¿Quién me ha robado el mes de abril? es el título de una canción de Joaquin Sabina, aunque también podría ser la banda sonora de millones de personas en este año 2020 azotado por una pandemia.
Por fortuna mayo ha empezado de manera diferente. En nuestro país, se usa mas ya la palabra desescalada que confinamiento. Nuestros niños han podido dar sus primeros paseos. Ancianos y dependientes empiezan a poder salir a la calle a tomar bocanadas de aire puro. Los “runners” aprovechan un sudoku de horarios para sudar sus camisetas llenas de polvo.
Empieza una transición, llena de incertidumbres, hacia una nueva normalidad. Aunque en el ambiente late la sensación de que “Nada volverá a ser como antes”, título de una canción del Canto del Loco, que muchos de nosotros hemos bailado a altas horas de la madrugada perfumados de alcohol y tabaco. ¿Quién sabe cuánto tiempo pasará para poder vivir sensaciones como esa?
Esta semana los futbolistas de primera y segunda división han regresado a los entrenamientos. El futbol está de vuelta…como cantaba “Three Lions” “Football´s coming home”. Seguramente empezará a rodar el balón de nuevo, posiblemente se jugarán partidos, pero qué importancia tiene eso en este momento.
Seguramente empezará a rodar el balón de nuevo, posiblemente se jugarán partidos, pero qué importancia tiene eso en este momento.
El futbol español vuelve, pero lo hace como en la última época, dotado de dos almas contrapuestas. Por un lado, Tebas y por otro, Rubiales. Liga y Federación con visiones antagónicas. Las relaciones entre ellos recuerdan a esa vieja canción de Mecano “Mujer contra Mujer”.
La Federación, resignada, da por concluida la temporada. Las competiciones gestionadas por el ente federativo ya no volverán a disputarse. El Barça ha sido proclamado campeón de la Liga Femenina. Segunda B y Tercera ya no reanudaran la competición y se organizará un “play off” exprés para determinar ascensos y descenso.
Pero como cantaban los piratas “El equilibrio es Imposible” y la final de Copa se ha convertido en un problema. Real Sociedad y Atlhetic quieren jugarla y además quieren hacerlo con público. Están dispuestos a esperar un año. Tal vez la final de Copa 2020 se juegue en el estío de 2021.
La Liga sin embargo se resiste a ver morir esta temporada. El negocio es lo que tiene y eso a pesar de que campea por el mundo un virus letal que ha paralizado nuestras vidas. Que bien sonarían ahora los acordes de aquella vieja canción de Javier Gurruchaga “Anda suelto Satanas”.
Los jugadores están asustados, asi lo han manifestados por ejemplo los futbolistas del Eibar. El sindicato de futbolistas reclama insistentemente protocolos de seguridad. Errar de nuevo ahora podría ser fatal, nadie quiere acabar como Fito cantando “Me equivocaría otra vez”.
En Europa hay ejemplos de todo tipo, Francia ha decido cerrar su futbol por esta temporada. En Alemania van a jugar. Italia no lo sabe e Inglaterra quiere hacerlo. El futbol es un negocio y hay demasiados intereses en juego. Rosendo lo definía perfecto “Veo Veo…mamoneo”.
El futbol que viene a corto plazo será diferente, sin público, con gradas vacías. Será un espectáculo televisivo más. Al futbolero de este país le tocará seguir el consejo de Celtas Cortos, ese que decía “Tranquilo majete en tu sillón”. Ese futbol incentiva poco.
Qué más da quien gane un partido de futbol después de todo el sufrimiento que hemos visto.
Sinceramente en Esférico, apasionados y amantes del futbol, estamos apáticos con esta vuelta. El sufrimiento que ha vivido nuestro país, nuestro planeta en general, hace que entendamos que todo esto es secundario. Qué más da quien gane un partido de futbol después de todo el sufrimiento que hemos visto. Un futbol sin público es como un concierto en “playback”. Obviamente veremos los partidos, no lo podremos resistir, pero tal vez ahora mismo nos apetece más oír nuestras “playlist” de canciones de música.
