Rusia ha comenzado la invasión de Ucrania. Un país que ya sufrió la miseria que acompaña a la guerra. En 1942, durante la II Guerra Mundial, en Kiev se jugó el conocido como partido de la muerte. Recordamos aquel evento como muestra de lo peor que puede traernos una nueva guerra.  

Una crisis financiera a escala mundial, una terrible pandemia que ha provocado la muerte de millones de personas en el mundo y ahora una guerra. La última década que nos ha tocada vivir ha estado repleta de sobresaltos difícilmente imaginables al comenzar el siglo XXI.

Paradójicamente en 1992, el politólogo estadunidense Francis Fukuyuma expuso una polémica tesis llamada el “Fin de la Historia”. En sus propias palabras, el profesor de Ciencias Políticas decía “El fin de la historia significa el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas”.

Treinta años después de la publicación de esta tesis, en 2022, Rusia ha iniciado un ataque masivo contra Ucrania. Por tanto y desagraciadamente la guerra vuelve, nunca se fue realmente de nuestro mundo. El excesivo optimismo de Fukuyuma no entendió que el conflicto es parte inherente al ser humano. La actividad económica es capaz de satisfacer muchas necesidades, pero es inútil tratando de anestesiar las pulsiones conflictivas que anidan en los seres humanos.

Rusia y Ucrania viven en un conflicto constante desde hace décadas. En 1991 se disuelve la Unión Soviética. De aquellos escombros surgirán quince repúblicas independientes, una de ellas será Ucrania. Desde su independencia los gobiernos de Kiev han buscado acercamientos a las esferas de influencia europea, intentando dejar atrás el influjo ruso.

Rusia y Ucrania viven en un conflicto constante desde hace décadas. En 1991 se disuelve la Unión Soviética. De aquellos escombros surgirán quince Republicas independientes, una de ellas será Ucrania. Desde su independencia los gobiernos de Kiev han buscado acercamientos a las esferas de influencia europea, intentando dejar atrás el influjo ruso.

En 2008, Ucrania recibe la invitación formal para formar parte de la OTAN. Esta invitación se percibió como una amenaza por parte de Moscú. En los últimos años la Alianza Atlántica había incorporado a su organización a las Republicas Bálticas, miembros de la extintita Unión Soviética, además de antiguos firmantes del Pacto de Varsovia como Polonia, Republica Checa, Hungría o Bulgaria entre ortos. La expansión de la OTAN hacia el este de Europa generó en  Rusia la idea de estar siendo arrinconada en la geopolítica europea.

En 2013, el gobierno ruso forzará a Ucrania a suspender el acuerdo de asociación con la Unión Europea que Kiev estaba a punto de firmar. Los ucranianos con tendencias europeístas comienzan movilizaciones en las calles revindicando un futuro ingreso de Ucrania en la Unión Europea. Este movimiento se conocerá como el Euromaidan. En febrero de 2014 las manifestaciones serán reprimidas con extrema violencia, provocando incluso la muerte de cien personas. Para muchos analistas este es el origen real de la guerra que hoy libran los ejércitos ruso y ucraniano.

Manifestación en Kiev durante el Euromaidan

En este contexto, Rusia aprovechará el descontento para anexionarse la Republica de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol en el sur de Ucrania. Enclaves con población mayoritariamente rusa. Pero estos territorios no son los únicos en Ucrania donde la mayoría étnica es rusa. Al este del país, en las regiones de Donbas y Lugansk la población rusa comienza a organizar y articular movimientos separatistas. No dudan en recurrir a las armas para conseguir la independencia. El Kremlin apoyará económica y políticamente estos movimientos.

El gobierno ucraniano ante las constantes injerencias rusas solicita de nuevo su ingreso en la OTAN. Una medida pensada para amedrentar al gigante ruso. Europa se limita a exigir soluciones pacíficas al conflicto. Mientras el Kremlin exige por escrito que la OTAN no se extienda hacia sus áreas de influencia, Ucrania principalmente. En los últimos meses, Rusia comenzó una movilización masiva de tropas en la frontera ucraniana y en territorio de su aliado, Bielorrusia. EEUU, Reino Unido y la Unión Europea comienzan una intensa pero frágil actividad diplomática para evitar un conflicto armado. Un esfuerzo inútil visto los últimos acontecimientos.

El Kremlin, y a pesar de la presión diplomática no detuvo su ofensiva en Ucrania. En febrero de 2022 reconoce la independencia de las regiones de Donbas y Lugansk. EEUU y la Unión Europea responden imponiendo duras sanciones económicas a Rusia. Sanciones infructuosas porque en la madrugada del 24 de febrero de 2022 el ejército ruso ha comenzado un ataque masivo contra Ucrania. Una acción humanitariamente catastrófica que además supone una violación flagrante de la legalidad internacional.

Tanque ruso

La guerra que comienza es una desgracia para el mundo y especialmente para los ucranianos que vivirán en sus pueblos y ciudades el reguero de mezquindad que dejan los conflictos armados.

Posiblemente Ucrania vivirá de nuevo años de barbarie. El pueblo ucraniano es consciente de lo que le espera. Durante la II Guerra Mundial, la Alemania Nazi, invadió la Unión Soviética. El 19 de septiembre de 1941 las tropas del Tercer Reich, con la ayuda de sus aliados rumanos y húngaros tomaron Kiev. Millones de vidas se perdieron durante aquella ocupación. Los ucranianos vivieron una espiral de sangre y destrucción. La población judía del país sufrió las consecuencias más terribles del Holocausto.

En los años de ocupación alemana, se jugará en Kiev un partido de fútbol que ha pasado a la historia del deporte. Es el conocido como el partido de la muerte. Acontecimiento que tiene mucho de leyenda y algo de realidad histórica. Aquel partido se disputó. Pero la narrativa ha exagerado y reinventando la historia para construir una épica deportiva de resistencia patriótica.

La leyenda habla de un partido disputado en Kiev el 9 de agosto de 1942 entre un equipo formado por soldados alemanes y otro por jugadores autóctonos. Las autoridades soviéticas construyeron un relato enfatizando el heroísmo de la población contra los invasores nazis.

La leyenda habla de un partido disputado en Kiev el 9 de agosto de 1942 entre un equipo formado por soldados alemanes y otro por jugadores autóctonos. Las autoridades soviéticas construyeron un relato enfatizando el heroísmo de la población contra los invasores nazis. Los futbolistas alemanes eran todos miembros de las SS. Los rivales autóctonos, como no podía ser de otra manera, eran un grupo de valientes patriotas comunistas que no se dejaron ganar por el invasor. Incluso a sabiendas de las terribles consecuencias que provocaría su victoria. Las represalias por el triunfo fue el fusilamiento tras el partido de aquellos valientes jugadores todavía vestidos de futbolistas.

La leyenda así contada no dejaba espació a supervivientes de aquel partido. Pero la realidad es que existieron, es el caso de Makar Goncharenko. Aquel partido se disputó, se jugó, pero no estuvo impregnado de tanta épica como contaron las autoridades soviéticas.

 

Desfile de celebracion de la ocupación nazi de Kiev

La invasión nazi provocó una terrible represión en la ciudad de Kiev. Pero nunca se dejó de jugar al fútbol. De hecho, en la primavera de 1942 se organizó un campeonato en la capital ucraniana. Dicho torneo estaba compuesto por equipos con jugadores ucranianos, el Ruckh y el Start. Equipos de soldados rumanos y húngaros. Y como no podía ser de otra manera, un equipo alemán, denominado Flakelf, formado por miembros de la Luftwaffe y no de las SS como decía la leyenda.

El Ruckh estaba compuesto por ucranianos simpatizantes de Adolf Hitler, mientras que el Start lo formaron antiguos jugadores del Dinamo de Kiev. El Start fue auspiciado por el empresario checo de origen alemán, Joseph Kordik, gran apasionado del fútbol. Para lograr que los mejores jugadores de la ciudad jugaran en el Star, especialmente aquellos que habían destacado en el Dinamo de Kiev, Kordik les ofrecía empleo en su fabrica de pan. Este fue el motivo por el que Makar Goncharenko, exfutbolista del Dinamo, acabó jugando en el Star.

Alguno de los participantes en el partido de la muerte

El Start se convirtió en el gran dominador de aquel campeonato. Ninguno de los otros equipos conseguía batirle. El 6 de agosto vencieron por cinco goles a uno al equipo del Flakelf, compuesto por el personal de la Luftwaffe. Los teutones, enrabietados, pidieron revancha. Así tres días después, el famoso 9 de agosto de 1942, se disputó un nuevo partido entre alemanes y ucranianos. Este encuentro de fútbol será la base sobre la que se construirá la leyenda del partido de la muerte.

Makar Goncharenko, superviviente del encuentro comenta que en los días previos sintieron temor por volver a ganar y humillar a los alemanes. Los arbitrarios y despóticos comportamientos de las autoridades nazis daban sentido al miedo de los jugadores del Star. En aquella época podías ser ejecutado por cualquier motivo.

imagen: Cartel promocional del “Partido de la muerte”

La realidad es que el Star ganó nuevamente al Flakelf por cinco goles a tres. A pesar de que en el descanso un oficial de la Gestapo les advirtió que si ganaban serian castigados. Cierto es que lodos los jugadores del Star fueron detenidos durante la ocupación nazi de Kiev. Sin embargo, aquellas detenciones no estarían relacionadas directamente con la victoria frente al Flakelf. En realidad, cinco días después del famoso partido, el Start volvió a jugar al fútbol y venció por ocho goles a cero al Ruckh.

Las detenciones estaban, más bien, relacionadas con el pasado de los jugadores, exfutbolistas del Dinamo de Kiev, equipo vinculado tradicionalmente a la policía soviética. De hecho, tres jugadores del Star fueron ejecutados por pertenecer al KGB, otros tres fueron enviados al campo de trabajo de Syrets donde no sobrevivieron. Makar Goncharenko, fue detenido, pero consiguió escapar y escabullirse de la represión nazi. Sobrevivió al nazismo y vivió en Kiev hasta la caída de la Unión Soviética. Fue entonces cuando se atrevió a contar su verdad sobre el partido de la muerte.

Aquel partido fue un hecho histórico. Uno de los momentos de fútbol que más literatura ha suscitado. Gracias en parte a la propaganda y a la exageración de la hazaña aquellos futbolistas son considerados héroes.

Aquel partido fue un hecho histórico. Uno de los momentos de fútbol que más literatura ha suscitado. Gracias en parte a la propaganda y a la exageración de la hazaña aquellos futbolistas son considerados héroes. Si bien, muchos de ellos tuvieron un triste desenlace. Pero en el recuerdo quedará haber vencido a los ocupantes alemanes, aunque fuera, en un partido de fútbol.

El partido de la muerte sirvió también de inspiración para la película Evasión o Victoria. Un filme rodado en 1981 y que cuenta con un reparto de lujo. Actores como Sylvester Stallone, Michael Caine y Max von Sydow comparten escena con leyendas del fútbol como Pelé, Osvaldo Ardiles o Booby Moore. Evasión o Victoria es posiblemente la película sobre fútbol más importante de la historia del cine. Aunque inspirada en la hazaña del Star de 1942, es una adaptación para el gran público. La película tiene un final feliz, como todos los largometrajes que se hacían en los ochenta durante la era Reagan.

Rodaje de Evasión o victoria. Foto cultura redonda

En definitiva, la historia del partido de la muerte nos retrotrae a los peores actos de los seres humanos. Una pesadilla que solo puede producirse en épocas de guerra y por movimientos totalitarios. Ucrania ya lo ha padecido en el pasado. Desgraciadamente, los ucranianos, tendrán que convivir de nuevo con la barbarie de un conflicto bélico.

La guerra, la violencia y la imposición solo generan muerte y destrucción. El siglo XX esta lleno de ejemplo de ello. Es descorazonador que en el siglo XXI repitamos los errores del pasado. Ojalá el fútbol ayude a los ucranianos a superar el tormento de estos malos tiempos. Pero como dijo Jorge Valdano “El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes”. No olvidemos que la guerra no es mas que el miedo disfrazado de coraje.

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