El fútbol fue reglamentado en Inglaterra en 1863, en pocos años se convirtió en el deporte mas popular del Reino Unido. A lo largo del siglo XX se expandió por el mundo y hoy es una industria global y universal.

Hay dos afirmaciones que siempre se dan por sentadas cuando se habla de fútbol. La primera es que se trata del deporte más popular del mundo. Cuestión que parece irrefutable. La segunda aseveración es que el fútbol fue inventado por los ingleses. Si bien esta cuestión es matizable.

Los ingleses se han vanagloriado de ser los inventores del fútbol, sin embargo, desde la antigüedad la humanidad ha originado diversas formas de deportes que incluían un balón, pies, una meta o un hoyo.

Aquellos deportes de pelota practicados por egipcios, chinos o aztecas en la antigüedad eran formas primitivas del actual fútbol. Si bien el balompié que surgió en el Siglo XIX tenía importantes diferencias con aquellos juegos primitivos de la antigüedad. El nuevo fútbol será un deporte secular, sin ninguna vinculación con rituales religiosos. Su base radicará en la igualdad, el orden social no condicionará la aplicación del reglamento. Los jugadores tendrán un alto grado de especialización. Además, se crearán organismos que administrarán todo lo relativo al juego provocando una burocratización institucional.

Los ingleses no inventaron nada nuevo, su gran aportación fue reglamentar la práctica natural y sencilla de golpear el balón con el pie. En 1863 once clubes, todos ellos vinculados con escuelas de élite privada (las denominadas “Public Schools”) aprueban en una Taberna de Londres, llamada Freemason, el primer reglamento del fútbol y crean “The Football Association”.

Los ingleses no inventaron nada nuevo, su gran aportación fue reglamentar la práctica natural y sencilla de golpear el balón con el pie.

Por tanto, es un hecho que el futbol fue reglamentado por la elite económica británica. Pero en pocas décadas se convirtió en el deporte más popular de las islas. La simplicidad de las reglas de juego y el bajo coste que implicaba practicarlo hicieron que penetrara rápidamente en las clases populares del país.

Ayudó mucho a la difusión del fútbol las políticas sociales que comenzaron a aprobarse en Reino Unido en la segunda mitad del Siglo XIX. La Revolución Industrial había cubierto las Islas Británicas de industrias y fábricas. En aquellos centros fabriles irá surgiendo una nueva clase social, la clase obrera que aglutinará a los trabajadores de los nuevos núcleos industriales. Con el tiempo la nueva clase obrera se organizará en Sindicatos y Partidos Políticos que revindicarán mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores. El auge del movimiento obrero empujó a que se aprobaran las primeras leyes de regularización de la jornada laboral en Inglaterra.

Foto. Colgados por el Fútbol

Gracias a estas leyes apareció el descanso sabático. Los obreros británicos empezaron a tener reconocido el descanso y el tiempo libre. El fútbol empezará a ser practicado en estas horas de deshago laboral. Los sindicatos verán en este deporte una nueva herramienta de confraternización y cohesión entre proletarios. Por otro lado, las organizaciones religiosas usaran el fútbol para persuadir a las clases trabajadoras de tentaciones “dañinas”. Muchos párrocos fomentaron la práctica del fútbol entre sus fieles para sustraerles del alcohol, pero también de la sexualidad.

A finales de Siglo XIX, el fútbol se había convertido en el deporte más practicado en Reino Unido. A lo largo de cuatro décadas germinó, creció y se instaló confortablemente en el corazón de las Islas Británicas. Surgió en la élite del país, pero en poco tiempo se instaló en las clases populares.

Foto El Paseillo

Sin embargo, a finales del siglo XIX el fútbol tenía una escasa repercusión en el mundo fuera de Inglaterra. Pero la universalización del fútbol era imparable. El siglo XX supuso la expansión definitiva del fútbol por el mundo.

Al igual que sucediera con la aprobación del primer reglamento las escuelas de élite británicas jugaran un papel fundamental en la divulgación del fútbol por el mundo. Las familias aristocráticas y de la alta burguesía tanto de Europa como de América Latina enviaran a sus descendientes a estudiar a Inglaterra. Mayoritariamente el destino de estos estudiantes serán las elitistas “Public School”. Allí tomarán contacto por primera vez con el fútbol. En muchos casos el nuevo deporte embaucará a aquellos jóvenes escolares que a su vuelta a sus países de origen llevarán consigo un balón en la maleta. De esta manera el fútbol comienza a penetrar en América y Europa.

A finales de Siglo XIX, el fútbol se había convertido en el deporte más practicado en Reino Unido. A lo largo de cuatro décadas germinó, creció y se instaló confortablemente en el corazón de las Islas Británicas.

Recíprocamente jóvenes ingleses recién licenciados llegaban a Europa y al continente americano para ejercer de maestros o completar sus estudios. Estos imberbes británicos igualmente ayudaron a la divulgación del fútbol. A principios del siglo XX en los colegios suizos, argentinos, austriacos, uruguayos y nórdicos ya se practicaba el fútbol de forma cotidiana.

En África y Asia el fútbol desembarcó gracias a misioneros y militares. En 1870 el continente africano había sido colonizado por las naciones europeas. Los destacamentos militares británicos llevaron los primeros balones de fútbol a territorio africano. Al igual que lo harían en los protectorados ingleses de Asia. En aquella época estos dos continentes fueron el destino de números misioneros ingleses. Estos religiosos en su afán de evangelizar a los lugareños no dudaron en utilizar el fútbol como herramienta de integración social.

Sin embargo, el factor clave en la expansión del balompié por el mundo fue el auge del comercio. En 1900 Europa vivía el apogeo de la era industrial y los tentáculos de la Marina Mercante Británica llegaban a todos los rincones del planeta. La red comercial tejida por el Imperio Británico a comienzos del siglo XX fue sin lugar a duda, el gran impulsor de la expansión del fútbol por el mundo.

Los marineros ingleses desembarcaban en cualquier puerto marítimo del planeta y en sus ratos de ocio practicaban, ante la mirada atónita de los lugareños, el nuevo deporte. Los intereses comerciales británicos hicieron proliferar destacamentos permanentes de ciudadanos ingleses. Serán estos emigrantes británicos los que irán creando los primeros clubes del fútbol fuera del Reino Unido. Estas nuevas instituciones deportivas se financiaran con las cuotas de los aficionados. La masa social será popular aunque las dirección institucional siempre estará en manos de las elites.

El Imperio Británico había conseguido tejer rutas comerciales por todo el planeta. A principios del Siglo XX, Estados Unidos también consiguió áreas comerciales en donde su influencia era importante, en algunos casos mayor que la británica. De hecho, en estas zonas comerciales de influjo estadunidense, Caribe y Pacifico principalmente, el aterrizaje del fútbol convivió con un deporte netamente yanqui, el beisbol. No es de extrañar por tanto que en países como Panamá, Cuba o Japón el arraigo del fútbol fuera menor que el del beisbol.

En este punto es conveniente mencionar que los ingleses ya habían exportado deportes con anterioridad. Si bien el contexto era muy diferente. El Cricket por ejemplo desembarcó en la India y Australia en virtud de una ocupación geográfica efectiva. Tuvo más de imposición que de expansión natural. En definitiva, la difusión del fútbol por el mundo se produce por un componente comercial. Arraigando de forma natural y sin imposición de la metrópoli.

Al igual que sucedió en Inglaterra, fueron las elites económicas de los diferentes países los que pusieron las primeras semillas de fútbol en su territorio. Pero al poco tiempo, el fútbol arraigó con fuerza en las clases popular. En la segunda década del siglo XX el fútbol ya se practicaba en todo el mundo. Su rápida expansión fue una muestra de la potencia comercial del Imperio Británico y posiblemente uno de los mayores exponentes de la Globalización Primaria que vivió el mundo.

Al igual que sucedió en Inglaterra, fueron las elites económicas de los diferentes países los que pusieron las primeras semillas de futbol en su territorio. Pero con al poco tiempo, el futbol arraigo con fuerza en las clases popular

La creciente popularidad del fútbol hará que en los Juegos Olímpicos de Londres de 1908 se organice el primer torneo masculino de fútbol olímpico. Cuatro años más tarde, en 1910, se juega la primera edición de la Copa América. En 1930 se disputa el primer Mundial de la Historia. La creación de competiciones internacionales potenciará la repercusión mundial del futbol.

Los torneos entre naciones que surgen eran solo para hombres. La organización de competiciones internacionales de fútbol femenino no llegará hasta finales del siglo XX. Serán necesarias décadas para que en el mundo rompa los prejuicios que suponía ver a una mujer jugando al fútbol. En los años ochenta se organiza el primer Mundial Femenino y en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996 (casi noventa años después de Londres 1908) se disputó el primer torneo olímpico de futbol femenino.

A nivel de clubes no será hasta la mitad del Siglo XX cuando se organicen los primeros Torneos Internacionales. En 1955 se crea la Copa de Europa y en 1960 la Copa Libertadores, las dos competiciones de clubes más importantes del Mundo. Estos torneos dinamizarán el fútbol convirtiéndolo en un espectáculo de masas. Épicas victorias como las cosechadas por Real Madrid de Alfredo Di Stefano o el Santos de Pele irán creando una narrativa heroica alrededor del fútbol y los futbolistas.

En los años setenta el fútbol vivirá una nueva ola de universalización. Las figuras de Pele y Johan Cruyff llevaran el balompié a los parajes más recónditos del planeta. Los Mundiales empiezan a ser retransmitidos en directo, llega la televisión a color. Los jugadores de fútbol empiezan a ser vistos como iconos populares, George Best en Inglaterra fue bautizado como el quinto Beatles. El fútbol de los setenta comienza a adquirir una repercusión social que ya no se detendría. Aparecen los Hooligans y los viajes en masa de aficionados. El Mundial de 1974 dio origen a una nueva forma de entender el juego, es la génesis del fútbol moderno. Holanda exporta al mundo la idea del fútbol total.

En la década de los ochenta y noventa el fútbol seguirá profundizando su universalización. En esta época las estructuras de propiedad irán cambiando. Los dueños de los clubes dejarán de ser de los aficionados. Los equipos se convertirán en empresas capitalistas. El “merchandising” penetrará en todas las arterias del fútbol. La imagen de sus futbolistas y la venta de camisetas será tan importante para un club como las paradas de su portero y los goles de los delanteros.

El fútbol será una mercancía más sujeta a transacciones globales. Los aficionados asiáticos, adquieren tanto o más relevación que los aficionados locales.

Los años noventa habían internacionalizado el fútbol pero la llegada del nuevo milenio lo transformará en una industria. Son los años de la Globalización Económica, el mundo se convierte en un mercado universal. El fútbol será una mercancía más sujeta a transacciones globales. Los aficionados asiáticos, adquieren tanto o más relevación que los aficionados locales. El fútbol se convierte en el deporte global.

El fútbol, aquel deporte que se reglamentó en una taberna de Londres en 1863, es hoy una industria, universal y global. Pero ante todo sigue siendo el deporte más practicado del mundo. Podrá revestirse de capitales, de elitismo o de glamour, pero el fútbol es esencialmente popular.

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