Lola Gallardo es una de las mejores porteras del momento. Sus ultimas actuaciones la hacen merecedora de volver a una convocatoria de la selección. Pero inexplicablemente no sucede.

El pasado domingo se jugó en Valdebebas un partido de fútbol femenino. Un encuentro de máxima rivalidad. Se enfrentaban Real Madrid y el Atlético de Madrid. Un derbi entre dos equipos que no había perdido todavia un partido en lo que va de campeonato liguero.

El resultado fue de empate a uno. Acabo en tablas únicamente porque la portería colchonera estaba defendía por Lola Gallardo. La cancerbera del Atleti fue de largo la mejor jugadora sobre el terreno de juego. Fue sin duda el elemento diferencial que tuvo el partido.

Hoy, jueves, la seleccionadora española, Montse Tomé, ha dado la convocatoria para los dos próximos partidos que jugara España. Misteriosamente Lola no aparece en la lista. No está, ni se le espera. Se trata ya de una ausencia prolongada. De hecho, Lola lleva años sin ir con la selección. Algo que en su actual estado de formar resulta difícilmente explicable.

Se trata sin duda de una de las mayores injusticias de la historia reciente de nuestro fútbol. Una decisión que obviamente no obedece a criterios deportivos.

Muchas de las jugadoras proscritas por la Federación dejaron su destierro. Sin embargo, Lola Gallardo, no.

Lola Gallardo es la capitana del Atlético de Madrid. Ha conseguido levantar con el equipo rojiblanco, Ligas, Copas y Supercopas. Es sin duda una referencia de nuestro fútbol femenino. Parece que su único pecado fue ser una de las quince. Una de aquellas futbolistas que se reveló contra el ninguneo constante que tenía la Federación hacia el futbol femenino.

Los acontecimientos de los últimos años en nuestro futbol femenino desembocaron en una difícil pero necesaria reconciliación entre todas las partes. La victoria en el Mundial, el famoso beso de Rubiales y las interminables horas de negociación en un hotel de Valencia sellaron una aparente una paz definitiva. El armisticio normalizó los convulsos años vividos entorno a nuestra selección.

Muchas de las jugadoras proscritas por la Federación dejaron su destierro. Sin embargo, Lola Gallardo, no. A pesar de conseguir el trofeo Zamora la temporada pasada. Incluso demostrando que hoy es sin duda la portera mas en forma de nuestro campeonato de liga, las puertas del combinado nacional están cerrado para ella.

El fútbol femenino debe cuidar y conservar a sus referentes. Lola lo es sobradamente. Es capitana de uno de los clubes históricos de este deporte. Una institución que apostó desde hace décadas por el deporte practicado por mujeres.

Desgraciadamente la situación de Lola no es algo nuevo en nuestro fútbol. Ni siquiera es la primera vez que sucede en la Federación Española respecto al fútbol femenino. En 2015, cuando las jugadoras de la selección se rebelaron contra el despotismo de Quereda hubo una jugadora que quedó marcada. Nunca más volvió. En esa época era la mejor de todas, pero eso dio igual. El vestuario de la selección nunca más se abrió para ella. No hace falta que la nombre, todos sabemos de quien se trata.

No podemos permitir que esa injusticia se repita hoy con Lola Gallardo. El fútbol femenino debe cuidar y conservar a sus referentes. Lola lo es sobradamente. Es capitana de uno de los clubes históricos de este deporte. Una institución que apostó desde hace décadas por el deporte practicado por mujeres. Que no se vanagloria frívolamente de llevarlo a otra dimensión. El Atleti ha cuidado al fútbol femenino como se merece. Uno de sus estandartes en esa gloriosa historia es Lola Gallardo. Una portera extraordinaria que por méritos deportivos merece vestir de nuevo la camiseta de la selección española.

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