
Durante este mes de julio se disputa en Suiza una nueva edición de la Eurocopa Femenina. Recordamos los orígenes de este campeonato. Un torneo que no siempre tuvo reconocimiento oficial. Su evolución ha sido proporcional a la relevancia mediática que ha ido alcanzando el fútbol femenino.
Una mujer jugando al fútbol en la Europa de postguerra era algo controvertido. En Alemania, por ejemplo, el 30 de julio de 1955, la Federación de Fútbol prohibió su práctica por considerarlo contrario a la “naturaleza” de las mujeres. En España, el Franquismo, directamente, escondió las expresiones deportivas femeninas. Incluso en Inglaterra, el fútbol practicado por chicas no fue reconocido por la Federación hasta los años sesenta.
Los impedimentos federativos, que se generalizaron en buena parte de los países europeos, no impidieron que algunas mujeres practicarán el deporte rey. Había lugares, como los países escandinavos e Italia, donde incluso era una práctica bastante aceptada. En dichos paíseses, además, se fueron promoviendo competiciones oficiales que serán el génisis de la creación de sus equipos nacionales.
Los impedimentos federativos, que se generalizaron en buena parte de los países europeos, no impidieron que algunas mujeres practicarán el deporte rey.
Poco a poco el fútbol practicado por mujeres se abría camino, en 1969 y en 1979 se organizaron dos campeonatos de selecciones en el continente europeo. Si bien, estos campeonatos no eran oficiales, se organizaron al margen de la UEFA. Los torneos se disputaron en Italia y los campeones fueron la selección anfitriona en 1969 y Dinamarca en 1979.
A pesar de la etiqueta de “extraoficial” los campeonatos tuvieron bastante éxito de público. La afluencia a los estadios y el nivel competitivo empujó a la UEFA a cambiar su planteamiento inicial respecto al fútbol practicado por mujeres. A finales de los años setenta, la federación del fútbol europeo decide apostar por el fútbol femenino. Será, en estos años, cuando la mayoría de los países oficialicen selecciones femeninas de fútbol.
España no fue una excepción. Oficialmente la primea selección femenina jugó su primer partido en 1983. Años más tarde, en 1988, se creará por primera vez un torneo nacional de fútbol femenino. Sin embargo, desde principios de los años setenta un grupo de futbolistas competían representando a nuestro país. Desgraciadamente lo hacian de forma clandestina. Durante más de diez años aquellas pioneras no pudieron representar “oficialmente” a España. La Federación de Fútbol de aquella época no las reconoció y lo tuvieron que hacer furtivamente.
La UEFA organizará en 1982 un primer campeonato de selecciones de fútbol femenino. Duró dos años con una fase final que se disputó en 1984. Posteriormente se cambió el formato, se evitó dilatar los torneos en el tiempo, organizándose una competición corta en los veranos de 1987 y 1989. En estas tres primeras ediciones el torneo se denominó Competición Europea de Fútbol Femenino. Aquel nombre no era casual, no aparecían las siglas de la UEFA. Eso se debía a que, en ese momento, menos de la mitad de sus miembros tenían selecciones femeninas. Fue, a partir de 1991 cuando por fin se incluyó al ente federativo europeo en la denominación.
Desde el plano organizativo, el torneo también fue cambiando. Entre 1987 y 1993 la fase final era disputada únicamente por cuatro equipos. En 1997 el número de selecciones aumentó a ocho y se introdujo la fase de grupos. En 2009 los participantes fueron doce, en 2017 y 2022 dieciséis.
Durante este verano de 2025 en Suiza, se disputará una nueva edición, la número catorce. Por tercera vez en la historia habrá dieciséis selecciones. Nuestra selección parte como favorita.
Durante este verano de 2025 en Suiza, se disputará una nueva edición, la número catorce. Por tercera vez en la historia habrá dieciséis selecciones. Nuestra selección parte como favorita. Es la actual campeona del mundo. Si bien, en los pasados Juegos Olímpicos nuestras futbolistas no pudieron conseguir medalla.
Lideradas por Alexia Putellas y Aitana Bonmatí, cuatro balones de oro entre las dos, España espera conquistar un título que todavía no tiene en sus vitrinas. El comienzo ha sido esperanzador. Dos goleadas frente a Portugal y Bélgica han aumentado el optimismo. Esperemos que en la final del 27 de julio en Basilea nuestra selección nos vuelva a dar una alegría.
Ganen o pierdan, los futbolistas españoles, son ya una referencia de nuestro deporte. Dejando en el olvido aquellos años donde jugaban en las tinieblas. Posiblemente esa sea la mayor de sus victorias.