Análisis histórico de la Liga Portuguesa, un campeonato pasional y competitivo que para muchos aficionados al futbol en Europa es un gran desconocido.

La afición por el fútbol es uno de los símbolos más categóricos dentro de la ambivalente y fragmentada cultura portuguesa. Funciona como catalizador identitario y como aglutinador de una conciencia colectiva que, a diferencia de otros países mediterráneos como España, no tiene movimientos secesionistas fuertes, pero que carece de un relato cultural colectivo de envergadura.

El inicio del campeonato portugués data de los años 30 y 40 del siglo XX, coincidiendo con el nacimiento de los tres grandes equipos lusos –Benfica, Sporting de Lisboa y Oporto-, verdadera columna vertebral   de la competición

El inicio del campeonato portugués data de los años 30 y 40 del siglo XX, coincidiendo con el nacimiento de los tres grandes equipos lusos –Benfica, Sporting de Lisboa y Oporto-, verdadera columna vertebral   de la competición. La eclosión del futbol portugués a nivel mundial tiene lugar en los años 60 como impulso del Estado Novo Salazarista, coincidiendo con una cierta apertura de su régimen autoritario y una década de bonanza económica, construcción de grandes infraestructuras deportivos y su naturaleza de deporte de masas. Según el autor Ricardo Serrado, el futbol no supuso como muchos opinan, un instrumento propagandístico de la dictadura de Salazar, preocupado por su carácter urbano y popular, y más tendente a promocionar deportes de carácter marítimo –la vela- u otros deportes de equipo como el hockey sobre patines. Sin embargo, a finales de los 60, debido a los éxitos del Benfica y la selección portuguesa con Eusebio como estandarte, el futbol sí supuso un elemento de adhesión al régimen, como éxito de integración, en contraste con la independencia de los últimos reductos coloniales del imperio portugués como Guinea, Santo Tomé y Príncipe o Cabo Verde, entre otras.

imagen: El Águila, símbolo del Benfica

Aunque pueda parecer contradictorio, la identificación del Benfica con el régimen dictatorial, no obedece a la realidad sociológica, pues gran parte de la torcida benfiquista, su masa social y fundadores, pertenecen a las clases populares.  Es más, la revolución de los claveles y la insurrección incruenta de los coroneles, estuvo vinculado a sectores ampliamente simpatizantes con dicho club, lo que le envuelve de un  halo democratizador que le ha granjeado apoyos en todas las regiones del país. Todo lo contrario al Sporting de Lisboa, el otro gran equipo de la capital que surge de la élite lisboeta –financiado por el Vizconde de Alvalade- y que ha estado siempre vinculado a las capas altas de la sociedad. Entre ambos, suman más de cincuenta campeonatos, siendo junto al Oporto con treinta y uno, los monopolizadores de un torneo, donde únicamente Os Belenenses en 1946 y el Boavista en 2001 han sido capaces de alzar el título y amenazar el triunvirato. La excesiva tendencia radial del país, concentrada en su capital y alrededores, como Coimbra o Estoril, dio paso en los años 70 a la pujanza de Oporto como vector de poder regionalista, alcanzando el status de antagonista, y erigiéndose como alternativa al monopolio lisboeta, debido a su pujanza económica, la rivalidad norte-centro y su mayor apertura hacia el exterior por su mayor desarrollo comercial. Fruto de este esplendor del norte del país, la mayoría de clubes de la primera división portuguesa, forman parte del litoral del país a unos pocos kilómetros de la ciudad de Oporto, como el Tondela, Marítimo, Río Ave, entre otros. También en el norte del país, pertenecen equipos como Braga y Guimaraes, equipos de la tercera y cuarta ciudad más importante, pero que aunque poseen competiciones menores –Taca de Liga y copa de la República, no han podido alzarse con el título liguero, algo que contrasta con la competición española, donde varios clubes como el Valencia o Bilbao, entre otros, han logrado levantar este trofeo.

Únicamente Os Belenenses en 1946 y el Boavista en 2001 han sido capaces de alzar el título y amenazar el triunvirato.

 Sin embargo, la devoción casi religiosa hacia el futbol –considerado por autores portugueses como Saramago como la religión laica lusa, hace que en estas ciudades el futbol se viva como un acontecimiento social de primer orden, siendo el derbi entre el Sporting de Braga y el Vitória de Guimaraes, uno de los más pasionales, peligrosos del continente europeo, comparable al derbi romanista entre Roma y Lazio en su faceta sentimental y como competición entre dos ciudades vecinas, que aún no han alcanzado la fuerza necesaria para ser una seria alternativa a los equipos de Lisboa y Oporto.

imagen: estadio José Alvalade

En cuanto a poderío económico-financiero el portugués, en los últimos decenios no puede competir con ligas más pujantes como la española, inglesa o italiana. Sin embargo, el carácter vendedor de los dirigentes de los grandes clubes del país, logra mantener año tras año una competitividad  incólume, gracias a una cantera infinita de donde surgen generaciones continuadas de futbolistas talentosos , en concordancia con el temperamento luso como Futre y Deco, estandartes de los campeonatos de Europa del Oporto en 1987 y 2004, Rui Costa y Tiago, como emblemas del Benfica de los últimos tiempos, o Figo y Cristiano Ronaldo en la cantera del Sporting lisboeta como exponentes globales del futbol portugués.

En cuanto a poderío económico-financiero el portugués, en los últimos decenios no puede competir con ligas más pujantes como la española, inglesa o italiana.

No hay que soslayar el carácter casi mitológico que representa el fútbol dentro de la cultura del país pese a su secularización, como la tan mencionada Maldición de Bela Guttmann, famoso entrenador húngaro que conquistó las dos copas de Europa del club lisboeta en 1961 y 62 y que al no renovarle espetó que el Benfica no volvería a alzar ningún título europeo. 53 años después y tras siete finales consecutivas perdidas, la maldición sigue en pie, siendo como es uno de los clubes más prestigiosos del continente europeo.

imagen: once inicial del Oporto en 2014

Pese a seguir siendo considerada una liga menor –dentro de los circuitos mediáticos y televisivos-, la marcha de insignes veteranos como Casillas al Oporto, proporcionan al campeonato de una mayor atractivo y visibilidad. Un componente que no explica su éxito popular y la proximidad con su gente. En eso radica su grandeza.

Este articulo ha sido escrito por Jaime Brigido Ramirez 

2 thoughts on “Liga Portuguesa: algo más que un campeonato

  1. Preciosa introduccion al futbol portugues
    Este estudio tan completo de la historia futbolistica hace comprender mejor a nuestro vecino mas cercano

  2. Breve, pero a la vez, concisa información de la liga portuguesa. Tan seguida por nuestro queridos amigos, a otro lado de la frontera.

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