Analizamos la carrera futbolística de Diego Armando Maradona, uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos. Su origines, sus logros y sus desdichas. Un jugador único tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.
El 30 de octubre de 1960 nace en Argentina Diego Armando Maradona, para muchos el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos. Para otros un mito caído en desgracia y para algunos más un mal ejemplo para la sociedad. Posiblemente Diego Armando Maradona sea todo eso, un mito del fútbol, un juguete roto y un ejemplo nocivo para los niños. Un personaje capaz de marcar el gol más portentoso en la historia de los Mundiales y a la vez protagonizar macabras escenas consumido por el alcohol, las drogas y los excesos.
Diego fue el quinto de ocho hermanos, fue el primer hijo varón. Su padre, empleado en una empresa que se dedicaba a triturar huesos y su madre, ama de casa, vivían en un humilde barrio del Gran Buenos Aires llamado Villa Fiorito. En aquel hogar, pobre pero digno, se comía cuando se podía. Diego creció con las limitaciones que imponía la pobreza y la desigualdad de ciertos suburbios latinoamericanas de los años sesenta y setenta.
Diego creció con las limitaciones que imponía la pobreza y la desigualdad de ciertos suburbios latinoamericanas de los años sesenta y setenta.
El fútbol y un talento sobrenatural convirtieron a Diego en el salvoconducto de su familia hacia una vida mejor. A escasas dos cuadras de su morada, en un terreno llamado «las siete canchitas», Diego empezó a gambetear con un balón pegado al pie. Las gentes de Villa Fiorito organizaban en aquellas canchas destartaladas un campeonato de fútbol para los niños del Barrio. Diego jugó sus primeros partidos de fútbol en ese modesto campeonato. Su primer equipo fue el Estrella Roja.
En ese popular torneo, Diego coincidió con su amigo Goyo Carrizo, que lo llevó de la mano al fútbol profesionalizado. Cuando Goyo maravilló a los técnicos de Argentinos Juniors en las pruebas de acceso a las categorías inferiores se acordó de su amigo Diego. “En mi barrio hay uno mejor que yo” le dijo a Francis Cornejo, responsable y formador técnico de la cantera de Argentinos Juniors, “¿Por qué no vino contigo a probar?” le espetó el instructor. “No tiene dinero” respondió Goyo. En ese momento Francis le dio diez pesos y persuadió al amigo para convencer a Diego a probar con Argentinos Juniors. Sin saberlo, Francis Cornejo estaba cambiando la vida de un niño de Villa Fiorito, de una familia, de Argentinos Juniors y posiblemente del fútbol argentino y mundial.
Con nueve años Diego se incorporó a las categorías inferiores de Argentinos Juniors. Se integró junto con su amigo Goyo en el equipo de los nacidos en 1960. Francis Cornejo bautizó a ese equipo como “Los Cebollitas”, una escuadra de niños que estuvo más de 150 partidos sin perder.
Con quince años Diego debutó en primera división. Junto con su amigo y representante Jorge Cyterszpiler firmó su primer contrato profesional con Argentinos Juniors. Lo primero que hizo con ese dinero fue comprar a sus padres una casa en el barrio bonaerense de “La Paternal” a escasos metros del Estadio de Argentinos Juniors (hoy llamado Estadio Diego Armando Maradona). La dura vida de Villa Fiorito se esfumaba para los progenitores y hermanos de Diego. Con tres lustros de vida, Diego se hacía mayor, sacaba a su familia de la miseria y se quedaba sin adolescencia.
La carrera futbolística de Diego comenzaba de forma precoz. El Club de los Bichos Colorados (así se conoce populosamente a Argentinos Juniors) disfrutará de las maravillas de un niño prodigio durante cinco años. Años en la que la fama mundial de Diego se va agigantando. En un mundo sin redes sociales y con una globalización en fase de gestación, la fama que alcanzó Diego era el mayor exponente de su portentoso nivel futbolístico. A pesar de no jugar el Mundial de 1978, se cayó a última hora de la lista de Menotti, las maravillas de Diego eran conocidas por todo el planeta. La victoria de Argentina en el Mundial Sub20 de Japón hicieron entrar a Diego en otra dimensión futbolística.
Argentinos Juniors comenzaba a quedarse pequeño para Diego. El Sheffield United presentó una oferta formal por el jugador de Villa Fiorito. Sin embargo, fue el F.C. Barcelona quien convenció al jugador. Nicolas Casaus, Minguella y Joan Gaspar, consiguieron que Diego se comprometiera a jugar en Barcelona. A pesar de ello, la Dictadura militar argentina no permitió a Diego salir del país hasta la disputa del Mundial de 1982. En una extraña operación a tres bandas Maradona acabará jugando una temporada en Boca Juniors antes de recalar en el club catalán. En el equipo «xeneice» se proclamará campeón de Argentina. Diego ya estaba preparado para dar el salto al continente europeo.
Los años que Diego jugó al fútbol en Argentina, fueron años de calma, el fútbol era lo importante y el eje de su vida. Su comportamiento fue el de un jugador de fútbol sin más.
Los años que Diego jugó al fútbol en Argentina, fueron años de calma, el fútbol era lo importante y el eje de su vida. Su comportamiento fue el de un jugador de fútbol sin más. No hubo espacio para excentricidades, su vida era cotidiana y tranquila. En el apacible barrio de la Paternal vivió en armonía junto con su familia y su pareja Claudia. Sin lugar a duda fueron años felices para Diego.
La llegada a Barcelona fue una ruptura con su pasado reciente. La fama y la repercusión que Maradona tenia a nivel mundial alcanzaba una dimensión que tal vez el Barça todavía no tenía. La adaptación a un fútbol nuevo, mas físico y agresivo hicieron entender a Maradona que ya no estaba en un medio reposado y sosegado. En aquella época, año 1982, el fútbol español lo dominaban los equipos vascos. Maradona irá granjeando una peculiar rivalidad con el Athletic Club de Bilbao. Una lesión provocada por una famosa entrada de Goicochea y una batalla campal en la final de Copa de 1985 marcaron una trayectoria de la que se esperaba más, incluso el propio Maradona.
En Barcelona, Maradona, empezó a sentirse como una “celebrity” universal. Comenzó a vivir la presión de la popularidad y la fama. Padeció la amargura de las lesiones y la frustración de no alcanzar los objetivos deportivos. En Barcelona Maradona empezó a trazar una raya hacia su propia destrucción. Fue allí donde consumió cocaína por primera vez. Finalmente, en 1985 Maradona deja Barcelona rumbo a Nápoles. Con este viaje empezaba la etapa más resonante de su vida deportiva.
En los años que van desde 1985 hasta 1990 Maradona lo conquistó todo y, cual revolucionario del fútbol, dio orgullo al Napoli y a la gente del sur de Italia. El doblete de 1987 y el “Scudetto” de 1990 hicieron que por primera vez en la historia reciente del fútbol italiano un equipo “terroni” del Sur dominara el Calcio. El éxito del Napoli de Maradona no se circunscribió únicamente a Italia, en 1989 el Napoli conquistó la copa de la UEFA, adjudicándose su primera y hasta hora única competición europea.
En 1986 Argentina agarró con la “mano de dios” la Copa del Mundo de fútbol. Maradona posiblemente en su mejor versión futbolística llegó a su cúspide. Su antológico gol a Inglaterra, driblando él solo a toda la defensa británica es para muchos el mejor gol en la historia de los Mundiales. Ese gol fue para infinidad de argentinos una venganza interna por la guerra de las Malvinas. La humillación nacional sufrida se amortiguaba gracias a Maradona.
Cuatro años más tarde en el Mundial de Italia 90, Maradona se propuso hacer historia conquistando dos mundiales seguidos. Sin embargo, la lucha por conseguir este reto llevará a Maradona al inicio de su propio fin. Italia y Argentina jugaron las semifinales de ese mundial en Nápoles, precisamente ahí. Maradona pidió a los napolitanos que animaran a Argentina apelando al trato marginal que el Estado italiano tenia con el sur de Italia. Maradona no fue consciente que estaba entrando en parámetros no tolerables para un futbolista. Argentina pasó a la final con un penalti definitivo marcado por el mismísimo Maradona. Días después Argentina perdería contra Alemania la final del Mundial. En ese partido los tifosi italianos abuchearon el himno argentino, Maradona respondió con furibundos insultos, una cámara de televisión lo grabó todo.
Las consecuencias de este mundial fueron nefastas para Maradona. Italia no soportaba más al astro argentino. La antipatía por el jugador crecía por momentos. Lo que antes se le toleraba empezó a ser perseguido. Su desordenada vida, sus relaciones con la Camorra, sus problemas fiscales y sus excesos con las drogas y la prostitución dieron de bruces a Maradona con la cárcel. Un positivo por cocaína en un partido contra el Bari puso fin a la carrera de Maradona en Italia.
La mayoría de los italianos se alegraron del fichaje de Maradona por el Napoli, era la llegada de una estrella. Pero nadie esperaba ni deseaba que ganara. En cuanto comenzó a ganar se volvió antipático
La historia de Maradona en Italia fue la de una de decepción. La mayoría de los italianos se alegraron del fichaje de Maradona por el Napoli, era la llegada de una estrella. Pero nadie esperaba ni deseaba que ganara. En cuanto comenzó a ganar se volvió antipático. Los napolitanos lo veneraban y lo mitificaron para siempre. El resto de Italia lo detestaba. El motivo, los de abajo no pueden disfrutar con las cosas de los de arriba.
Maradona fue sancionado sin poder jugar durante más de dos años. Cuando volvió, su nivel ya no era el mismo. Reapareció en el Sevilla F.C. de la mano de Bilardo, jugo veinte partidos y regreso a Argentina, concretamente a Newell´s Old Boys.
Se preparó a conciencia para jugar el Mundial de Estados Unidos de 1994. En este campeonato mundial volvió a dar positivo en un control antidoping. Maradona había tomados estimulantes para llegar en forma a la cita mundialista. Maradona también era eso, un pequeño embaucador, su carrera deportiva estuvo llena de gambetas a jugadores y regates al reglamento. El partido contra Nigeria en el Mundial de Estados Unidos no fue su último partido oficial. Ya en los estertores de su carrera Maradona volvió a jugar con Boca Juniors, reapareció y volvió a dar positivo por cocaína. En 1997 se calzó las botas por última vez. Fue el final de Diego Armando Maradona futbolista.
Maradona se convirtió en un símbolo tanto en Argentina como en Nápoles. Se erigió en un héroe que trascendía más allá de lo deportivo. Sus origines humildes potenciaron su representatividad en los estratos populares.
La cocaína cambió la conducta de Diego. La decadencia en la que se subsumió Maradona, la ha sufrido en primera persona el propio Diego y las personas que le rodean. Sin embargo, la responsabilidad de mitificar a un ser humano (sin educación) por jugar al fútbol, llegando incluso a la divinización, corresponde al conjunto de la sociedad.
En la Mitología romana Saturno devoraba a su hijo. Francisco de Goya decoró su Quinta del Sordo con esta tenebrosa imagen. El fútbol y sus aficionados hemos visto al Mito Maradona devorarse al Diego futbolista. Las flaquezas de un mortal ser humano acabaron con un dios del fútbol.
Grande el artículo y grande el Diego (futbolista)
Muchas Gracias José. Grande Diego¡¡
Al control antidoping, los jugadores acudían desnudos. El Nápoles gestionó que Maradona pudiera ir en ropa interior «por el pudor del jugador sudamericano». Realmente era la forma de esconder una pipeta con orina de otro jugador limpio de cocaína. Al club no le importó el ser humano sino la máquina de generar resultados. Al igual que la dictadura argentina que llenó horas de TV con debates y programas sobre Diego, sus sucesivos representantes tampoco fueron personas capaces de contener al «monstruo» que generaban (y del que se beneficiaban).
El resultado fue el que desgraciadamente conocemos. Un jugador brillante (el más) y un esqueleto de muchas sombras y tormentas. Excelente nota, Luis
Gracias por tu comentario Sergio. Los controles antidoping en los 90 eran bastante laxos. El día que llegó Maradona a Napoles lo recibieron 50.000 personas, el día que se fue, lo hizo sólo. En la cúspide todos querían a Maradona, cuando bajo a los infiernos lo hizo sólo
Pese a su disoluta vida, Maradona ha sido considerado uno de los mejores futbolistas de la historia. Lástima que muchos de los que le rodearon sólo quisieran aprovecharse de él.
Gracias, Luis, por el artículo.
Gracias por tu comentario Leopoldo. La pena es esa, en los tiempos de gloria todos querían a Maradona, cuando bajo a los infiernos…lo hizo sólo
Recomiendo a todos » los esféricos» el documental sobre Maradona dirigido por el mismo que ha rodado Senna y Amy, los dos brillantes, cuenta qué pasó de verdad en Italia, en Nápoles, y como no le perdonaron que eliminara a Italia en el Mundial, jugando con Argentina. Y fueron a por él atacándole en lo fácil, por su debilidad, por su infierno particular (no sé qué gran persona no tiene el suyo, la verdad, hay que ser un semidios, nacido en la más absoluta pobreza, y como dicen ahora «saber gestionarlo»…vamos hombre. La sociedad actual devora tranquilizantes y antidepresivos solo para ser «Pepe, el gerente de la firma loquesea», y esos mismos no entienden a Maradona…en fin). Está contado muy bien y es muy interesante. Hacen falta Diegos, imperfectos, humanos, débiles, y absolutamente grandes en la cancha. Gracias por el artículo.
Muchas gracias por tu comentario Susana. La vida de Maradona da para escribir una serie. El documental de Maradona de Asif Kapadia es fantástico, cuenta de forma muy real la vida de Diego Maradona en Napoles. En los últimos años se han estrenado otros reportajes de Maradona que también son muy recomendables, F.C. Maradona nos cuenta las vivencias de Diego en Barcelona, particularmente recomendaríamos el «Informe Robinson, Maradona: los años felices», en este magnifico trabajo de documentación se cuenta la historia de Maradona en Argentino Junior, una historia poco conocida pero fundamental en la vida de Diego. Maradona es un dios del fútbol pero ante todo un ser humano, que como no podía ser de otra manera vive con sus propias flaquezas y miserias.