Sabíamos que estabas en plena batalla, llevabas tiempo haciéndolo. Conocíamos tu lucha, deseábamos que vencieras este crucial partido que te tocaba vivir. Eras nuestro referente, tenías toda nuestra admiración. Cariño y respeto definen nuestros sentimientos hacia ti. Nos consta que un día supiste lo importante que eras para nosotros y eso nos hizo tremendamente felices.

Tristemente no es un martes cualquiera, el mundo vive confinado por una maldita pandemia. La monotonía y el hastío de estos días se ha roto con una noticia desgarradora. El grupo de amigos que formamos Esférico hemos crecido contigo, a tu lado, escuchando tu característico acento inglés.

Desafortunadamente tu partido ha terminado. La vida no es eterna, eso ya lo sabemos, pero que te vayas precisamente tú…

Este último viaje queremos que lo hagas con nuestro agradecimiento. Seguramente nuestro sentimiento sea el de muchos españoles futboleros que han tenido en ti un referente y un icono durante miles de trasmisiones deportivas.

Gracias por tu alegría, tu finísimo sentido del humor, por esos fantásticos lunes del “Día Después”. Por enseñarnos fútbol a toda una generación. Hacerlo además con una sonrisa. Mostrarnos un juego humano, cercano y lleno de amistad.

Desafortunadamente tu partido ha terminado. La vida no es eterna, eso ya lo sabemos, pero que te vayas precisamente tú…

Llegaste a este país de casualidad. Una oferta para jugar al fútbol te trajo a una península que con el tiempo se convirtió en tu hogar. En España cambiaste muchas cosas. Eras diferente al resto.

Tu llegada a la comunicación deportiva dio luz a un ámbito añejo, impregnado de barrica mohoso. Nos enseñaste, entre muchas otras cosas, a mirar el lado humano del deporte. Lo hiciste sin dejar a un lado el rigor y el análisis táctico. Fuiste un gran pedagogo.

Tu peculiar y marcado acento es la banda sonora de nuestro fútbol. Treinta años narrando partidos han hecho que los futboleros de este país, independientemente de colores, hayamos llorado o saltado de alegría con tu peculiar melodía.

Los adolescentes de los años noventa te recordaremos también por un mítico juego de ordenador llamado PC Fútbol. Pasamos tardes enteras rodeados de amigos hablando de fútbol gracias a ese entretenimiento. Era la visión que tenias de tu querido deporte. Momentos agradables para compartir la vida con una simple excusa.

Todo lo que hiciste destilaba siempre un aroma de calidad infinita. Y lo hacías con una preciosa imperfección idiomática. Nuestro fútbol es otro gracias a ti, un ingles que siempre quiso nacer en Cadiz. No podías ser perfecto amigo.

Todo lo que hiciste destilaba siempre un aroma de calidad infinita. Y lo hacías con una preciosa imperfección idiomática. Nuestro fútbol es otro gracias a ti.

Los caprichos del destino quisieron que la última vez que te pudimos ver en televisión fuera en tu amado Anfield. Quien nos iba a decir que el emocionante “You´ll never walk alone” de los hinchas del Liverpool era una despedida. En tu último viaje, no lo dudes, no estarás solo. Miles de sentimientos te acompañaran para siempre. Nunca te olvidaremos amigo. Gracias por todo.

4 thoughts on “Gracias Robín. Nunca te olvidaremos.

  1. Emotivo. Gracias Robin porque nos has hecho disfrutar y porque tu comportamiento y la manera de comunicar nos ha enseñado mucho. Te echaremos de menos.

  2. Muy bonito homenaje. Yo también soy de esa generación del PC Futbol y los lunes con El día después. Y ese acento ingles! Vivo en Suecia y el ejemplo de Michael me ayuda a llevar convivir alegremente con mi acentazo español al hablar el sueco

    1. Muchas gracias por tu comentario Miguel. El acento es como un código de barras muestra el origen y algo de la esencia….

Leave a comment.

Your email address will not be published. Required fields are marked*