A dos días de que empiece el Mundial España ha cesado al seleccionador. La noticia es lo suficientemente clara como para no tener que darle muchas más vueltas al tema, hemos empezado el Mundial de la manera más absurda posible.
¿Cómo hemos podido llegar a esta situación? Pues es difícil entenderlo. Si recapitulamos los hechos parece evidente que la comunicación, por exceso o por defecto, ha sido la gran responsable de este final traumático.
El 12 de junio a eso de las 18:00 el Real Madrid hacia oficial que Julen Lopetegui, en ese momento seleccionador de la selección española, sería su entrenador para las próximas 3 temporadas. Se elevaba al público general un acuerdo que de suyo es completamente lícito. Si bien el momento de oficializarlo llama ostensiblemente la atención por la proximidad del Mundial. El hecho puede entenderse como desestabilizador para la selección a pocos días de que empiece el campeonato del Mundo. Visto las consecuencias que ha tenido es bastante incompresible el por qué y las prisas del Real Madrid en hacer oficial el fichaje de su nuevo entrenador.
Ha habido muchos intereses y poca defensa del interés general de la selección.
El miércoles 13 de junio a media mañana, los móviles de los españoles han empezado a vibrar con la noticia de la destitución de Lopetegui. A un día del comienzo del Mundial y a dos del primer partido que tiene que jugar España, la Federación a través de su presidente Rubiales destituye al entrenador del equipo nacional. A todas vistas una decisión precipitada que pone en serio riesgo un buen papel de las selección en el Mundial de Rusia. Los motivos esenciales según ha esgrimido Rubiales han sido que la decisión fue comunicada a los estamentos federativos 5 minutos antes de hacerse oficial. En definitiva la falta de comunicación del Real Madrid y Lopetegui con la Federación de Futbol ha llevado a esta decisión traumática.
Lopetigui es ya historia en la selección, y su final ha sido extraño, absurdo y muy posiblemente evitable. En estos dos días frenéticos su carrera ha dado un giro sustancial. Es justo reconocer que su labor en la selección estaba siendo bastante buena, le faltaba la prueba de una gran competición y parece evidente que esa prueba no la tendrá jamás. Él seguramente será de los más perjudicados con esta historia, pero también tendrá que asumir su responsabilidad en todo esto. Es entendible querer entrenar al Real Madrid, incluso aceptar la oferta del club blanco a pesar de haber renovado recientemente su compromiso con la selección. Si bien no era el momento de hacerlo oficial y permitir que se hiciera público ha sido su gran error, un error que le ha costado caro a él y a la selección.
La crisis ha terminado con la cabeza de Lopetegui y con la selección bastante tocada de cara a la disputa del Mundial. No se ha remado en la misma dirección. Ha habido muchos intereses y poca defensa del interés general de la selección. Empezamos de la peor manera. Una pena.