Aviso: Este artículo es parcial y sectario. Puede esconder algunas verdades, pero es eminentemente subjetivo. En definitiva, muy antimadridista

Los que crecimos adorando la saga galáctica de George Lucas antes que el imperio Disney se lanzara a prostituirla, siempre teníamos debilidad por algunos episodios; en mi caso son el III y el V. Los dos son un tanto contra culturales: en ellos los villanos, aunque sea de forma momentánea, triunfan. El gallardo Anakin se convierte en Darth Vader y luego este último revela a Luke su terrible secreto, captura a Han Solo y parece poner en jaque a la rebelión. Luego la cosa se endereza es cierto, pero son dos de las entregas más intensas y brillantes del cine de aventuras de todos los tiempos.

Los que vemos al Real Madrid como el ogro a batir, vivimos un tiempo en que la sensación es que el emperador Palpitane aplasta definitivamente a los insurrectos, o Sauron consigue corromper a los hombres para siempre con los anillos. Esperamos que no puedan repetir los milagros a los que han acostumbrado, que no sigan torturando a rivales con victorias que ni ellos mismos se explican, que dejen de engrosar su palmarés de Champions hasta parecer que se trate más de un trámite que la máxima competición continental. Vana espera. Sus finales son siempre James Bond, tras sortear numerosos y hasta rutinarios peligros siempre se queda con el pivón.

Siguiendo con los símiles cinematográficos cuentan que allá por los años 70 el prometedor guionista Robert Twone le entregó al mandamás de la Paramount, Robert Evans, un guión inmenso que nadie entendía llamado “Chinatown”. ¿Es que ocurre en Chinatown?, preguntó Evans. No-contestó el guionista- “Chinatown, es un estado de la mente”. La Champions es algo muy parecido. Hay que ser muy rico y muy bueno para ganarla, pero está sometida a tantas variables que ha hecho que su dominio inaccesible a muchos equipos destinados a ella, que no salen de su frustración. Basta un resbalón, una mala decisión, un despiste defensivo, un cambio que no sale bien, una decisión arbitral en contra, un acierto puntual del contrario para quedar fuera de la misma. Si un equipo hace que todas esos factores siempre le favorezcan huele más a pacto con el diablo que a una exitosa planificación deportiva. El reinado del mal en definitiva.

Si un equipo hace que todos los factores tangenciales siempre le favorezcan huele más a pacto con el diablo que a una exitosa planificación deportiva.Porque que te ganen desde el juego puede revertirse, pero que se haga desde la cabeza es mucho mas peligroso.

El fútbol moderno ofrece aspectos bastante inexplicables. Hay entidades que gastan sin freno para vivir un ridículo casi continuo (Manchester United desde hace una década y recientemente Chelsea), otras que tienen el dinero por castigo y que no alcanzan nunca lo que les tendría que caer por su propio peso (PSG), clásicos en profunda decadencia (Juventus) y equipos que se empeñan en auto destruirse de forma continua como el Barça, que con un equipo de ensueño (Messi, Suarez, Neymar, Alba……) inició una sucesión de ridículos europeos sin precedentes y que podría estudiarse en las Facultades de Económicas como ejemplo palmario de cómo conseguir arruinar a una de las entidades que más dinero recaudan en el planeta. Hay proyectos deportivos exitosos como el City, pero de las tres veces que tenía que haber eliminado al Madrid con cierta claridad ha caído en dos. Hay más dinero que en ninguna otra época, pero se utiliza peor que nunca.

Entre tanto barullo un tanto ilógico el Real Madrid ha creado una dinastía que no se sustenta tanto en la superioridad en el campo, como en su dominio psicológico de los rivales. Solo desde este último pude entenderse la sucesión de errores infantiles de contrarios que le tienen una y otra vez contra las cuerdas y no lo rematan. En todas las ocasiones en las que el rival se adelanta en el marcador el run run de todos los aficionados es que el portero rival hará un pifia inexplicable, el entrenador contrario cambiara a quien no debe o hasta puedan sacar al campo a cualquier taquillero que seguramente marcará el gol de su vida. Dicho y hecho. Ni si quiera cabe el consuelo que los del pito casi siempre le favorezcan en los momentos decisivos; forma parte de un ecosistema tanto con las cantadas de los cancerberos. Las dinastías se suelen basar en una superioridad aplastante de un equipo que tiene fecha de caducidad por una mera cuestión biológica, pero cuando se fundamentan en que a cara o cruz, siempre al mismo le sale cara, la cosa se pone chunga de verdad. Porque que te ganen desde el juego puede revertirse, pero que se haga desde la cabeza es mucho mas peligroso.

Ganar la Copa de Europa debería ser algo muy difícil. Para hacerse una idea leyendas como Dino Zoff, Giani Buffon o Lottar Mattaus nunca lo hicieron. Como ellos decenas de nombres ilustres. Hay jugadores del Madrid que el 1 de junio probablemente llevarán seis. A este paso el máximo premio del futbol europeo se va a convertir en un Trofeo Bernabéu un tanto renovado. Y en unas semanas espera la llegada de Mbappe. Las perspectivas no pueden ser mas siniestras. En un fútbol estratificado y desigual como el europeo se puede aceptar malamente que las competiciones de la regularidad sean casi siempre para los mismos, los que manejan la pasta en realidad. Es algo inevitable, por mas que duela. Pero que la competición con la que todos sueñan sea un cuasi monopolio es aún mas trágico que esa amenazante Superliga que Florentino anhela. Y háganse a la idea: los grupos clasificatorios raramente le suponen una molestia, el cruce de octavos ante el segundo clasificado de otro, no es fácil que le eche fuera y al llegar a cuartos de final ya casi todo el mundo presiente lo que va a ocurrir. A este paso la Champions va a provocar en los aficionados madridistas las mismas sensaciones que la última Liga que han ganado, las que cualquiera tendría tras levantar el Trofeo Colombino o un triangular de verano en Los Angeles.

Ganar la Copa de Europa debería ser algo muy difícil. Para hacerse una idea leyendas como Dino Zoff, Giani Buffon o Lottar Mattaus nunca lo hicieron. Como ellos decenas de nombres ilustres. Hay jugadores del Madrid que el 1 de mayo probablemente llevaran seis. A este paso el máximo premio del futbol europeo se va a convertir en un Trofeo Bernabéu un tanto renovado.

Si el Dortmund no lo remedia el Real Madrid solo habrá perdido dos partidos en toda la temporada; ambos contra el Atlético de Madrid, quizá el peor de la era Simeone. ¿Motivo de esta anomalía?. Desde la llegada del argentino el rival cree que puede ganar y hasta lo hace con relativa frecuencia. Desde la cabeza ha sido capaz de competir en duelos directos. Es precisamente lo que de falta a los rivales europeos, la élite del futbol mundial; no se ven capaces de revertir una dinámica que nadie explica. Los alemanes llegan como cenicienta y presumible víctima. Representan lo contrario a esa aristocracia del dinero que siempre fracasa ante los blancos; son clase media alta, sufren la embestida permanente de los grandes de Europa que les priva de los talentos que con esfuerzo reclutan (Haaland y Bellingam sin ir mas lejos), el año pasado perdieron la Bundesliga de forma cruel. Pero en ellos está puesta la esperanza del futbol europeo. Una nueva esperanza, como en el Episodio IV.

1 thought on “Cuando lo que algunos consideramos el Mal triunfa…..y no se atisba salida facil

  1. De este artículo tan original como brillante -entre lo cinematográfico y lo futbolístico, entre lo filosófico y lo metafísico- se destila una verdad perturbadora: muchas veces el mal gana o, como mucho, empata con el bien.

    Como dice mucho mejor dicho su autor, lo inexplicable y casi lo paranormal se repite año tras año en esa competición (digno de estudio por parte del gran Iker Jiménez). La impotencia de lo inevitable se refleja en curtidos jugadores, a los que les fallan piernas y cerebro, aunque tengan el partido de cara. ¿Por qué?

    Hace unos días un pintoresco tertuliano televisivo, madridista fanático, berreaba repitiendo, entre convulsiones histéricas, que Dios es del Real Madrid. ¡Que va ser…! Dios siempre quiere que David venza a Goliat. Pero no le hace el trabajo; David tiene que luchar.

    Al contrario, es el diablo quien tiene cuernos como los vikingos. Y ya se sabe que viste de Prada; pero también de blanco, sea en Chamartín, sea en el Vaticano.

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