La historia de Europa ha vivido momentos trágicos. El nazismo seguramente fue una de las etapas más horribles acontecidas en el viejo continente. Incluso en estos catastróficos años se jugó al fútbol. Contamos como era el fútbol en la Alemania del III Reich.

El 30 de enero de 1933 Adolf Hitler fue nombrado canciller de Alemania. Ese día comenzó una etapa trágica en la historia alemana. Aquel periodo será conocido como el III Reich. Los alemanes vivirán años de destrucción y muerte que impactaron contundentemente a Europa y al mundo en general.

Hitler fue el creador y principal dirigente del nazismo. Ideología extrema que rigió los designios de Alemania desde 1933 hasta 1945. La llegada de Hitler y del Partido Nazi al poder supuso la implementación de un sistema autoritario. Un régimen que rechazaba la convivencia democrática. Se implementó un modelo de partido único persiguiendo y reprimiendo cualquier tipo de oposición. Todo ello aderezado con un exacerbado culto al líder.

El nazismo se sostenía en base a ideas racistas que predicaban la supremacía de la raza aria. Con un marcado componente antisemita manifestaban una fuerte hostilidad hacia el pueblo judío, su cultura y la influencia que pudieran ejercer en la sociedad.

Hitler y los nazis eran defensores del pangermanismo. Revindicaban la unión política y cultural de todos los pueblos de origen germánico. Por ello durante sus gobiernos implementaron políticas imperialistas y expansionistas. Se anexionaron por la fuerza paises y territorios en busca de un espacio vital que garantizara el bienestar del pueblo alemán.

Los nazis lo cambiaron todo en la sociedad alemana de la época. El deporte y el fútbol no serían una excepción.

El nazismo fue el principal causante de la II Guerra Mundial. Contienda bélica que provocó la muerte de entre cincuenta y sesenta millones de personas. Los nazis promovieron un Holocausto contra el pueblo judío. Llenaron Europa de campos de exterminio que dejaron sin vida a cerca de diez millones de judíos, gitanos, eslavos, testigos de jehová, homosexuales, además de disidentes políticos y religiosos.

En 1945, Hitler y los nazis fueron derrotados. Alemania y Europa acabaron como un inmenso erial de destrucción. Ruinas y sangre asolaban el viejo continente. Tras doce años en el poder los nazis dejaban un legado de dolor y muerte difícil de olvidar. Doce años en los que el Partido Nazi impuso un fuerte autoritarismo. Sometiendo al conjunto de los alemanes a un severo control ideológico. Se implantó el llamado Gleichschaltung. Ideario nazi a través del cual el partido realizaba un control totalitario sobre la vida de los ciudadanos. Los nazis lo cambiaron todo en la sociedad alemana de la época. El deporte y el fútbol no serían una excepción.

Joseph Goebbels, ministro de propaganda del III Reich entre 1933 y 1945 declaró “El deporte solo tiene un objetivo: forjar el carácter alemán”. Los nazis desde su llegada al poder pervirtieron el deporte. Fue utilizado como herramienta para crear la raza aria perfecta: fuertes, rápidos y altos. Los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 se convirtieron en la gran oportunidad para proyectar la superioridad del deportista ario alemán. Las autoridades nazis quisieron mostrar al mundo que los atletas alemanes eran los más rápidos y fuertes en cualquier disciplina. El afroamericano Jesse Owens desmontaría por completo la propaganda aria alemana. Ganó cuatros medallas de oro en el estadio olímpico de Berlín. Hitler, muy irritado, presenció aquella gesta con sus propios ojos.

El fútbol no era uno de los deportes predilectos de los nazis. Mucho más propensos a otras disciplinas como la gimnasia, el boxeo y el alpinismo. Deportes que consideraban más próximos a la cultura alemana. Sin embargo, como cualquier actividad en aquellos años, el fútbol fue minuciosamente controlado, restructurado y “nazificado”.

La llegada de estos nuevos gestores, fuertemente ideologizados, harán que los clubes tradicionales se vinculen con el nazismo institucional. Los “enemigos” del Reich serán expulsados de todos los estamentos del club.

El fútbol alemán anterior a 1933 estaba muy vinculado al movimiento obrero y a la comunidad religiosa. La presencia de jugadores y directivos de origen judío era muy numerosa. La llegada del nazismo al poder cambió por completo el fútbol alemán. Las organizaciones obreras fueron prohibidas. Las instituciones religiosas si bien fueron toleradas se las marginó teniendo una presencia residual en la vida de los alemanes. Los judíos, entre otras penurias, fueron excluidos de toda presencia pública en la sociedad alemana, las actividades deportivas no fueron una excepción. Los equipos de fútbol vinculados a los socialdemócratas, los comunistas y hasta la iglesia fueron prohibidos.

La idea inicial de los nazis era reemplazar los clubes de fútbol tradicionales por organizaciones nuevas. Instituciones deportivas nacidas en el III Reich y precursoras del ideario nazi. El inicio de la II Guerra Mundial impidió que se consumaran estos planes. Sin embargo, estas ideas irán condicionando a los dirigentes del fútbol alemán. Los directivos de los equipos tradicionales, en muchos casos, temerosos por una posible desaparecieron o discriminación del club, incorporan a políticos nazis en sus comités de dirección. Paulatinamente los nazis irán entrando en la gestión de los equipos de fútbol.

La llegada de estos nuevos gestores, fuertemente ideologizados, harán que los clubes tradicionales se vinculen con el nazismo institucional. Los “enemigos” del Reich serán expulsados de todos los estamentos del club. Las personas de origen judío además de los disidentes políticos y religiosos no podrán tener vinculación alguna con los equipos de fútbol. En 1935, el Bayer de Múnich, equipo con una conexión histórica con la comunidad hebrea de Alemania excluyó a todos los socios no arios del club. Un ejemplo sintomático del alineamiento con el antisemitismo oficial que realizaron los clubes de fútbol en la Alemania nazi.

Gracias a este alineamiento con el régimen las autoridades deportivas del III Reich fueron tolerando los clubes tradicionales. Si bien, estos equipos para sobrevivir tuvieron que disolver sus categorías inferiores. Todos los equipos de fútbol de formación se integraron en las juventudes hitlerianas. La instrucción de los jóvenes era tarea exclusiva del Partido Nazi.

Por otro lado, los diferentes cuerpos militares del III Reich y las organizaciones paramilitares del partido irán creando sus propios equipos de fútbol. Las nuevas escuadras competirán de igual a igual con los clubes tradicionales. Surgirán numerosos equipos vinculados a las SS o a la Luftwaffe por todo el territorio alemán.

Todos los equipos de fútbol de formación se integraron en las juventudes hitlerianas. La instrucción de los jóvenes era tarea exclusiva del Partido Nazi.

Los nazis partían de una visión instrumental del deporte. Su desarrollo se sustentaba en idearios raciales y de culto al cuerpo. Esta perspectiva era antagónica con las ideas de profesionalización del deporte. En otros paises de Europa como por ejemplo Inglaterra, España o Italia empezaba a germinar el fútbol profesional. Sin embargo, el deporte para los nazis debía seguir siendo amateur. Por tanto, el fútbol alemán durante los doce años que duró el régimen de Hitler no se profesionalizó.

El desarrollo del fútbol por parte de las autoridades del III Reich dejó poco espacio a las expresiones civiles. Nada podía surgir espontáneamente de la sociedad. Poco a poco fue estatalizándose toda la estructura organizativa del fútbol alemán. La Federación Alemana de Fútbol fue menguando sus competencias. Finalmente, en 1940 se disolverá. La organización del fútbol pasó a manos directas del gobierno de Berlín. La Dirección de Deportes del Reich será el órgano encargado de gestionar el fútbol en Alemania.

Este organismo estatal era básicamente una estructura administrativa que regulaba la práctica de deportes a nivel local. Siempre tutelados por miembros del Partido Nazi. La oficina de deportes del Reich creó dos competiciones oficiales de fútbol. Si bien, durante esos años proliferaron numerosos torneos amistosos. Trofeos que no tenían carácter oficial, pero si mucha repercusión mediática en el país. En todos los partidos, oficiales o amistosos, los equipos debían alzar el brazo antes de comenzar el encuentro. La simbología nazi estaba muy presente en el fútbol alemán de aquella época.

El principal campeonato oficial de fútbol en la Alemania nazi era la Gauliga. Dicha competición se articulaba básicamente a través de torneos regionales. Inicialmente se organizaron dieciséis ligas en las diferentes regiones de Alemania. Los ganadores de dichas competiciones jugaban entre si un torneo final. Durante los primeros años del III Reich el torneo final dividía a los equipos en dos grupos. Los dos mejores de cada grupo accedían a semifinales y posteriormente a la final. El ganador de la Gauliga era considerado el campeón de Alemania.

También existía oficialmente un torneo copero, abierto a todos los equipos del país, con formato de eliminatorias. Este campeonato, germen de la actual Copa alemana, se organizó por primera vez en 1935. Se denominaba Copa Tschammer y se jugaba al finalizar la Gauliga. Por tanto, las dos competiciones oficiales de fútbol en la Alemania nazi no coincidían temporalmente.

El equipo más laureado en los años del nazismo fue el FC Schalke 04. El conjunto azulón ganó entre 1933 y 1945 seis campeonatos de la Gauliga y una Copa.

El inicio de la II Guerra Mundial condicionó el desarrollo de los dos torneos. Por razones de operatividad las competiciones se simplificaron. Se potenciaron las eliminatorias directas. Sin embargo, los mayores cambios se produjeron con la anexión de nuevos territorios. En algunos casos los clubes autóctonos de los territorios ocupados se integrarán en las competiciones futbolísticas alemanas. Ejemplos de ello serán el Metz francés, el Stade Duledange de Luxemburgo o el equipo polaco del Chorzow. También surgirán en las zonas ocupadas equipos de nueva creación, la mayoría de origen militar, que acabarán compitiendo en la Gauliga y en la Copa Tschammer.

La dura y trágica etapa del nazismo dejó paradójicamente hechos curiosos en el mundo del fútbol. En Alsacia se organizó un torneo regional que se integró en la Gauliga alemana. En dicho torneo compitió el RC Strasbourg, club que en 1979 ganó la liga francesa. El Rapid de Viena, fue el único equipo “extranjero” que se alzó con el trofeo de la Gauliga. Lo hizo en 1941 venciendo al Schalke 04 en la final. Dicho partido se disputó en el estadio Olímpico de Berlín.

El equipo más laureado en los años del nazismo fue el FC Schalke 04. El conjunto azulón ganó entre 1933 y 1945 seis campeonatos de la Gauliga y una Copa. Siempre se ha especulado, sin ninguna certeza al respecto, que el equipo de la región del Ruhr tuvo la predilección del régimen nazi y particularmente de Hitler. Aunque era por todos conocidos la poca afición del Fürher al fútbol.

En 1945 la pesadilla del nazismo llegó a su fin. Con ella también las estructuras y competiciones de fútbol creadas por los dirigentes nazis. Alemania quedó completamente destruida. Inició con tenacidad su propia reconstrucción. La reconversión alemana afectó a todas las esferas de la sociedad. El futbol no fue una excepción. Pero como sucedió en casi todos los ámbitos en poco tiempo tuvieron éxito. En 1954 y contra todo pronóstico Alemania se proclamaría campeona del mundo de fútbol. Un éxito, un milagro, que dejaba atrás años de sufrimiento, dolor y sangre.

3 thoughts on “El fútbol en la Alemania del III Reich

  1. Hola Luigi! Me ha gustado mucho! Al principio la represión la centras mucho en los judíos, cuando en realidad fue contra muchos colectivos, como explicas después. Creo que está muy bien el artículo para ver cómo los regimenes totalitarios van ocupando todas las esferas de la vida… Entender a los demás y solidarizarse con todas las personas, la tolerancia, hace mejores sociedades! 😉 abrazos!

    1. Gracias Pedro por tu comentario. Coincidíamos contigo la tolerancia hace mejores sociedades. Eso también incluye el fútbol

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