Ernesto Valverde dejó de ser entrenador del F.C. Barcelona. Repasamos su trayectoria en el Barça y las posibles causas de su destitución.

En los últimos años la Supercopa de España se disputaba en verano. Era un campeonato que desprendía más aroma a trofeo de veraniego que a título oficial. Ganarla o perderla no tenía muchas consecuencias, la temporada estaba en plena gestación.

Este año la Federación de Fútbol con su Presidente Rubiales a la cabeza decidió cambiar el formato de la Supercopa, la llevó a tierras saudís y cambio sus fechas disputándose en el mes de enero a mitad de temporada.

Paradójicamente, esta primera edición del nuevo formato de Supercopa ha generado consecuencias poco predecibles al inicio de año. El entrenador del Barça, Ernesto Valverde ha sido destituido tras ser derrotado en las semifinales del torneo por el Atlético de Madrid. Un hecho parece claro, la Supercopa ha adquirido una relevancia que antes no tenía. Aunque personalmente, no creo que el despedido de Valverde este asociado a la actuación del Barça en este campeonato.

El entrenador del Barça, Ernesto Valverde ha sido destituido tras ser derrotado en las semifinales del torneo por el Atlético de Madrid.

En su primera temporada como entrenador culé, Valverde, conquista Liga y Copa del Rey. Cae con cierto sonrojo en Champions tras sufrir una épica remontada por parte del AS Roma. En su segunda temporada, cuando todo parecía encaminado a un triplete, el Barça es apabullado por el Liverpool en Anfield, apeándolo de la final de la Champions. Las consecuencias anímicas de esta eliminación provocaron que semanas después el equipo blaugrana pierda también la final de Copa. La segunda temporada de Valverde finaliza conquistando «únicamente» el campeonato de Liga.

La trayectoria de Valverde en el banquillo del Barça está plagada de claroscuros. Ha demostrado solvencia en la regularidad del campeonato liguero. Ha conquistado las dos Ligas disputadas y en la actual temporada iba líder de la clasificación.

Foto de La Vanguardia

En realidad, sobre Valverde pesa la censura de las eliminaciones en Copa de Europa. No solo por el hecho de las derrotas, sino por las formas en que se produjeron. Tanto en Roma como en Liverpool el Barça se desconectó obscenamente, se dejó remontar eliminatorias con marcadores ciertamente favorables. La falta de un grito a tiempo o mostrar la empuñadura del látigo sobrevuela la critica a Valverde.

Las dudas hacia Valverde no son nuevas, vienen desde sus inicios como entrenador del F.C. Barcelona. Los títulos ligueros han anestesiado la realidad de una decisión táctica controvertida. Valverde no fue presa de la ortodoxia culé y cambió el dibujo táctico del Barça. El 4-3-3 fue difuminándose en un tradicional 4-4-2. El Barça dejó de presionar en campo contrario. Ordenado en bloque medio, la alta presión tras perdida que realizaba el equipo blaugrana dejó de verse en el Camp Nou. Los críticos decían que el Barça de Valverde aburría.

Posiblemente Valverde peco de pragmático. Ernesto, persona educada e inteligente no cayó en dogmas de fe. Fue consciente de que Messi superaba ya la trentena, no quiso desgastar físicamente al astro argentino obligándole a hacer una presión alta. Le dio libertad. Esa decisión de Valverde no es un pecado, pero si ha sido su penitencia.

Las dudas hacia Valverde no son nuevas, vienen desde sus inicios como entrenador del F.C. Barcelona. Los títulos ligueros han anestesiado la realidad de una decisión táctica controvertida.

Valverde fue perdiendo credibilidad en Barcelona, algunos lo acusan de iniciar una transición de juego hacia ninguna parte, otros le achacan un exceso de mimo hacia los jugadores. Los batacazos en Copa de Europa lo dejaron en una posición compleja. El “Clásico”, donde el eterno rival desdibujo al Barça y la Supercopa precipitaron un adiós que ya se presumía al finalizar la presente temporada.

Valverde se fue como llegó, sin hacer mucho ruido. La discreción de Ernesto ha contrastado con el estrépito de la Directiva del Barcelona. Propuestas a Xavi Hernandez, filtración de reuniones. Un circo mediático lastimoso que deja muchas dudas sobre la capacidad de los actuales dirigentes blaugranas. La trayectoria de Valverde no merecía un final así. El comportamiento de Ernesto en estos años le daba derecho a recibir otro trato. Desgraciadamente no fue así, Valverde recibió una patada y fin.

Luis Miguel Gómez Mencía  es licenciado en Filosofía

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