Amanda Sampedro es puro sentimiento atlético, repasamos los logros y la manera de vivir de la capitana del Atlético de Madrid Femenino.
El futbol femenino moderno cruza el calendario con igual velocidad que una canción de Rosendo un bar de Madrid. La voracidad del mercado hace que las camisetas se cambien temporada tras temporada, la seducción de experiencias en grandes ligas extranjeras provocan que la estabilidad sea un extraño pasajero en este deporte. Sin embargo, Amanda Sampedro, capitana y canterana del Atlético de Madrid Femenino disfruta de la estabilidad jugando en el club de toda su vida.
La vinculación de la jugadora madrileña con su club se enraíza en un sueño de juventud, una fantasía entre tinieblas donde aparece triunfante con la camiseta y el escudo del Atlético de Madrid.
La vinculación de la jugadora madrileña con su club se enraíza en un sueño de juventud.
Amanda es de esas personas inconformistas que si tienen un sueño lo persiguen hasta que finalmente lo consiguen. Colchonera de cuna, su infancia y juventud se asocia a una camiseta rojiblanca, y es que Amanda creció en el seno de una familia atlética, donde los paseos al Calderón con su “papá” de la mano eran lo cotidiano.
A nadie de su entorno extrañó cuando siendo niña empezó a despuntar en la cantera del Atleti. Con seis años destacaba en el equipo de futbol de su escuela, competía y ganaba a los niños de su colegio y de su barrio. Su paso por la cantera rojiblanca fue un exitoso y tuvo un desenlace precoz. Con tan solo quince años debutó en el primer equipo del Atlético de Madrid femenino.
Representa una esencia fundamental de los que es hoy en día el Atlético de Madrid del siglo XXI.
Amanda es una jugadora de clase, hábil en el uno para uno, certera en el último pase y muy peligrosa con el balón en los pies. Su clase futbolística y los logros conseguidos hacen de ella una leyenda del Atlético de Madrid.
El futbol femenino está abriendo en los últimos años espacios en el foro mediático del deporte de elite. La liga femenina ha crecido de forma exponencial, esto supone un éxito colectivo que permite que las actuales jugadoras de futbol sean referentes futbolísticos de primer nivel. Amanda sin lugar a duda lo es, las niñas y niños atléticos tiene en esta brillante jugadora un espejo en el que mirarse.
La historia del Atlético de Madrid, está plagada de jugadores vinculados a un sentimiento, Amanda es una más de este elenco de jugadores, humilde en la victoria y orgullosa en la derrota refleja como nadie los valores de un club centenario.
El ocho de marzo de 2018 miles de mujeres (y hombres) tomaron las calles de las ciudades de España, para revindicar un espacio público igualitario entre hombres y mujeres. Este espacio no puede ni debe restringirse a ninguna esfera social, tampoco al mundo del futbol. La mentalidad de este mundo, afortunadamente está cambiando, algunas jugadoras, como por ejemplo Amanda, tienen cierta repercusión mediática. Si bien en el futbol femenino sigue existiendo males que deberían desterrarse como condiciones indignas, sueldos irrisorios y dificultades para ejercitar un profesionalismo pleno.
Amanda es un estandarte atlético en sí mismo. Y en aras de hacer justicia con ella y con las nuevas corrientes igualitarias debemos reivindicarla como enseña del Club. Representa una esencia fundamental de los que es hoy en día el Atlético de Madrid del siglo XXI.
Su manera de vivir es colchonera. Lo que muchos no puede entender ella lo práctica, es ambiciosa en el esfuerzo, luchadora en el día a día, trabajadora, humilde y al final campeona.
Ha jugado y evolucionado en cada categoría del club. Vivió dentro de él los momentos de mayor incertidumbre. Soñó con jugar en el estadio que la vio crecer y al que su padre llevaba de la mano y lo consiguió. Luchó para darle gloria al Atlético de Madrid y ha comandado al equipo en la conquista de dos ligas y una copa.
Amanda es un referente del futbol y un mito del Atlético de Madrid. Vive la vida de la única manera posible para un atlético, derrochando coraje y corazón.