La década de los noventa fue una época de cambios en España. En estos irrepetibles años el Albacete Balompié sorprendió al mundo del fútbol. Contamos la historia de este mítico equipo que hizo historia en nuestra Liga.  

Los que vivimos en la España de los noventa, recordamos esa década como una época de euforia constante. Fueron años con armarios decorados con pegatinas de Cobi (mascota de las Olimpiadas de Barcelona 92) y Curro (mascota de la Expo de Sevilla) o carpetas “Grunges” forradas con la foto de Kurt Cobain.

Aquellos maravillosos años se vivían en la calle. La música se oía en casetes. Las tardes de sábado se esfumaban en “recreativos” llenos de videojuegos. La televisión regó nuestras vidas con personajes inolvidables como Homer, Carlton Banks o el intrépido Son Goku. Apenas se usaba internet y no había móviles. Para hablar con la chica de tus sueños, tenías que llamar al teléfono fijo de su casa, si respondía su padre el pánico afloraba súbitamente.

Partido Albacete años 91. Foto Mas que Alba

Nuestro país vivió durante estos años un crecimiento económico jamás conocido hasta entonces. Surgieron nuevas aspiraciones en los españoles, nadie se resignaba a vivir de cualquier manera. Las Olimpiadas de Barcelona y nuevas pautas de vida provocaron un boom deportivo. Pasamos de ser los últimos a competir con los mejores.

En los primeros años noventa el fútbol español vivía una particular transición, el Barça de Cruyff tomaba el relevo del Real Madrid de la Quinta del Buitre. Dos equipos ganadores, exquisitos en el juego que dejaron una cultura futbolística a toda una generación de futboleros.

El fútbol español vivió un primer y motivador ejemplo de superación excepcional. El Albacete Balompié sorprendió a todo un país y a principios de los noventa se coló entre los más grandes del futbol español.

El espíritu de no resignarse que aparecía en nuestra sociedad empezó a brotar en nuestro deporte. El fútbol español vivió un primer y motivador ejemplo de superación excepcional. El Albacete Balompié sorprendió a todo un país y a principios de los noventa se coló entre los más grandes del fútbol español.

Los adolescentes de la década de los noventa no olvidaremos a ese equipo, sus hazañas fueron admiradas y todavía permanecen en nuestro recuerdo, tal vez asociados a aquellos maravillosos años que vivimos en los noventa. Como todo equipo de leyenda ese Albacete recibió un sobrenombre. El “Alba” de principios de los noventa será recordado como el “Queso Mecánico de Benito Floro”.

Ese mítico equipo tenía un sello de entrenador muy marcado. Benito Floro era el técnico, un hombre serio, educado y formado. Un profesional exigente obsesivo de la táctica y de la estrategia. Floro era un adelantado a su tiempo. Un innovador que cambió mucho la percepción de los entrenadores de la época.

Benito Floro entrenando al Albacete. Foto Sphera Sports

El preparador asturiano llegó a Albacete en 1989, en ese año el conjunto manchego jugaba en Segunda B. En su primera temporada Floro consiguió subir al equipo a Segunda División. La base de la alineación manchega la formaban míticos jugadores como Catali, Coco o Antonio. En segunda el equipo se reforzó con el uruguayo Zalazar y con un magnifico portero costarricense llamado Conejo. Se superaron todas las expectativas y los pupilos de Floro consiguieron ascender a Primera División. En tan solo dos años el Albacete había conseguido asaltar los cielos.

Por primera vez en su historia el Albacete Balompié iba a jugar en Primera División. El equipo de Benito Floro partía como la cenicienta del campeonato. Pero el cuadro manchego sorprendió una vez más. Dirigidos por un Zalazar pletórico, anotó quince goles esa temporada, rozaron la hazaña de clasificarse para competiciones europeas. Se quedaron a un solo punto. Ese equipo consiguió la admiración de todo el país y llenó de orgullo a una ciudad entera.

Tras los éxitos de su “Queso Mecánico” Benito Floro se ganó el derecho de entrenar a un grande. En julio de 1992 las puertas del Real Madrid se abrieron para el entrenador valenciano. Tras dos años difíciles en el club merengue Floro volvería al Carlos Belmonte, pero ya nada volvería a ser como antes.

El cuadro manchego sorprendió una vez más. Dirigidos por un Zalazar pletórico, anotó quince goles esa temporada, rozaron la hazaña de clasificarse para competiciones europeas. Se quedaron a un solo punto. Ese equipo consiguió la admiración de todo el país y llenó de orgullo a una ciudad entera.

El periplo del Albacete en primera división se prolongó varias temporadas más. Los coqueteos con las competiciones europeas del primer año se desvanecieron, al Albacete le tocó lidiar con la agonía de los puestos bajos de la clasificación. En 1995 una promoción perdida en Salamanca consumó un primer descenso. Sin embargo, el retroceso no se produjo, un verano convulso con ascensos y descensos administrativos provocó que la Liga se ampliara a 22 equipos. Gracias a ello el Albacete se mantuvo un año más en primera. Al finalizar aquella temporada, otra trágica promoción, esta vez contra el Extremadura, consumarían la caída del “Alba” a la División de Plata del futbol español.

Zalazar jugando con el Albacete. Foto Aupa Alba

Albacete volvería a disfrutar de la elite del futbol español en 2003, pero los mejores recuerdos son siempre los de la primera vez. Albacete regaló al futbol español la bonita historia del Queso Mecánico de Benito Floro. Sin embargo, el mayor obsequio que Albacete ofreció a nuestro fútbol fue el descubrimiento del jugador que metió el gol de nuestras vidas, Andres Iniesta.

La historia del Queso Mecánico de Benito Floro, fue la historia de una superación colectiva. De un grupo de jugadores que llevaron con orgullo el nombre de una ciudad. Es la historia de una década que se vivió con pasión y desenfreno. Una fiesta que acabó en resaca. Pero qué buenos momentos se vivieron. Un equipo de leyenda que difícilmente olvidaremos.

2 thoughts on “El Queso mecánico

  1. Queso mecánico. Ya sólo el nombre del artículo merece un aplauso. La descripción del contexto es genial. Entre otras, la referencia a las heróicas llamadas al fijo: tan acertadísimo como divertido. La narración del otro heroismo, el deportivo del QM, nos grafica con deleite, el éxito de un “gigante Alba-David” que logró vencer a Goliats de la 2da. y 1ra. División.
    Excelente Artículo.

    1. Hola Emilio, el Albacete fue un ejemplo para toda una generación. David contra Goliat…un ejemplo de superación que nos emocionó. No lo podemos olvidar

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