La llegada de la Navidad suele llenar de buenos propósitos la entrada del nuevo año. Inconscientemente se suelen hacer promesas, que después, contaminadas por la monotonía, la vaguería y la rigidez del día a día suelen esfumarse como la nieve cuando llega la primavera. Ir al gimnasio, dejar de fumar, ponerse a dieta se convierten en tópicos comentarios de la última semana de diciembre. El proceso emprendedor suele ir acompañado de un análisis del año que está a punto de finalizar.

En Esférico, no somos una excepción y para el próximo año nos hemos comprometido a seguir pegados a una pelota de cuero, disfrutando de nuestra pasión, el fútbol. Un deporte que en este último año ha tenido una figura incuestionable, Jurgen Klopp. El entrenador alemán, ha llevado el fútbol a un nuevo escalón táctico, su forma de entender el juego y la preparación que le rodea han hecho que el fútbol haya evolucionado vertiginosamente estos últimos años. La brillante victoria del Liverpool en la Champions League ha plasmado definitivamente una manera eléctrica de concebir el fútbol. Sin pausas, en constante ebullición, con once relámpagos corriendo de un lado al otro del terreno de juego, el fútbol que propone Klopp es lo más parecido a un concierto de Heavy Metal que hay en el deporte actual.

Jurgen Klopp ha llevado el fútbol a un nuevo escalón táctico, su forma de entender el juego y la preparación que le rodea han hecho que el fútbol haya evolucionado vertiginosamente estos últimos años.

Los espectadores y los buenos aficionados al fútbol hemos disfrutado con el impetuoso juego del Liverpool. Los “Reds” han despertado a los futboleros europeos de la monotonía en la que nos encontrábamos en los últimos años.  Un dato, que a muchos provocará cierto insomnio, las cinco grandes Ligas europeas, Inglaterra, Alemania, España, Francia e Italia han repetido campeón respecto al año precedente. Sin no es por el guitarreo de Klopp y sus pupilos nada hubiera sido diferente.

Si Kloop y sus chicos de Liverpool han puesto la nota excéntrica en los estadios de Europa. El fútbol, en este año que ya se va, ha brotado como un elemento reivindicativo en Estados Unidos. El fútbol femenino norteamericano ha sido una plataforma para gritar por la igualdad, la tolerancia y el respeto. En la América de 2019 el fútbol con causa tiene un símbolo por encima de todos, Megan Rapinoe, flamante ganadora del Balón de Oro Femenino, la capitana de la selección de EEUU ha llevado a su país a conquistar un nuevo mundial de fútbol femenino. La relevancia de Rapoine no se ha limitado a los campos de fútbol, su constante reivindicación de los derechos civiles y el respeto de las minorías, su lucha por la igualdad  y la relevancia pública  de razas y tendencias sexuales ha irritado al mismísimo Presidente americano Donald Trump, poco aficionado a las diversidades.

La relevancia de Megan Rapoine no se ha limitado a los campos de futbol, su constante reivindicación de los derechos civiles y el respeto de las minorías, su lucha por la igualdad  y la relevancia pública  de razas y tendencias sexuales ha irritado al mismísimo Presidente americano Donald Trump, poco aficionado a las diversidades.

En Esferico hemos vivido 2019 en un viaje constante, en nuestra Lancha Vikinga hemos intentado explicar los avatares del Real Madrid post Cristiano Ronaldo. Hemos llegado a territorio indio para contar los intensos cambios que acontecen en el Atlético de Madrid. No hemos dejado ningún rincón por explorar y en nuestro rincón cule, hemos narrado las luces y sombras del Barça de Valverde.

Hemos tenido tiempo para estudiar matemáticas y nos hemos detenido a ver el fútbol como si fuera un aspecto más de la geometría. En estas tardes de estudio nos ha acompañado la música de Mano Negra, su Casa Babylon nos hizo recordar el mundial de 1994 y nos llevó a un fútbol vintage que hoy no existe pero que en Esférico añoramos. Tuvimos tiempo para ir al cine,  estuvimos con Garci recordando el famoso gol de Marsal. Gol que seguramente se habría gestado en aquellas concentraciones que el Real Madrid hacía en Navacerrada y que nos dio por recordar.

Surcamos Europa contando mil historias que nos dejó su fútbol. Alemania, Italia, Holanda, en todos estos lugares nos encanto recalar. Cruzamos el Océano y nos fuimos a América, gozando de su Copa. Brasil la levantó con poderío y en ella brindamos por un fútbol de unión, pasión y alegría.

En esta interminable aventura hablamos con Zarra, gritamos como un combativo Caszely, tocamos la varita mágica del inigualable Iker Casillas y recordamos para siempre a Juanito y a Quini. Lloramos por una chica de azul que no debió dejarnos nunca y aplaudimos a esas futbolistas que llenaron estadios rompiendo estereotipos del pasado.

Nos dio tiempo a recordar de donde veníamos, nuestras raíces abarcan inmensidad de latitudes La Nucia, Ferrol, Salamanca o el barrio de Boedo, cualquier lugar donde haya una pelota de cuero y un niño o niña pateandola.

Este año hemos disfrutado de un emocionante viaje, el año que viene, seguiremos recorriendo aquellos lugares que tengan una historia de fútbol que contar. ¿Nos queréis acompañar? Os esperamos.

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