La vida activa de un futbolista es corta y tras la retirada existe una gran variedad de opciones dentro y fuera del mundo del balón. Hablamos un poco de estas últimas.

Hacer del fútbol un medio de vida no es algo fácil y más complicado es aún finalizar la carrera deportiva con la vida resuelta. Se trata de un lujo al alcance de muy pocos y es que en el fútbol no todos los jugadores son “Messis” o “Ronaldos” cuyo sueldo anual alcanza la cifra de seis ceros. Es cierto que hoy en día, a diferencia de los años 80 o 90, un jugador que desarrolle prácticamente toda su carrera en equipos de primera división y con una cabeza bien amueblada podría permitirse el lujo de vivir el resto de sus días disfrutando de la fortuna amasada durante sus años de futbolista en activo, o bien, seguir vinculados al deporte que tanto les ha gustado de alguna manera u otra sin la necesidad de recibir grandes emolumentos por ello.

No hay que olvidar que la carrera de un futbolista, salvo extrañas excepciones, finaliza a una edad en la que todavía la inquietud por hacer nuevas cosas y aceptar nuevos retos supera a cualquier tentación de quedarse en casa durmiendo sobre una lecho de billetes

Aun así, son pocos los jugadores que una vez colgadas las botas y teniendo una vida resuelta deciden dedicar el resto de sus días a la vida contemplativa, o dicho de otra manera, a no hacer nada. No hay que olvidar que la carrera de un futbolista, salvo extrañas excepciones, finaliza a una edad en la que todavía la inquietud por hacer nuevas cosas y aceptar nuevos retos supera a cualquier tentación de quedarse en casa durmiendo sobre una lecho de billetes. No en vano, es muy habitual ver a grandes figuras del futbol seguir ligados a este mundillo ya sea como entrenadores de gran prestigio como es el caso de Zidane o Guardiola o incluso más discretos, o bien, de una manera más cómoda, haciendo de comentaristas deportivos en tertulias o narraciones de partidos. Suelen caracterizarse por ser los colaboradores más criticados porque ni tienen la formación adecuada para ser comunicadores o bien son incapaces de dejar a un lado sus colores y ser lo suficientemente neutrales durante sus narraciones. La lista sería interminable, Michel, Julio Salinas, Kiko Narváez o el mismo Camacho y su famoso “Iniesta de mi vida”.

Hemos hablado de la opción fácil, pero no hay que olvidarse de que existe un elevado porcentaje de futbolistas que una vez finalizado su tiempo en activo deciden, bien por necesidad o bien por vocación, dedicar su vida a profesiones totalmente ajenas al futbol, en las que en algunos casos llegan a formar parte de la élite o por desgracia, de todo lo contrario. Sea como sea, las salidas profesionales escogidas ajenas al mundo del balón son de lo más dispares.

Imagen: Juan José Jimenez «Sandokan»

Es inevitable empezar esta lista de profesiones “exóticas”, a modo de homenaje, con el malogrado ex guardameta del Rayo Vallecano de los años 90 Wilfred Agbonabare, al que es imposible sacarse de la cabeza en aquel programa de la Sexta de “El jefe” en el que aparecía como mozo de almacén en una nave industrial de la empresa MRW, viudo reciente y trabajando en horario nocturno, ganando dinero para enviárselo a sus hijos en Nigeria con el fin de que pudieran estudiar. Wilfred, meses más tarde moriría de cáncer. La vida no fue amable con el portero nigeriano, al igual que tampoco lo fue con otros jugadores de la élite de los 80 para los que los sueldos que se manejaban en “La Liga” no eran quizá los que a día de hoy reciben los jugadores de primera división. Otro caso llamativo, menos dramático eso sí, es el de Juan José, también conocido como Sandokan por su entonces atípica barba, al que ni siquiera su paso por el Real Madrid le salvó de tener que convertirse en chico para todo para ganarse la vida una vez colgadas la botas. Era habitual verle por su “Tacita de Plata” como camarero o repartidor de propaganda o incluso teniendo algún que otro problemilla con la justicia. Sólo le faltó hacer de taxista como fue el caso de su amigo “Mágico” González durante la estancia de éste en los Estados Unidos, antes de decidir volver a su El Salvador natal. Y es que aquel futbol de los 80 no movía tanto dinero como lo hace el de hoy y quizá por eso el mítico Juan José tuvo compañeros de equipo en el Real Madrid que también tuvieron que buscarse las habichuelas sin el balón de por medio una vez cumplidos los treinta y pico. Cuando uno piensa en posibles profesiones de futbolistas seguramente no pensaría en la de profesor universitario como es el caso de Manolo Sanchís, de la quinta del Buitre, o la de otro curioso caso como es el del elegante centrocampista Ricardo Gallego, que a pesar de que ejerce como comentarista en la radio, bastante cabal por cierto, y de fundar una empresa que gestionaba los palcos VIP del Bernabéu, hacía sus pinitos en la empresa privada como colaborador de empresas de tecnologías de la información. De esta manera era posible verle de vez en cuando en salas de reuniones de empresas del Ibex ayudando a vender soluciones tecnológicas junto a sus socios. Por el éxito empresarial también circuló su compañero de club y selección Carlos Alonso “Santillana”, al que la cabeza no sólo le funcionaba bien a la hora de rematar, también le ayudó a convertirse en delegado de ventas de la marca Reebok en España y cómo no acordarse también de Luis Miguel Arconada, portero de la Real Sociedad  y de la selección que llegó a ser consejero independiente de CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), empresa que cotiza en el mercado español con un capital de 1.200 millones de euros. Empresario también es, aunque más modesto, otro mítico del futbol de los 90 como es el Tato Abadía, ex del Logroñes, Atlético o Compostela, el de Binefar hoy vive en Logroño y regenta su propia quesería en una céntrica calle en la “Zona Cero” de los pinchos de la capital riojana. Es habitual verle con su delantal y su boina aconsejando a los clientes sobre quesos de todo el mundo y sirviendo sus pequeñas tablas acompañadas de un buen rioja.

Imagen: Local que ocupa la quesería regentada por «Tato » Abadía en Logroño

Y es que la imaginación de los futbolistas a la hora de montar sus propios negocios no tiene nada que envidiar a los emprendedores de hoy en día. Y si no que se lo expliquen al famoso centrocampista internacional sueco Tomas Brolin, que pasó por el fútbol italiano e inglés con cierto éxito, el cual dedicó su tiempo una vez finalizada su carrera deportiva a vender aspiradoras por Internet o a montar su propio restaurante italiano, tal vez eso explica su actual estado de forma. Pero, si hay algún exjugador que se lleva la palma en eso de desempeñar una actividad empresarial poco común, no se puede dejar de mencionar al colombiano Faustino Asprilla, no se sabe si la idea se la daría el imaginativo Brolin mientras fueron compañeros en el Parma italiano a principios de los 90, pero el bueno de Faustino vende por toneladas sus famosos “Condones Tino”. Y es que sí, el “Tino” Asprilla aprovechando sus ahorros y su famosa “masculinidad” que una vez salió a pasear involuntariamente, decidió invertir en su propia marca de preservativos que hoy se venden en Colombia con el mayor de los éxitos.

Imagen: G. Weah en un acto con el ex-presidente sudafricano Jacob Zuma

Pero no todo en este mundo son empresarios de éxito o profesiones excéntricas, otros futbolistas deciden una vez retirados de los terrenos de juego dedicar su vida y su tirón mediático para servir a la ciudadanía desde la política como es el caso de George Weah que se ha convertido en presidente de Liberia prometiendo luchar contra la pobreza de su país o el caso más sorprendente de Romario, famoso en su día por sus goles y sus salidas nocturnas que hoy en día es un formal diputado del estado de Río de Janeiro en Brasil.

Porque Pelé encarna la esencia de todo aquello que un futbolista puede hacer después de dejar de serlo. Edson Arantes do Nascimento después de dejar de ser Pelé en las canchas fue diplomático de la ONU, actor en varias películas, dirigente de la FIFA, ministro en Brasil y  hombre anuncio.

Por último, están aquellos jugadores que son incapaces de retirarse del foco mediático una vez apagados los del propio estadio y deciden seguir bajo el candelero. Es el caso del polémico Eric Cantoná que una vez retirado a los 31 años hizo sus pinitos como actor aunque posteriormente haya descubierto su vocación en una ocupación mucho más altruista como es la de ser activista defensor de los derechos de los refugiados en Francia. Bajo los focos siempre está nuestro último caso de futbolista polifacético. Y es que imposible acabar este repaso a los profesionales con pasado futbolista sin mencionar a “O Rei”. Porque Pelé encarna la esencia de todo aquello que un futbolista puede hacer después de dejar de serlo. Edson Arantes do Nascimento después de dejar de ser Pelé en las canchas fue diplomático de la ONU, actor en varias películas, dirigente de la FIFA, ministro en Brasil y como no… hombre anuncio para las famosas campañas de Mastercard o aquel famoso producto para la disfunción eréctil, se nota que a Pelé no le gusta fallar en nada.

 Queda claro que hay vida después del futbol de élite, y es de lo más variada e imprevisible.  Así que hoy, cuando salga a pasear, ir a la compra, tomarse un café o incluso a la consulta del médico, estese pendiente, podría estar tratando con un ex futbolista de élite, en ese caso actúe con naturalidad, son gente de lo más normal.

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