El fútbol es un deporte profesional donde los jugadores cambian de equipo con cierta frecuencia. Sin embargo, existen futbolistas que militan toda su carrera en un solo club. Matthew Le Tissier es uno de ellos. Nos detenemos a analizar la carrera de este peculiar jugador ingles de los años noventa.  

Posiblemente si hay una palabra que describe el fútbol es pasión. Si no, de qué manera un partido de fútbol puede concentrar a cien mil personas en un Estadio. Hinchas que no se conforman con acudir al evento. Lo juegan y como si fuera un ritual bélico, se pintan la cara, sacan sus banderas y se enfundan cual casaca militar la camiseta de su club.

El hincha cuando acude al partido rara vez dice, hoy juega mi equipo. Suele involucrase en el evento y expresarse con un contundente “Hoy jugamos”. Es uno más, se siente uno más. La pasión del hincha conjuga difícilmente con la profesionalidad del futbolista. El aficionado se vincula al club por sentimiento, el futbolista es un profesional que mantiene principalmente una relación laboral con el equipo.

La relación entre hincha y futbolista suele pasar por etapas y momentos. Cuando el futbolista marca un gol la afición lo ama. Si falla a puerta vacía en vez de vítores escuchará reproches. Cuando cambia de equipo se le puede acusar incluso de alta traición. El hincha no suele comprender facialmente que el fútbol al final y al cabo es un deporte profesional. Desgraciadamente en él hay poco espacio para el romanticismo.

En el fútbol actual los ejemplos de jugadores que militan toda su carrera en un solo equipo suelen ser residuales. A este grupo de románticos futbolistas se les conocen popularmente como “One Club Man”.

Los hinchas veneraran a aquellos peloteros que se mantienen fieles a su equipo. En el fútbol actual los ejemplos de jugadores que militan toda su carrera en un solo equipo suelen ser residuales. A este grupo de románticos futbolistas se les conocen popularmente como “One Club Man”. Maldini, Totti, Sanchis, Puyol o Fran son algunos de los mitos futbolísticos que pertenecen a esta peculiar estirpe.

Pero posiblemente el ejemplo más relevante de fidelidad a un equipo lo tengamos en el jugador inglés, Matthew Le Tissier. Un jugador excelso, de calidad exquisita que pudiendo jugar en los equipos mas grandes de Inglaterra prefirió defender la camiseta del equipo del que era hincha, el Southampton FC.

Foto Transfermarkt

 

En una ocasión los periodistas preguntaron a Matthew Le Tissier por qué mantenía tal fidelidad al Southampton. Matthew respondió con una frase que todavía es recordada y define la personalidad del jugador inglés. “Jugar en los mejores clubes es un bonito reto, pero hay un reto mucho más difícil. Jugar contra ellos y ganarles. Yo me dedico a eso”.

Le Tissier fue uno de los grandes talentos del fútbol en los años noventa. Recuerdo como en el mítico programa del Dia Después, Michael Robinson mostraba las genialidades de Matthew. Un jugador corpulento, de talla grande. Elegante en sus movimientos, siempre con la cabeza en alto. Manejaba el balón con criterio. Sus goles eran impresionantes, chutes dirigidos a la escuadra, los porteros poco podían hacer.

Su exquisita calidad no impedía que Le Tissier mantuviera las peculiaridades mas rudas de los futbolistas ingleses de los setenta y ochenta. Jugador de choque, algún diente perdió en el campo. Al concluir los partidos tenia cita obligada en el Pub. Los excesos con la cerveza se dejaban ver en su aspecto físico. A pesar de ello competía a gran nivel.

Defendió la camiseta del Southampton en más de quinientos partidos. Desde 1986 año de su debut hasta 2002, temporada en que decidió colgar las botas. Marcó más de doscientos goles con el equipo del sur de Inglaterra. Un dato por destacar es que Le Tissier lanzó cincuenta penaltis en su carrera y solo erro uno. Un récord todavía no superado por nadie.

Matthew Le Tissier fue un jugador excelso, de calidad exquisita que pudiendo jugar en los equipos mas grandes de Inglaterra prefirió defender la camiseta del equipo del que era hincha, el Southampton FC.

Su alto nivel futbolístico lo llevó a ser internacional. Jugó ocho partidos con la camiseta de Inglaterra. Estuvo preseleccionado para disputar la Eurocopa de 1996 y el Mundial de Francia de 1998. En ambos casos se cayó de la lista a última hora. Le Tissier era un alma libre, no encajaba en cualquier entorno. Las concentraciones de la selección inglesas y la proyección mediática del equipo nacional le condicionaban en exceso. Matthew se sentía a gusto en un entorno sencillo. En la costera ciudad de Southampton estaba relajado. No necesitaba nada mas para jugar al fútbol.

La figura de Matthew Le Tissier nos conecta con un fútbol tradicional. Una pasión llena de identidad. Matthew era un jugador diferente. Era un hincha vestido de futbolista. Su oficio no era ser jugador de fútbol. Su profesión era jugar con su Southampton FC. Jugadores como Le Tissier hacen un fútbol más romántico, más tradicional. Un deporte mucho mas arraigado a sus aficionados.

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