Repasamos la historia de un mito del fútbol como es Francesco Totti. Campeón del mundo con Italia en 2006 y eterna leyenda de la A.S. Roma.

Tuve la inmensa fortuna de poder vivir dos años en Roma, la ciudad eterna como la llaman algunos. En todos sus rincones Roma te transporta a un mundo añejo. El habitante de Roma sabe mejor que nadie que está de paso en este mundo, sus erráticas calles han visto transitar gentes desde hace más de dos mil años.

Roma es una ciudad que se ama y se odia en un mismo instante. Su frenético caos desespera a sus habitantes, a la vez que un enjambre de historias pasadas y futuras provocan sonrisas eternas de gratitud.

Roma construyó un gran Imperio. Ese legado sigue muy presente en la ciudad. Roma continúa siendo un imán para miles de personas, es la Residencia del Papa y la capital de Italia. Conquistarla ha sido el deseo de muchos personajes en la historia. Alarico, Garibaldi o Mussolini no cejaron en el empeño de entrar triunfantes por sus vetustas avenidas.

Cuando llegué a Roma, la ciudad vivía convulsa en su ambiente, cambios de presidentes, inestabilidad política. En esa extraña atmósfera se respiraba la orfandad de un líder carismático. Sin embargo, el fútbol en Roma tenía un referente omnipresente en gran parte de la ciudad. Ese referente era Francesco Totti.

La mayoría de las tabernas de los barrios más populosos de la ciudad como Testaccio, la Garbatella o Trastevere estaban decorados por la foto del mítico futbolista de la Roma. Totti era un semidiós para la afición romanista.

Sin embargo, nada en Roma es homogéneo y el fútbol no es una excepción. La ciudad eterna vive dividida por el río Tiber. Igual de fraccionado está su “calcio”. En Roma palpita intensamente una fuerte enemistad entre los seguidores de la A.S. Roma y el Lazio.

Pocas veces he visto una rivalidad tan intensa y atávica como la que hay entre “laziales” y romanistas. El rechazo entre los seguidores es instantáneo, agresivo, vehemente en exceso. Me costó encontrar racionalidad en los aficionados de Roma al referirse al eterno rival.  Las escasas veces que lo vi fue gracias a Totti. En alguna ocasión aficionados de la Lazio me hablaron del capitán de la Roma con respeto y cariño. Cuando esto sucedía, mi perplejidad era grande, con el tiempo estos extraños parloteos decorosos me ayudaron a entender la dimensión de Totti en la ciudad.

Totti es sustancialmente Roma, crecido en sus calles, lleva en su esencia el aroma de la ciudad. Talento puro, carácter fuerte y liderazgo. Aprendió a jugar al fútbol entre los viejos adoquines de Roma. Se formó en tradicionales clubes de la ciudad como el Fortitudo Luditor y el Smit Trastevere. Con doce años ingresó en las categorías inferiores de la Roma.

Foto de El Español

Tan solo con diecisiete años Totti debutó con el primer equipo de la Roma. Su último partido de fútbol lo jugó con cuarenta. A nivel de clubes sudó una sola camiseta y defendió un solo escudo. Como decía Cicerón Roma no paga a traidores. La carrera profesional de Totti es la historia de un compromiso, de una lealtad, de un amor eterno hacia un club, una ciudad y unos orígenes que le definen como persona.

Totti es el máximo goleador de la historia de la A.S Roma, con la camiseta grana y oro ha marcado trescientos siete goles. Ha conquistado un “scudetto” y dos Copa Italia. Fue y será para siempre capitán y leyenda de los aficionados romanistas.

Destiló talento por toda Europa. Tuvo ofertas firmes para dejar su querida Roma, pero Totti nunca se marchó, se quedó enraizado a su gente. Cuentan que el Real Madrid estuvo dispuesto a fichar al astro romano. Totti dudó seriamente, la tentación era muy grande. El dios de Roma hubiera sido otro galáctico del gran Olimpo merengue. Nació para ser líder, no se vio siendo uno más.

En 2006 ganó con Italia la Copa del Mundo. Totti consiguió de esta manera el titulo más importante para un futbolista profesional. Tal vez Totti nunca fue un profesional de fútbol, sino un aficionado romanista que jugaba para su equipo. Posiblemente el gran título de Totti no está en su palmares. Jugar toda la vida con el club de tu corazón no tiene precio.

Despedida de Totti. Foto Comercial Perú

Afortunadamente en mi periplo romano pude disfrutar en multitud de ocasiones de ver a Totti jugar al fútbol en el Olímpico de Roma. Posiblemente esto sea uno de los mejores regalos que me ha dado la vida. Erizaba la piel oír cantar a la Curva Sur del Olímpico “C´è solo un capitano” en honor a Totti.

En el fútbol moderno es difícil ver una historia como la de Totti, Rey de Roma, Dios del fútbol y capitán eterno. La historia de un único gran amor. Se escribe Totti pero se lee Roma.

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