El 8 de marzo se celebra el día Internacional de la Mujer. Desde Esférico nos sumamos a las conmemoraciones de esta fecha. Aprovechamos la oportunidad para revindicar el papel que han desempeñado y desempeñan las mujeres en el fútbol.

El día Internacional de la Mujer se enfoca en una condición básica de igualdad. En cualquier agrupación de persona la igualdad puede entenderse como un hecho reivindicativo frente a terceros pero también como un factor de cohesión interna.

Con ocasión de una fecha tan importante como el 8 de marzo en Esférico queremos reflexionar sobre la igualdad en fútbol femenino. Lo queremos hacer analizando tanto la proyección externa como los factores  internos de cohesión.

En los últimos años, España ha podido disfrutar con la expansión del fútbol femenino. A pesar de esta importante evolución las diferencias respecto al fútbol masculino siguen siendo grandes. Abismales en aspectos como presupuestos, salarios y repercusión mediática.

Nuestro país ha conseguido articular una estructura básica para el desarrollo del fútbol femenino. Esto nos permite mirar con optimismo el futuro.

Si nos detenemos a analizar las causas de la expansión del fútbol femenino, un factor esencial ha estado en la formación. En la última década, se han multiplicado las escuelas femeninas de fútbol. Este desarrollo ha sido generalizado, participando de él, tanto clubes modestos como profesionales.

El auge en la formación de base refleja un cambio de los comportamientos sociales de nuestro país. Los éxitos de deportistas españolas, pioneras y precursoras, han provocado una visualización diferente de la mujer deportista. Hoy es algo natural ver a niñas, adolescente y mujeres practicar deporte.

No debemos olvidar que a finales de los años setenta, un grupo de mujeres futbolistas quisieron representar a nuestro país jugando al fútbol. Pero, debido a los prejuicios de los dirigentes federativos de la época lo tuvieron que hacer de forma clandestina durante más de diez años.

La organización de una competición profesionalizada también ha sido un importante factor de impulso. Hoy tenemos una Liga Femenina profesional, patrocinada por una empresa eléctrica, Iberdrola. El desarrollo de esta competición ha estimulado la proyección mediática. Los equipos y las futbolistas, cuentan hoy en día, con espacios habituales en diarios deportivos, programas de televisión o matinales de radio.

Por otro lado, en 2020 se ha alcanzado un histórico acuerdo que fortalecerá la actividad profesional de las futbolistas de nuestro país. Tras una larga negociación, se firmó el primer Convenio Colectivo del fútbol femenino. La firma de esta norma supone una garantía de futuro. Con ella, la profesionalización de las futbolistas que juegan en primera división esta garantizada.

El fútbol femenino español ha conseguido articular una estructura básica para su desarrollo. Esto permite mirar el futuro con cierto optimismo. Existe una formación de base generadora de talento. Una competición de referencia, la Liga Iberdrola y una normativa laboral que profesionaliza a las futbolistas.

La existencia de esta coraza estructural, no implica que el fútbol femenino haya dejado de tener retos que afrontar. De hecho, ahora tiene uno de los retos más importantes. La modernización y profesionalización del fútbol debería también generar una competición más igualitaria.

El futuro del fútbol femenino pasa también por equilibrar sus propios desajustes. Es bueno recordar que la igualdad también es un factor de cohesión.

Se ha avanzado mucho en el fútbol femenino. Pero de poco servirá si no conseguimos un deporte atractivo. Pongamos un ejemplo, la pasada final de la Supercopa de España enfrentó a Real Sociedad y F.C. Barcelona. El Barça arrolló al equipo “txuriurdin”, ganó diez a cero. Es difícil que una final pueda resultar atractiva con un resultado así. Es más, incluso puede estar proyectándose ciertos valores nocivos en la sociedad.

En la mencionada final se enfrentaban dos equipos que viven en las antípodas de este deporte. La Real Sociedad, tiene un equipo basado en su cantera, con una mezcolanza de jugadoras profesionales y amateurs. Por el contrario, el Barça, cuenta con el presupuesto más alto del fútbol español. La mayoría de sus jugadoras son internacionales y viven profesionalmente del deporte.

El futuro del fútbol femenino pasa también por equilibrar sus propios desajustes. Es bueno recordar que la igualdad también es un factor de cohesión. En el largo recorrido que le queda al fútbol femenino español no debe olvidarse que competir en igualdad lo hará mas atractivo. En definitiva, lo hará mejor deporte.

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