Este artículo explica la dimensión económica y cultural del boxing day dentro de la Premier League, su impacto como fenómeno de tradición y márketing, así como el intento de exportarlo a otras competiciones como la italiana o la española.

La asociación Navidad y fútbol casa como un guante en la glamurosa Premier League, el mejor exponente de liga europea  que aúna tradición, extrema calidad y negocio. Al igual que los partidos navideños de la NBA que enfrentan a los mejores equipos de ambas conferencias, esta tradición anglosajona invade el mundo futbolístico todos los días 26 de Diciembre de un fulgor especial. Hasta tres jornadas se disputan en la liga inglesa en esta época navideña, contrastando con la orfandad de un parón navideño de dos semanas en la liga española.

El boxing day personifica un acontecimiento social, donde se persigue amplificar los efectos navideños ampliando una festividad eminentemente comercial, atrayendo a familias enteras a las gradas de todos los estadios de las islas Británicas.

La tradición de este significativo día se remonta a la Edad Media, donde nobles y clérigos hacían regalos a sus súbditos por los buenos servicios prestados durante el año, entregándolos en una caja que simbolizaba el contenido de esta dádiva navideña. Actualmente supone una prórroga de la festividad navideña dentro de los países que forman la Commonwealth para aprovechar el consumo de familias que tienen un día más para alargar sus vacaciones y por ello todos los estadios futbolísticos lucen una iconografía tan especial estos días.

Toda esta liturgia, no tiene el mismo predicamento en otras grandes ligas como la italiana o la española.

La liga española copió este formato en las navidades de 2015 a instancias del seleccionador Vicente del Bosque, quien pidió alargar el periodo preparatorio para la Eurocopa celebrada en Francia en 2016. Las desangeladas cifras de taquilla y las pobres mediciones de audiencia en esos días (considerados como los de menor impacto publicitario en las televisiones después del verano), disuadieron al actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional Javier Tebas y al magnate televisivo Jaume Roures (que llevan años protagonizando propuestas innovadoras para disminuir la brecha  mediática entre la Premier League y la liga española) de prorrogar e institucionalizar esta tradición en nuestro país.

Con la llegada del nuevo propietario de la Serie A italiana Gaetano Micciché, dispuesto a ganar la competitividad perdida estos últimos lustros aprovechando el tirón mediático del fichaje de Cristiano Ronaldo por la Juventus de Turín y un mayor nivel futbolístico de equipos históricos como Roma, Inter o Nápoles pese a la superioridad incontestable de la Vechia Signora en la tabla clasificatoria, se ha imitado este año el formato en la liga italiana con una jornada celebrada después del día de Navidad.

Sin embargo, la llegada de la Globalización al entorno futbolístico, ha estimulado el esfuerzo por imitar el impacto comercial dentro de otros países europeos y así poder competir con la Premier en cuanto a efecto mediático.

Los hechos vandálicos acontecidos en el partido estrella de esta jornada entre Inter de Milán y Nápoles, donde se produjo la muerte de un aficionado interista y cuatro apuñalamientos a aficionados napolitanos e insultos xenófobos y racistas al jugador senegalés Koulibaly, cuestionan abiertamente la idoneidad de exportar un acontecimiento familiar a la liga italiana, a la vez que muestra un abismo cultural y por qué no decirlo, religioso entre las sociedades anglosajonas de las Islas Británicas y las católicas del Sur de Europa, pese al intento de estas por promocionar un producto futbolísticamente equiparable, pero que a nivel de mercado e imagen no alcanza los resultados deseados.

Dentro de la jornada puramente futbolística dentro de este boxing day en la Premier League, se pueden sacar cuatro grandes conclusiones aprovechando el ecuador de la temporada. En primer lugar, La consolidación del liderato de un Liverpool con velocidad de crucero, aprovechando la recuperación de jugadores emblema como Salah y del impacto de actores secundarios, pero de enorme calidad futbolística como Shaqiri. Los seis puntos de diferencia al Tottenham y los siete al City de Guardiola, hacen soñar a la hinchada de Anfield con la consecución de un título que se les resiste desde 1990, dirigidos por el mítico entrenador Kenny Dalglish.

El equipo londinense de los Spurs ha renacido de un inicio de campaña irregular, instalándose en segundo lugar y clasificándose de forma agónica para la fase final de la Champions League. Los de Pochettino se han recuperado de la plaga de lesiones que asolaron a jugadores clave como Eriksen y mostraron músculo en la victoria por 5-0 ante el débil Bournemouth.

En tercer lugar, el City constató su crisis al perder su tercer partido consecutivo ante el Leicester, cortando de forma abrupta la sensación de equipo imbatible desde la pasada campaña del equipo de Manchester.

Por último, su vecino, el Mancheter United, da síntomas de recuperación tras la salida de Mourinho, con un juego más alegre y combinativo y la recuperación de jugadores postergados por el entrenador portugués como Mata o Pogba, autor de dos de los tres goles ante el Huddersfield Town.

En definitiva, este boxing day supone, así como un escaparate ideal para mostrar la fortaleza de un producto consolidado como la Premier League, la dificultad de extrapolar tradiciones ancestrales y culturales a otros países como Italia o España. En años venideros comprobaremos el resultado.

Este articulo ha sido escrito por Jaime Brigido Ramirez 

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