En los últimos años el Real Madrid ha experimentado un cambio en la estrategia de fichajes y planteamiento a largo plazo la cual se confirma con la marcha de Cristiano Ronaldo. En breve se sabrá si es acertado.
El clamor popular para que la directiva del Real Madrid fichase a un delantero de renombre se escuchó esta vez en cualquiera de las cuatro esquinas que rodean el estadio Santiago Bernabeu. Y es que desde hace varios años son más sonadas las ventas de jugadores que las nuevas adquisiciones, no en vano, desde el fichaje de James en 2014 no ha habido ningún otro jugador que haya llegado a la casa blanca capaz de ilusionar a la grada y compensar la ausencia del propio James, Morata y por su puesto de Cristiano Ronaldo. Entre los tres, aseguraban una media de sesenta goles por temporada, por contra, las nuevas incorporaciones, a excepción de Thibaut Courtois, consisten en chicos jóvenes, generalmente españoles, que apuntan alto pero que todavía no han demostrado nada en el fútbol de primer nivel tal y como se requeriría en un club como el Real Madrid.
Desde hace varios años son más sonadas las ventas de jugadores que las nuevas adquisiciones.
Esta es la realidad actual del equipo blanco, pero también realidad es que los títulos, en forma de Copas de Europa principalmente, no han dejado de llegar a las vitrinas del museo del estadio Santiago Bernabéu. Aun así, el pesimismo se ha apoderado de la grada blanca y parece que el socio empieza a tomar posiciones defensivas para una larga travesía por el desierto ya que por mucho que se diga lo contrario, es complicado superar el golpe moral que ha supuesto el abrupto final de una era en la que Zidane y sobre todo Cristiano Ronaldo han marcado una época difícil de igualar.
Es inevitable acordarse de aquellos momentos de la era Ramón Mendoza en la que, coincidiendo también con una remodelación del estadio, el madridismo tuvo que sufrir una época de crisis económica acompañada de un periodo de ostracismo en Europa por la falta de títulos importantes y presencia de primeras figuras internacionales, acaparadas por aquel entonces por el imbatible “calcio” italiano, de la que sólo se pudo salir a base de fichajes mediáticos y de la venta de terrenos de la antigua Ciudad Deportiva.
Es inevitable acordarse de aquellos momentos de la era Ramón Mendoza en la que, coincidiendo también con una remodelación del estadio, el madridismo tuvo que sufrir una época de crisis económica acompañada de un periodo de ostracismo en Europa por la falta de títulos importantes y presencia de primeras figuras internacionales, acaparadas por aquel entonces por el imbatible “calcio” italiano
La situación es desalentadora y es sintomático, a la vez que desmoralizador, que el “7” de Juanito, Butragueño, Raúl y cómo no Cristiano Ronaldo, lo haya heredado Mariano. Pero, ¿y si fuera verdad que el Madrid tiene un modelo deportivo serio que viene gestando desde hace años?, ¿qué pasaría si ahora empezase a dar sus frutos?
Es innegable que el Real Madrid tiene una plantilla con una media de edad muy joven y llena de jugadores que en su día llegaron de forma discreta sin ser estrellas pero que se han convertido en referentes mundiales en sus posiciones. Me refiero a gente como Marcelo, Varanne, Carvajal, Casemiro o incluso el propio Marco Asensio que además se ven complementados por otros, que aunque son menos titulares como Lucas Vazquez o Nacho, han crecido en la casa y aportan ese ADN madridista que implica competitividad y amor a unos colores. Y es que está claro que hoy en día competir contra clubes “dopados” económicamente por jeques o instituciones que pagan cifras astronómicas por jugadores carentes de talento diferencial es inviable y carece de sentido además, a no ser que quieras vender tu alma al diablo, el cual algún día acabará pidiéndote cuentas, y por tanto la figura de buenos gestores deportivos o incluso empresariales se hace tan importante o más en los clubes como las de los cracks mediáticos que metan goles.
Pero, ¿Y si Florentino Pérez hubiera acertado, una vez más, con el modo de gestionar el club y en verdad no hiciera falta traer al Neymar de turno?
Existe un caso reciente en la familia blanca que, salvando las distancias, podría servir de ejemplo para explicar a qué me refiero con la palabra “modelo”. Y es que recuerdo que no hace mucho el real Madrid de baloncesto era una sección prácticamente desahuciada, pero la conformación de un equipo con una base de buenos jugadores nacionales como eran Rudy, Llull, Sergio Rodríguez o Felipe que enganchaba al aficionado patrio junto con extranjeros de calidad proporcionó un equipo campeón que permitió la tranquila llegada desde la cantera de un jovencísimo Luca Doncic que acabó siendo el mejor jugador del equipo. La situación de desventaja del baloncesto europeo frente a la NBA ha hecho que Doncic emigre a los pocos años pero me consta que no ha cundido el pánico en el club porque desde la cantera del Real Madrid ya se esperan otros jugadores de origen centroeuropeo que serán capaces de ayudar a dar continuidad a un proyecto de éxito.
De momento, a pesar de este clima de pesimismo generalizado de la tripulación de esta Lancha Vikinga y con un mercado de fichajes cerrado sin la llegada de ese ansiado crack mediático, Mariano no deja de ser un chico de la casa más, el equipo de Lopetegi ha iniciado el campeonato de Liga con buenos resultados y con un juego que hace pensar que quizá no se acabe echando tanto de menos los goles de “CR7”. El tiempo lo dirá, pero ¿Y si Florentino Pérez hubiera acertado, una vez más, con el modo de gestionar el club y en verdad no hiciera falta traer al Neymar de turno? Pues en ese caso, a todos aquellos que llevan cavando la fosa del Real Madrid desde hace dos meses no les quedará más remedio que volver a echar la tierra dentro de nuevo para taparla, me temo además que por mucho tiempo.