Hay lugares que aunque nunca hayas vivido en ellos los sientes como propios. Para mi Ferrol y su comarca es uno de esos parajes, no obstante es la tierra de mi madre, de mi familia, el lugar donde provienen las cepas de mis raíces. Ferrol es un rincón peculiar, se trata de una ciudad bañada por el mar pero que no tiene playa, un recoveco rodeado de astilleros que ya no construye barcos, un pueblo repleto de balconadas sin luz que las ilumine. A pesar de todo ello desprende un fuerte magnetismo que hace que nunca me canse de volver.

Mi familia me conecta con un hogar forjado entre rías altas que siempre ha tenido dificultades para seducir a una pelota de fútbol. Cuando era un niño, allá por los ochenta, Ferrol era fértil en canastas, triples y mates, la ciudad vivía por y para el baloncesto, el mítico OAR Ferrol era el orgullo de los ferrolanos, el fútbol era algo residual. Me costó descubrir que en Ferrol existía un lugar para el balompié, que había un grupo de “rapaces” pintados de verde que defendían la vanidad de la ciudad jugando al fútbol, me llevo unos años conocer el Racing Club Ferrol. He de confesar que esta tardía revelación es un descuido personal imperdonable, el Racing es el club deportivo más longevo de la ciudad, de hecho en octubre de este año el Racing Club Ferrol ha cumplido 100 años de vida.

Foto cuenta Twiter Racing de Ferrol

El Racing de Ferrol fue fundado en 1919 a partir de la unión de varios clubes que existían en la ciudad. Si bien, las crónicas de la época cuentan que en Ferrol ya se disputaban partidos de fútbol a finales del siglo XIX. Estos partidos eran organizados principalmente por la colonia inglesa que residía en la ciudad. Las peculiaridades de Ferrol, puerto de mar y astillero, han fascinado históricamente a los ingleses que incluso en 1800 fracasaron en su intento de tomar la ciudad por las armas en la famosa batalla de Brion. La presencia inglesa en la ciudad a finales del siglo XIX tenía intenciones más pacíficas, eran básicamente operarios, ingenieros y técnicos navales que desarrollaban su actividad en los astilleros del Arsenal o marineros que recalaban en el puerto ferrolano en las rutas comerciales de la Marina Mercante Británica. Durante los primeros años del siglo XX fueron creándose diferentes equipos de fútbol en la ciudad, surgen el Arsenal, el Giralda, el Alfonso XIII y el Jaime I. Este crisol de equipos provocará que en los círculos futbolísticos ferrolanos vaya surgiendo la idea de crear un único club que pueda competir con escuadras de cierto prestigio regional como el Deportivo de la Coruña. En verano de 1919 se fusionan Giralda F.C., Jaime I F.C. y Círculo Rojo. Este nuevo club se denominará Racing de Ferrol. La Asamblea de la Federación Gallega de Clubes de Fútbol, celebrada en octubre de 1919, certificará la admisión del Racing en las competiciones oficiales de fútbol. A partir de ese momento el Racing será el exponente principal del fútbol ferrolano.

Los éxitos del Racing de Ferrol no tardaron en llegar, en 1928 se proclama campeón de Galicia venciendo al Deportivo de la Coruña en la final. Durante la guerra civil española, el fútbol no se paralizó en Galicia y el Racing volvió a ser campeón gallego en 1938 y 1939. Con este último título logró clasificarse para el Campeonato de España de 1939. En dicho torneo disputó la final, siendo derrotado por el Sevilla en un partido jugado en el  Estadio de Montjuic. Posiblemente esa final en Barcelona sea el mayor éxito del Racing de Ferrol en sus cien años de existencia. La historia del Racing de Ferrol nos deja otra curiosidad, es el equipo que más temporadas ha disputado en segunda división (treinta y cuatro) sin haber logrado nunca ascender a primera.

Fue mi abuelo Angel, al que llamábamos cariñosamente “Nono”, el primero en adéntrame en el Racing de Ferrol. Resulta que “Nono” durante los años 60 fue miembro de la Junta Directiva del Racing. Tuvo la oportunidad de conocer a Santiago Bernabéu, cuando allá por 1975 el Real Madrid disputó una eliminatoria de Copa en Ferrol. Recuerdo como se emocionaba al contar como el Racing puso en aprietos al Real Madrid “Yé-yé”.

Fue mi abuelo quien me explicó porque el Racing viste de verde. Ferrol ciudad departamental y base Naval era un destino habitual de reclutas llamados al servicio militar. Aquellos jóvenes solían llevar camisolas verdes. El Racing utilizó en sus primeros años estas camisetas. Como puede verse en la zamarra de la fotografía que ilustra este escrito de nuestro Fondo de Armario, el Racing sigue vistiendo de verde. En concreto esa camiseta es la última que vistió el Racing en Segunda División allá por el año 2008. Se trata de un diseño ajustado ideado por la marca deportiva gallega Trezze. El patrocinador es Reganosa, el mismo que hoy en día. Esta prenda fue un regalo de mi prima Sofia, que se negaba a que en mi colección de camisetas de fútbol no estuviera la verde del Racing de Ferrol. Mi familia nunca ha permitido que me olvidara del Racing.

Foto cuenta Twiter Racing de Ferrol

Yo nací a principio de la década de los ochenta, fueron en estos años cuando comencé a descubrir la vida y me tocó transitarla en algunos momentos por Ferrol. La década de los ochenta fue agotadora para Ferrol. La reconversión industrial dejó los astilleros sin sudor, la Fábrica de lápices Hispania cesó para siempre su actividad, el desempleo y la decadencia decoraban las calles de la ciudad. La vorágine vivida en las décadas anteriores comenzó a transformarse en una dolorosa resaca. Unos rockeros llamados “Los Limones” pusieron banda sonora a la depresión ferrolano. De la noche a la mañana el baloncesto se esfumó, en los bares del barrio de Canido, de la Magdalena o el Puerto de la Graña, ya no se hablaba de canastas, se empezaba a vitorear los remates de cabeza de un gigantón verde llamado Pazolo. El fútbol reaparecía de nuevo en la ciudad departamental.

En 1993 Ferrol inauguró un nuevo Estadio, un moderno campo de fútbol llamado “A Malata”. El Racing abandonó su histórico campo del Inferniño. Será en esta época y en este nuevo Estadio cuando vea jugar al Racing de local por primera vez. Mi padre y mis tíos “Tone” y “Gilo” nos llevaban a mi primo Tato y a mí a ver el Trofeo Concepción Arenal, un torneo de verano con cierta solera, lo solía disputar el Racing contra equipos de primera división como el Celta de Vigo o equipos extranjeros de alto nivel como el Oporto.

Fue en los noventa cuando el Racing tuvo más presencia en mi vida. En aquella época el equipo ferrolano jugaba en Segunda B y siempre peleaba por el ascenso. Mis tíos Javier y Merce, al igual que mi primo Joaquin eran fieles seguidores del Racing. Vivian en el madrileño barrio de la Estrella y siempre que el Racing jugaba en la Comunidad de Madrid peregrinaban para animar a sus diablos verdes. Mi madre alguna vez se les unía llevándome a mí como acompañante. Partidos en San Sebastián de los Reyes, en Alcorcón, en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, era la excusa para compartir momentos irrepetibles con mis tíos y mi primo Joaquin, un grandísimo futbolista que soñaba con marcar goles con una camiseta verde.

Foto cuenta Twiter Racing de Ferrol

En el año 2.000 por fin el Racing consiguió ascender a Segunda, esa temporada coincidió con los años de infierno del Atlético de Madrid. Al Racing le tocaba visitar el Vicente Calderon. Un momento irrepetible para el club ferrolano. Gracias a  mi primo Nacho, que me invitó al partido, pude disfrutar del histórico acontecimiento. En ese Racing de Ferrol jugaba un tal Unai Emery, hoy entrenador de Arsenal de Londres.

Recuerdo con mucha nostalgia el ascenso del Racing a Segunda en 2004. Tras tres temporadas en segunda el Racing volvió a Segunda B la temporada 2003-2004. El equipo estuvo toda la temporada en puestos punteros, lo que permitía a la afición ferrolana mantener la ilusión de retornar a la división de plata del fútbol español. Casualidades de la vida el Racing de Ferrol se jugó el ascenso en tierras madrileñas, concretamente en la ciudad deportiva del Atlético de Madrid en Majadahonda. Insistí a mi madre en ir a ver el partido, al llegar vimos el campo repleto de banderas verdes. En la grada nos encontramos con mi prima Malely y su marido. Animando con pasión estaba mi primo Koke que llevaba una banderola verde que zarandeaba sin descanso. Mi primo Santi también estaba por allí. Al finalizar el partido y consumarse el ascenso saltamos al césped, fue una fiesta, una alegría, un recuerdo otra vez compartido en familia.

La Cervecera Estrella Galicia ha editado una botella especial por el centenario del Racing

El Racing de Ferrol cumple cien años de vida, una larga vida, un club que no puedo verlo  con indiferencia. Un escudo y una camiseta que me recuerdan al niño y al adolescente que fui, que me conectan directamente con mi madre, con mi abuelo “Nono”, con todos mis tíos y primos. Un club que hace que viaje al epicentro de mis raíces. Ferrol y su Racing estarán por siempre grabados en mi memoria con una dulce sonrisa. El Racing de Ferrol siempre me recordara a mi querida familia, esté donde esté. Brindemos por el Racing. ¡¡¡Feliz centenario!!!

4 thoughts on “Racing Club de Ferrol

  1. Que bonito y apasionante relato. Que fusión la del football, tu y la querida familia..Tienes el arte de escribir de colores que animan al lector a devorar lo que escribes y junto con ello transmitir la emoción vívida del football. Felicitaciones

    1. Muchas gracias por tus comentarios Mirians. Para nosotros el fútbol es algo que une, especialmente a las familias

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