disparaban comenzaron a compartir cigarrillos y charlas humanas.

Los británicos aprovecharon aquella calma tensa para pelotear con un esférico de cuero. Entonces y de forma espontánea el frente se convirtió en un inmenso campo de fútbol. Los austriacos y los alemanes se unieron al peloteo. Aquel 24 de diciembre de 1914 la estepa europea en vez de bañarse de sangre se llenaría de regates, paradas y goles. La confraternización de seres humanos, más allá de la guerra, se materializó jugando al fútbol. Un deporte de unión, que por unos días hizo sentir a angustiados soldados que la paz estaba en sus manos.

Foto A la contra

Aquella tregua de diciembre duro un día en algunas partes, en otras llegó hasta fin de año y en otros lugares no se volvió a disparar hasta febrero de 1915. El fútbol había dado paso a la confraternización. Aquel juego que nació en Inglaterra y que había sido abrazado en todo el viejo continente estaba cambiando ríos de sangre por senderos de paz.

Aquellos partidos no debieron ser sencillos. Cuentan las crónicas que jugaron treinta contra treinta. Realmente el número de jugadores era lo de menos. Terrenos irregulares en pleno campo de batalla. Repleto de obstáculos, congelados, embarrados y atestados de restos de sangre. Con un terrible hedor a muerte en la atmosfera. Sin embargo, nada detuvo a aquellos soldados que querían volver a sentirse libres y en paz.

El fútbol había dado paso a la confraternización. Aquel juego que nació en Inglaterra y que había sido abrazado en todo el viejo continente estaba cambiando ríos de sangre por senderos de paz.

Aquella tregua de Navidad supuso un acontecimiento histórico sin precedentes. Soldados que se habían estado matando entre si durante meses, salieron de sus trincheras para buscar un resquicio de humanidad entre el horror de la Guerra. Compartieron simples partidos de fútbol. Humanizaron con una pelota el infortunio de mundo que les había tocado vivir.

El fútbol en muchas ocasiones a lo largo del siglo XX ha sido el reflejo de las peores miserias del ser humano. Violencia sectaria de unos contra otros. Pero no podemos olvidar que es el deporte mas universal de todos. Cuando dos desconocidos, dos enemigos, quieren confraternizar suelen terminar jugando al futbol. La tregua de Navidad de 1914, en plena guerra mundial, fue un claro ejemplo de ello.  Siempre habrá un balón en la trinchera.

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