El fútbol aterrizó en Norteamérica en el siglo XIX. Desde su llegada ha vivido momentos de todo tipo. Instantes de regresión, oportunidades de auge y años de euforia. Nos adentramos en el fútbol que ha vivido Estados Unidos durante más de cien años.
El fútbol es el deporte más practicado del mundo. También el más popular. Sin embargo, en Estados Unidos, país que hizo del deporte un espectáculo, el fútbol es percibido como un actor de reparto dentro de la Performance.
Es cierto que el fútbol en Estados Unidos coexiste con peculiaridades que no se encuentran en otras latitudes del planeta. El baloncesto, el fútbol americano o el beisbol son juegos netamente americanos. Deportes nacidos, desarrollados y que han alcanzado su máximo esplendor en Estados Unidos. Esta convivencia podría hacer pensar que el soccer, denominación con la que los estadunidenses se refieren al fútbol, se encuentra en una posición asimétrica dentro del país. Sin embargo, y aunque pueda parecer lo contario, el fútbol es una parte imprescindible de la cultura deportiva americana.
De hecho, Estados Unidos es hoy el referente mundial del fútbol femenino. El soccer es el deporte más practicado por las chicas estadunidenses menores de dieciocho años. Existen multitud de escuelas de formación por todo el país y es un deporte con una fuerte implantación en institutos. Actualmente más de mil seiscientas universidades cuentan con equipos de fútbol femenino. Además, la liga profesional más importante del mundo es la National Women’s Soccer League. En ella juegan la mayoría de las futbolistas de la selección estadunidense. Equipo que ha ganado los dos últimos Mundiales disputados.
Futbolistas como Megan Rapione o Alex Morgan son hoy importantes referentes mediáticos en Estados Unidas. Se encuentran entre las deportistas más influyentes del país y además ejercen un activismo en pro de la igualdad de las mujeres y de colectivos minoritarios.
Pero el arraigo del fútbol en Estados Unidos no se circunscribe únicamente al deporte femenino. En las últimas décadas la expansión del soccer masculino es una realidad en el gigante americano. La Major Ligue Soccer, principal competición de fútbol del país, es seguida por más de un treinta por ciento de los estadunidenses. Incluso la final de la competición en 2018 alcanzó una cifra récord de espectadores. Mas de setenta mil aficionados vieron aquel partido en directo.
Aunque pueda parecer lo contario, el fútbol es una parte imprescindible de la cultura deportiva americana.
Si bien, posiblemente el hecho que mejor refleja la relevancia social del fútbol en Estados Unidos está en la proliferación de escuelas de formación. Estos centros se expanden por todo el territorio. Con cifras similares a los países europeos y sudamericanos. Incluso los grandes equipos de Europa y Sudamérica como Juventus, Boca Juniors, River Plate, Barça o Real Madrid han creado sus propias academias en el país.
Este auge formativo ha provocado la aparición de nuevo talento. Jóvenes futbolistas estadounidenses empiezan a desembarcar en las grandes ligas de Europa. Ejemplos de esta incipiente generación son el jugador del Chelsea, Christaian Pulisic, Sergiño Dest del Barcelona o Weston McKenie de la Juventus de Turín.
La expansión deportiva del fútbol en los últimos años podría hacer pensar que se trata de algo novedoso. Pero realmente en Estados Unidos se lleva jugando al fútbol más de cien años. El soccer llegó a la costa este estadounidense en el siglo XIX. Emigrantes ingleses y escoceses fueron los primeros en practicar fútbol en América. En 1862, en Boston, se fundó el primer equipo de fútbol de los Estados Unidos, el Oneida Football Club. En 1885, en New Jersey, se disputará el primer partido internacional de fútbol fuera de las islas británicas. Estados Unidos y Canadá jugaron un partido para la historia de este deporte.
Un año antes, en 1884, se creó la American Football Asociation, gracias a ello comenzaron a organizarse torneos de fútbol por todo Estados Unidos. A finales del siglo XIX el fútbol ya tenía presencia en casi todo el país. Además, existían estructuras profesionales que potenciaban su desarrollo. Finalmente, en 1913, se creará la Federación de Fútbol de Estados Unidos. Ese mismo año se disputó la primera competición futbolística a escala nacional en el país. Se trataba de la National Chellenge Cup. Torneo copero que sigue vigente actualmente. Aunque con diferente denominación. Hoy se llama Lamar Hunt U.S. Open Cup y la disputan todos los equipos asociados a la Federación de Fútbol de Estados Unidos.
El hecho es que en Estados Unidos, el fútbol, disponía de estructuras estables en los primeros años del siglo XX. Deportes de mayor pedigrí yanqui no lo consiguieron hasta décadas después.
El hecho es que en Estados Unidos, el fútbol, disponía de estructuras estables en los primeros años del siglo XX. Deportes de mayor pedigrí yanqui no lo consiguieron hasta décadas después. La NFL y su fútbol americano no se constituyeron hasta los años veinte y la NBA nació en 1946.
En 1921 se creará la American Soccer League, primer campeonato liguero de fútbol en Estados Unidos. El torneo fue muy popular. En los años veinte se convirtió en la competición con más seguidores tras la liga de beisbol. Sin embargo, La gran depresión y el crac del 29 hicieron sucumbir aquella liga. En 1933 la American Soccer League quebró y desapareció.
A pesar de numerosos e infructuosos intentos Estados Unidos no volvería a tener una liga profesional hasta 1968. Ese año se disputará la primera edición de la North American Soccer League (NASL). Gracias a esta competición los estadunidenses pudieron disfrutar por primera vez del fútbol en televisión. Los años setenta fueron época de euforia para el soccer estadunidense. De la mano principalmente del equipo, New York Cosmos, estrellas del fútbol como Pele, Cruyff, Beckenbauer o George Best acabaron su carrera futbolística en Estados Unidos.
La fuerte pasión que desató el New York Cosmos hizo pensar a muchos que el fútbol iba a convertirse en el deporte principal del país. Pero después de la borrachera llegó la resaca. En los ochenta la NASL quebró y Estados Unidos volvió a quedarse sin liga profesional.
En 1994 el fútbol resurgió de nuevo en el gigante americano. Estados Unidos se convirtió en sede del Mundial de futbol organizado por la FIFA. En este evento, grandes empresas americanas como Pepsi, McDonald´s o Nike tomaron conciencia de la potencialidad del fútbol. El Mundial fue un éxito rotundo. Estadios llenos, instalaciones modernas, retrasmisiones espectaculares. Aquel campeonato dejó la sensación de que el fútbol se había impregnado por completo del concepto “espectáculo” del deporte americano.
Una de las condiciones que impuso la FIFA a la Federación de Fútbol de Estados Unidos para la organización del Mundial fue la creación de una liga profesional en el país. Los estadunidenses cumplieron. En 1996 se disputó la primera temporada de la Major League Soccer (MLS). En aquella sesión inaugural participaron diez equipos.
El fútbol profesional en Estados Unidos no se circunscribe únicamente a la MLS. En realidad, Estados Unidos, tiene un entramado de competiciones futbolísticas complejo. La MSL es la competición más importante.
Veinticinco años después la MLS cuenta con alrededor de treinta franquicias. La mayoría de ellas con estadio en propiedad. En los últimos años la asistencia media llegó a los veinte mil espectadores por partido. Estos datos convierten a la MLS en la tercera liga del país en asistencia media. Solo por detrás de la liga de beisbol y de fútbol americano.
Pero el fútbol profesional en Estados Unidos no se circunscribe únicamente a la MLS. En realidad, Estados Unidos, tiene un entramado de competiciones futbolísticas complejo. La MSL es la competición más importante. En un segundo nivel estaría la USL Championship, liga que podría considerarse como la segunda división del fútbol norteamericano. Por último, en el tercer nivel estaría la USL League One, la competición profesional más modesta del país. Existen otras ligas y otras competiciones, pero todas ellas tienen carácter amateur o semiprofesional.
Este complejo sistema de ligas, no tienen comunicación entre sí. Cada competición es independiente. No hay ni ascensos ni descensos. Si bien, todos los equipos adscritos a la Federación de Fútbol de Estados Unidos, independientemente de su carácter y su competición disputan la Lamar Hunt U.S. Open Cup. Torneo de eliminatorias equivalente a la FA Cup inglesa o la Copa del Rey española. El campeón de la Lamar Hunt U.S. Open Cup representará a Estados Unidos en la Liga de Campeones de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf).
Deteniéndonos en la organización de la MLS, veremos que tiene una estructura competitiva particular. Comparte elementos similares con otras ligas de deportes autóctonos americanos. La competición se divide en dos conferencias, este y oeste. Durante la temporada, los equipos juegan alrededor de cuarenta partidos. La mayoría contra rivales de la misma conferencia, pueden incluso jugar dos o tres veces contra el mismo equipo.
Al final de la fase regular, el equipo que haya obtenido los mejores resultados entre las dos conferencias es declarado campeón de liga, obteniendo plaza para competir en la Liga de Campeones de la Concacaf. El equipo que haya logrado mayor cantidad de puntos en la conferencia opuesta también se clasificará para la Liga de campeones de la Concacaf.
A mitad de temporada se juega el All-Star Game. Un concepto muy arraigado en las grandes ligas americanas. Se trata de un partido de exhibición. En él se reúnen los mejores jugadores del campeonato. Una vez terminada la temporada regular, los siete equipos mejor clasificados de cada una de las dos conferencias disputarán los playoffs. El sistema será de eliminación directa hasta la final. La gran final es el partido más importante del futbol estadunidense. Quien gane se alza con la MSL Cup y es proclamado como mejor equipo del país.
En Estados Unidos el fútbol está fuertemente arraigado. Puede decirse incluso que está plenamente integrado en la cultura deportiva americana.
En los últimos años la MLS se ha convertido en un destino atractivo para jugadores de cierto nivel. Es un hecho que a la liga norteamericana empiezan a llegar estrellas del fútbol a edad más temprana. Sin lugar a duda la MLS es una competición al alza dentro del futbol internacional. Pero posiblemente el campeonato futbolístico con más prestigio mundial en Estados Unidos sea la liga femenina. La mencionada National Women’s Soccer League (NWSL).
La NWSL se creó en 2012. Actualmente la competición tiene diez equipos. Todos ellos poseen infraestructuras de primer nivel. El importante desarrollo en estadios e instalaciones hace que la NWSL sea considerada la mejor liga del mundo. Realmente la NWSL es solo la punta del iceberg del eficaz sistema del fútbol femenino estadunidense.
En Estados Unidos existe una cultura futbolística que apoya a las mujeres. Potencia y mejora sus oportunidades. La base de la formación está en el “High School” y en la competición universitaria. Gran parte del éxito del fútbol femenino en el país viene de su sistema de becas. Anualmente el gasto en becas en el fútbol femenino ronda los sesenta millones de dólares. Con semejante inversión no es de extrañar que Estados Unidos haya vencido hasta el momento cuatro Mundiales de fútbol femenino.
En definitiva, la cultura deportiva de Estados Unidos ha convertido el deporte en un espectáculo. Una visión que abre la puerta para la llegada del “fútbol negocio”. Pero al mismo tiempo está permitiendo a futbolistas, sean hombre o mujeres, alcanzar niveles deportivos cada vez mayores.
En Estados Unidos el fútbol está fuertemente arraigado. Puede decirse incluso que está plenamente integrado en la cultura deportiva americana. Además, en las últimas décadas ha tenido un fuerte desarrollo y una gran expansión. Puede que Estados Unidos no viva el fútbol con la pasión europea o sudamericana. Incluso podemos afirmar que los deportes de pedigrí americano condicionan su visibilidad. Pero lo que es indudable es que el fútbol ha conseguido hacerse un hueco definitivamente en Estados Unidos.