No es que el recuerdo quede en el olvido, tan solo basta un pequeño detonante para traerlo de vuelta y entender que existen momentos que quedan guardados para siempre.
Se convirtió en un sitio de paso dentro de lo que fue un viaje prolongado y exhaustivo. Dos días en los que ante la falta de prever un itinerario turístico los resultados de búsqueda en internet nos daban listas de sitios y actividades en los que el ocio, el placer y el disfrute estaban asegurados. Cielo azul de verano en donde las nubes se posicionaban por encima nuestra a pocos metros desprendiendo un olor médico-recreativo 24/7. El atardecer trae consigo el delineado de siluetas en los muros de ladrillo y una tonalidad anaranjada que con nostalgia ve partir el día para recibir a la noche. La luz llega en tonalidad rojo neón y con ello la curiosidad extranjera que convive con lo cotidiano de la vida local. Situarte en un mundo distinto en los que el orden de las letras que dan nombre a las calles, pasadizos y callejones parecen no tener sentido alguno, guardando un misterio sobre lo desconocido.
Para quien no domina el neerlandés esta ciudad logra comunicarse por la cultura y el arte a través de distintas de sus variantes. Cada sitio y monumentos guarda un estilo de cuadro en vida, resulta visible el sentido en el que el viento corre, como un suave delineado de pincel que permite el giro de las grandes aspas de los molinos, así como el peinado del follaje de los árboles, flores y la hierba que muestran colores vivos, el azul que recorre los canales en donde guardan botes enfilados frente a casas rojizas con techos azulados. Ámsterdam resulta un tanto frenética, así como envolvente y cautivadora desde cualquier ángulo.
La Johan Cruiff ArenA parece no tocar el piso, el nivel del terreno de juego se encuentra por encima del nivel de la calle, en estado de levitación que obligue levantar la mirada de todos para el disfrute total de la obra, aficionados, ocasionales y detractores. El sitio convertido en escuela con estilo proprio, metodología y practica que ha sido tomada como inspiración a lo largo de las décadas en todo el planeta en distintos niveles, contextos dándonos alumnos a titulo honorario. Aquí se enseña y se aprende, con papel y bolígrafo en mano se toma asiento en la grada o detrás del televisor y se toma nota.
Sobre un lienzo en blanco se traza una línea central en rojo, el punto medio, el fin y el inicio de algo dentro de este juego colectivo, la camiseta rememora recuerdos en forma de su más grande figura que perdurarán por encima del metal con el cual está constituido su estatua a modo de monumento y punto de devoción peregrina, porque aquí se consiguió elevar la perfección habido en el numero 10 con ingenio. Jugadores, técnicos, alineaciones, jugadas y partidos que no se olvidan encontrando espacio en la infinitud de la memoria colectiva. Futbol que no se olvida.
Ajax cumplirá 125 años, el inicio de los festejos ha traído consigo la vuelta de la heráldica más representativa del club y una de las más hermosas en la historia de este deporte. Vuelve para quedarse por siempre, promesa y desafío al tiempo y espacio. Amor, pasión y devoción en la vida que fue, que es y la que vendrá. ¿Quién puede asegurarnos que esto pueda durar por siempre? Resulta esperanzado y hermoso el poder creerlo, vivir lo suficiente como para comprobarlo.
Julio 2025 – Forever.