No sé cómo aquellas entradas llegaron a su poder, el caso es que mi amigo Lucio, Italiano de nacimiento pero más “malasañero “que la propia Manuela, y yo, estábamos en la zona VIP del Bernabéu esperando que empezase el partido contra el Rayo Vallecano después de haber dado buena cuenta del buffet libre que acompaña a toda zona VIP que se precie. Hacía frío pero nosotros no lo notábamos, el partido iba a empezar pero antes, lógicamente, había que hacerse el “selfie” de rigor para poder enviárselo a los contactos con el único objetivo de dar envidia al personal. Nos pusimos a ello, enfocamos a nuestras caras con la primera línea del palco de autoridades de fondo para mostrar lo cerca que estábamos de los “seres superiores” y apretamos el botón. Antes de enviarlo había que revisarlo, no vaya a ser no hubiésemos captado toda la esencia del lujo de aquella grada, y cuál es nuestra sorpresa cuando, detrás nuestro, en el plano trasero, vemos a un hombre con aspecto afable que nos estaba haciendo la señal de “OK” con el dedo. En un principio parecía el típico caso de persona bromista que no puede dejar la ocasión de inmortalizar su presencia en una foto ajena, pero no, esa cara me resultaba familiar y su expresión era la de una persona segura de que te estaba haciendo un favor apareciendo de forma espontánea en tu foto. Enseguida le reconocí, de repente mis recuerdos me devolvieron a los años 80 a ese mismo estadio. Probé a ver si Lucio era capaz de reconocerlo, sin mucha fe porque el Real Madrid de aquellos años no se caracterizó por haber mandado en Europa y las gestas y por tanto la fama de aquel entonces, era cosa los jugadores de los equipos italianos, pero me equivoqué. A la primera respondió – Claro, ¡es Hugo Sánchez!-.

Y es que Hugo ha sido uno de los mejores delanteros de la historia y de las pocas estrellas del pasado que en el fútbol actual seguiría siéndolo

Y es que Hugo ha sido uno de los mejores delanteros de la historia y de las pocas estrellas del pasado que en el fútbol actual seguiría siéndolo. No era el más alto, ni el más fuerte ni tampoco el más rápido, pero su juego era explosivo, directo y con una pegada letal, prueba de ello es aquel Pichichi de record de la 89/90 con 38 goles, todos ellos al primer toque. Tenía ADN cien por cien ganador y eso hoy seguiría enamorando a la grada del Bernabéu y además supo cómo pocos crearse una imagen de marca propia dentro y fuera del campo que hoy en día, en la era de la mercadotecnia, sería oro puro, porque podría explotar su imagen más allá de los anuncios de Colgate con los que, como dentista que era, nos deleitó en su época. Y es que  Hugo no era sólo gol en estado puro, lo cual le llevó a ganar entre otros títulos cinco Ligas españolas o una Copa de la UEFA, Hugo también eran sus volteretas, sus chilenas, sus goles de falta directa, sus salidas de tono que le llevaban a “sujetarse” sus partes nobles en forma de protesta cuando cierto público le increpaba o su liderazgo innato que  le llevó a ponerse al frente de su autodenominada “Quinta de los Machos” que no dejó  que le hiciera sombra ni siquiera la mítica “del Buitre”.

imagen: Hugo OK

A Hugo Sánchez se le recuerda siempre con la camiseta blanca del Real Madrid de Hummel, pero no hay que olvidar que llegó a España a través del Atlético de Madrid con la vitola de campeón mundial Sub-20 donde cosechó unos números espectaculares y que terminó en un Rayo Vallecano con el que, según declaró a la prensa, no descartaba volver a ser Pichichi, así era Hugo. Después de seguir metiendo goles alrededor del mundo hasta el año 97 decidió emprender etapa como entrenador sin grandes éxitos, aunque sí se le puede atribuir el mérito de haber impreso siempre su carácter ganador en todos los equipos en los que ha estado al frente. Actualmente trabaja como comentarista y columnista deportivo en medios especializados, lo cual le permite seguir dejándose ver por todos los eventos importantes de la actualidad futbolística. Y como pude comprobar aquel 20 de diciembre de 2015, a veces se escapa a ver a su Madrid. Por cierto, en aquel partido pudimos ver nada menos que doce goles entre canapé y canapé, se notaba que “Hugol” estaba presente.  El resultado fue 10-2 para el Real Madrid, pero la verdad, eso nos importó poco.

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