Repasamos la evolución histórica del fútbol ruso. Su nacimiento, su desarrollo en la época soviética y los elementos que lo caracterizan actualmente.

La Revolución Rusa, debido a sus transcendentales consecuencias, es considerada uno de los grandes acontecimientos de la época contemporánea.

Los hechos que sucedieron en Rusia durante octubre de 1917 transformaron de arriba a abajo el sistema político y económico del país. Supuso el fin de un imperio de más de trecientos años de existencia y el origen del primer sistema comunista de la historia. Rusia se convirtió en una potencia económica, política y militar, aunque a costa de una enorme represión y de un régimen falto de libertades individuales.

La influencia de la Revolución Rusa sobre el resto del mundo fue enorme y trascendental. Cambió las relaciones internacionales y la geopolítica del mundo. El miedo a un efecto dominó provocó que los países de la Europa Occidental mejoraran exponencialmente las condiciones de sus trabajadores. De forma global los sistemas políticos, el movimiento obrero, las relaciones sociales o las teorías económicas se verán fuertemente influenciadas por los acontecimientos vividos en Rusia. La Revolución de Octubre lo cambió prácticamente todo.

El fútbol, como no podía ser de otra manera, no fue una excepción. Las estructuras estatales que surgieron tras la Revolución de 1917 condicionaron su desarrollo y divulgación. El triunfo de Lenin y de los bolcheviques fraguó una nueva organización política basada en agrupaciones ciudadanas llamadas soviets. La articulación de estas asambleas revolucionarias germinó en la creación de un nuevo estado en 1922, nace la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

El fútbol había aterrizado en tierras rusas antes de la Revolución y de la constitución de la URSS. Concretamente, desembarco a fines del siglo XIX.

El fútbol había aterrizado en tierras rusas antes de la Revolución y de la constitución de la URSS. Concretamente, desembarcó a finales del siglo XIX. Los comerciantes ingleses aparte de mercancías trajeron en sus barcos un nuevo deporte que practicar. En un principio, el nuevo juego fue asunto exclusivo de las clases acomodadas. Sin embargo, en poco tiempo las jóvenes urbanitas se interesaron por la práctica del nuevo deporte.

Rusia era un país poco desarrollado económicamente a principios del siglo XX. La mayoría de la población era campesina y analfabeta. El deporte no se consideraba algo prioritario. El fútbol solo se practicaba en los grandes centros urbanos, Moscú y Petrogrado (actual San Petersburgo). En dichas ciudades y gracias a los ciudadanos ingleses que residían en el país se fundan los primeros clubes de fútbol y se organizan los primeros campeonatos.

La mayoría de los rusos conoció el fútbol después de la Revolución y del nacimiento de la Unión Soviética. El nuevo deporte, que venía de Inglaterra, no tuvo una aceptación inmediata por los revolucionarios rusos. Más bien todo lo contrario, el fútbol era un deporte asociado a los idearios burgueses.

En 1924, dos años después de la creación de la URSS, Lenin muere. Stalin será el nuevo líder. Su llegada al poder provocará una deriva totalitaria y planificadora de las estructuras soviéticas. Como todos los órdenes de la vida soviética, el fútbol será minuciosamente controlado. El rechazo inicial al nuevo deporte desapareció. El fútbol fue “depurado” eliminando toda adscripción de tinte burgués. Los primeros clubes de fútbol, que surgieron a principios de siglo con la llegada de profesionales ingleses, irán desapareciendo. Incluso algunos de ellos serán prohibidos y perseguidos.

El sistema soviético, al igual que la mayoría de dictaduras conocidas, utilizó el deporte en su propio interés. Para los dirigentes bolcheviques el deporte se convirtió en una poderosa herramienta de exaltación ideológica. A través de los éxitos deportivos se intentó proyectar al mundo la construcción de un ser humano nuevo, producto inequívoco del sistema comunista.

El deporte y el fútbol en particular será utilizado por el politburó estalinista para potenciar la competitividad dentro del sistema. La exaltación del esfuerzo fue un instrumento más para potenciar la actividad laboral vigorosa de las clases trabajadoras.   

Partido de Fútbol en Moscu.

El propio Kremlin impulsó el desarrollo del fútbol. La primera Liga soviética se disputó en 1936. La reconstrucción de una Rusia devastada por una cruenta guerra civil, ralentizó mucho la organización de un campeonato oficial. El gran objetivo de los dirigentes soviéticos era que las quince repúblicas que formaban la URSS participaran del torneo. Sin embargo, la temporada inaugural del campeonato solo contó con equipos de Moscú, San Petersburgo y Kiev.

El sistema soviético, al igual que la mayoría de dictaduras conocidas, utilizó el deporte en su propio interés. Para los dirigentes bolcheviques el deporte se convirtió en una poderosa herramienta de exaltación ideológica.

Las autoridades soviéticas favorecieron la formación de clubes de fútbol. La mayoría de equipos van a tener vínculos con estructuras estatales. El fútbol representará a sectores productivos, sindicatos y ministerios.

El Ejército Rojo creó el CSKA de Moscú. El Ministerio del Interior, o más bien la policía secreta (la famosa KGB) tuvo el control de varios equipos como el Dinamo de Moscú o el Dinamo de Kiev.

Con la intención de potenciar la identidad de clase se fomentó la creación de clubes deportivos por parte de los sindicatos. Los trabajadores del ferrocarril crearon el Lokomotiv de Moscú. Los operarios del sector del automóvil fundaron el Torpedo de Moscú. En San Petersburgo los obreros del metal construyeron también su equipo de fútbol, lo bautizaron El Stalinets (equipo predecesor del actual Zenit).

Foto Dynamo de Moscu 1951

Las fábricas e instituciones estatales eran el sustento principal que alimentaba a los equipos de fútbol. Aunque había una importante excepción, el Spartak de Moscú. Ninguna estructura del Régimen soviético tenia vinculación directa con el Spartak. Era el único equipo del fútbol soviético que realmente disfrutaba de un auténtico y profundo sentimiento popular. Su carácter rebelde se refleja incluso en su propio nombre. Se trata de un homenaje a Espartaco, mítico gladiador que se sublevó contra el Imperio Romano.

El Spartak se fundó a principios de los años veinte. Un grupo de jóvenes aficionados al fútbol del céntrico barrio obrero de Moscú llamado Presnya crearon el club. La pandilla de jóvenes futbolistas consiguió, gracias a su esfuerzo y dedicación, dotar al club de sus propias instalaciones deportivas.

Las fábricas e instituciones estatales eran el sustento principal que alimentaba a los equipos de fútbol. Aunque había una importante excepción, el Spartak de Moscú.

Entre los fundadores del Spartak de Moscú destacaban los tres hermanos Starostin. Todos ellos fueron jugadores, entrenadores y dirigentes del club. Las autoridades estalinistas los condenaron a pasar más de diez años en un Gulag. Su mayor delito, competir y alguna vez ganar a los equipos patrocinados por el Régimen.

El Spartak fue originalmente un equipo de barrio, pero con los años se convirtió en una pasión que se extendió más allá de Moscú. Incluso con la disolución de la Unión Soviética, el Saprtak se convirtió en un elemento unificador para las poblaciones de etnia rusa fuera de las fronteras nacionales.

Partido Arsenal contra Spartak Moscu. Estadio de Highbury. Fecha 9 Noviembre de 1954

En los años setenta y ochenta, cuando el Régimen soviético comenzó a mostrar síntomas de agotamiento, el fútbol también jugó su papel. Esta vez desgastando al propio sistema. Muchos territorios que hoy son países independientes como Georgia, Lituania, Estonia, Ucrania o Armenia tuvieron en las gradas de sus estadios de fútbol espacios propicios para la afirmación de identidades colectivas, regionales o nacionales.

En 1985 Mijail Gorbachov se convirtió en el máximo dirigente de la URSS. El nuevo líder soviético decidió poner en práctica reformas destinadas a desarrollar una nueva estructura económica (Perestroika). Sin embargo, dichas reformas fueron incapaces de evitar que las estructuras políticas y el gobierno central de la Unión Soviética se desintegraran en 1991. Las quince Repúblicas que formaban la URSS se constituyeron como Estados Independientes.

La disolución de la Unión Soviética supuso también una nueva era para el fútbol en Rusia. Hubo cuestiones que no cambiaron respecto al régimen anterior. Otras, como no podía ser de otra manera, fueron radicalmente distintas.

La liga de fútbol soviética, era un campeonato plagado de corrupción, apuestas y sobornos. En la década de los noventa la nueva liga rusa seguía siendo terreno fértil para el artificio y la conspiración. En estos últimos años, aparentemente, se ha contralado el arbitraje y el amaño de partidos. Sin embargo, el incumplimiento de contratos, los impagos salariales, la violencia, la intimidación y el racismo hacia los futbolistas son practicas habituales en Rusia.

La disolución de la Unión Soviética supuso también una nuevo era para el fútbol en Rusia.

El cambio más sustancial que puede observarse en el actual fútbol ruso, se encuentra en la propiedad de los clubes. Con la caída del comunismo apareció en Rusia una nueva red empresarial, proveniente en muchos casos de la cultura clientelar soviética. Estos nuevos empresarios se apropiaron de las compañías estatales. En muchos casos invertirán sus ganancias en el mundo del fútbol.

El Spartak de Moscú es hoy propiedad de la empresa Lukoil, la mayor petrolera privada del país. Yevgeni Giner copropietario de la empresa eléctrica más grande de Rusia es el dueño del CSKA de Moscú. Gazprom la mayor empresa de gas de Rusia tiene la propiedad del Zenit de San Petersburgo.

Sin embargo, la gran dificultad del fútbol ruso en los últimos años ha estado en las gradas. El “hooliganismo” ha contaminado desgraciadamente todas las esferas del país. Los grupos de “hooligans” en Rusia aparecieron tras la caída de la Unión Soviética. Su existencia tiene consecuencias nocivas para el fútbol y para el conjunto de la sociedad. Los insultos racistas, homófobos y la violencia son una constante en Rusia. Desafortunadamente en muy pocas ocasiones estos actos conllevan sanciones.

En 2018 Rusia organizó con cierto éxito el Mundial de fútbol. El evento llegó en un momento difícil para el país. Una eterna crisis económica y un desprestigio deportivo debido a los escándalos de dopaje ponían Rusia en una encrucijada.

Exteriores del actual Estadio del Lokomotiv. Homenaje a a los trabajadores del Ferrocarril

La organización del Campeonato del Mundo ha mejorado las infraestructuras futbolísticas del país. Esta modernización puede suponer un impulso de cara al futuro. Desde la caída de la URSS, Rusia no ha contado con una generación de futbolistas capaz de competir con las grandes potencias europeas.

El fútbol ruso, es hoy heredero de su pasado. Posiblemente, el balón de cuero no estuvo presente en las reuniones del Comité Central, ni tuvo quintales de trigo, ni participó en desfiles militares. Si bien, el fútbol es un buen retrato, singular y vivo de las grandezas y de las miserias de una etapa histórica. El fútbol es mágico, en los momentos más oscuros, surge como contrapunto de luz. Un partido de fútbol puede convertirse en un espacio de diversión cuando nos rodea la incertidumbre. Seguramente en Rusia, el balón proporcionó alegrías en época de indecisión.

2 thoughts on “El Fútbol que surgió de los Soviets

  1. Excelente artículo, con datos históricos muy interesantes felicitaciones Luis de verdad cada artículo es una inyección de conocimiento en esta pasión por la esférica.

Leave a comment.

Your email address will not be published. Required fields are marked*