El pasado octubre Racing de Avellaneda perdía la liga argentina fallando un penalti en el ultimo minuto de la última jornada del campeonato. Un hecho que bien conocen en La Coruña. Contamos la historia de dos trágicos penaltis y de sus protagonistas Miroslav Djukic y Jonatan Galvan.

Que el futbol es un deporte de fallos, parece algo incuestionable. Pero no es menos cierto, que los fallos que se producen en el juego no siempre tienen la misma repercusión. Una cantada de un portero puede ser definitiva. Mientras que un pase que no llega a su destino en muchos casos resulta intrascendente.

Seguramente uno de los errores que tienen mas impacto en el fútbol es fallar un penalti. Carlos Caszely falló uno en el Mundial de 1982 y todavía hoy se lo recuerdan en Chile. En España a Eloy Olalla le pasó algo similar. Su error en la tanda de penaltis en los cuartos de final del Mundial de México 86 le persiguió durante toda su carrera. Incluso los más grandes han fallado penaltis. Roberto Baggio, Totti, Riquelme, Cristiano Ronaldo o el propio Messi no siempre han sido certeros en el lanzamiento desde los once metros.

Pero como todo en el fútbol, los penaltis fallados no han tenido siempre la misma repercusión. Algunos han supuestos auténticos dramas. Con una trascendencia incluso más allá del deporte.

Incluso los más grandes han fallado penaltis. Roberto Baggio, Totti, Riquelme, Cristiano Ronaldo o el propio Messi no siempre han sido certeros en el lanzamiento desde los once metros.

¿Quién no recuerda el famoso penalti de Djukic? No fue un simple error. Ese fallo privó de una gesta histórica al entonces Superdepor de Arsenio Iglesias. Aquel simpático equipo se codeó durante años con los grandes del fútbol español. El 14 de mayo de 1994 el conjunto gallego estaba a un solo paso de la gloria. Ultima jornada de Liga, el Depor era líder, seguido de cerca por el Barça de Cruyff. Ese día La Coruña se vistió con sus mejores galas. El Depor podía convertirse en campeón de Liga por primera vez en su historia. Faltaba un último partido. Un ultimo paso, el ultimo esfuerzo. Pero el partido final fue complicado, el Valencia, se convirtió en un hueso difícil de roer. En Barcelona, el Barça ganaba con facilidad y era virtualmente campeón. Pero en La Coruña la historia iba a tomar un giro inesperado.

Ultimo minuto de partido en Riazor, penalti a favor del Deportivo, si marca será campeón. Djukic cogió el balón lo posó en el punto de penalti. Resopló. Tal vez, demasiado. Pateó el balón y el portero lo atajó. Fin de la historia. Un penalti fallado privó de ganar un título de Liga a un humilde equipo. Riazor se convirtió en un drama. Posiblemente el mayor de la historia de nuestro fútbol. Aquel día, muchos aficionados nos dimos cuenta lo cruel que podía ser el deporte.

Entonces aquella rocambolesca historia parecía irrepetible. Un campeonato decidido en el ultimo minuto del ultimo partido. Con toda la presión sobre un jugador que debía chutar un penalti. Difícil de creer, incluso, en un guion de cine.

Pues paradojas del fútbol, ha vuelto a suceder. El pasado mes de octubre se decidía la Liga en Argentina. Racing de Avellaneda mantenía un firme pulso con Boca Junior por proclamarse campeón. Ultima jornada del torneo. Racing jugaba en su estadio frente al histórico rival de Boca Juniors, River Plate. Una pirueta más en esta historia. El partido estaba empatado. Con ese resultado Boca era campeón. Minuto cuarenta y cuatro. Penalti a favor de Racing.

En ese instante, Jonatan Galván, defensa del equipo de Avellaneda se dice a chutar el penalti. Pero al igual que sucediera con Djukic, Galván falló el lanzamiento. Boca se proclamaba campeón y a Racing se le escapaba un campeonato en el ultimo minuto del ultimo partido. Increíblemente, veintiocho años, se repetía una tragedia futbolística similar. Desgraciadamente a Racing de Avellaneda y a Deportivo de La Coruña ya nos les únicamente las rallas azules de sus camisetas. Trágicamente han quedado hermanados por el drama de perder una liga por un penalti errado en el último segundo.

Desgraciadamente a Racing de Avellaneda y a Deportivo de La Coruña ya nos les únicamente las rallas azules de sus camisetas. Trágicamente han quedado hermanados por el drama de perder una liga por un penalti errado en el último segundo.

Si bien en mayo de 2000, el futbol le devolvió al Depor y a la Coruña lo que le había privado. Con merecimiento el equipo herculino se proclamó campeón de Liga. Por ahora su única liga. Esperemos que el fútbol sea generoso también con Racing y que en los próximos campeonatos los de Avellaneda puedan conquistar el campeonato de Liga. Para que un día el fútbol les devuelva lo que le privó con exceso de amargura.

Leave a comment.

Your email address will not be published. Required fields are marked*