Durante muchos años fuimos los mejores. Vivimos décadas enteras siendo una Liga insuperable. Envidia de muchas y reflejo para otras. Pero hoy, cualquier tiempo pasado parece mejor. La realidad nos muestra que nuestro campeonato rezuma una decadencia difícil de disimular.

Esta semana se cerró el mercado de fichajes de esta extraña temporada de la era Covid. Los equipos españoles han sido los que menos han fichado de las tres grandes ligas europeas. Incluso la liga alemana ha aguantado el tirón mejor que la española.

El hecho de no invertir no es reflejo automático de decadencia. No lo es, en absoluto. Pero la falta de inversión viene aparejada de síntomas de agotamiento de nuestro fútbol en general. La selección ya no es la máquina de “tiqui taca” que se paseaba por el mundo. La Champions League han dejado de ser dominada con puño de hierro por los equipos de la Liga española. Pero posiblemente la evidencia del estancamiento de nuestro fútbol este en la evolución táctica.

La falta de inversión viene aparejada de síntomas de agotamiento de nuestro fútbol en general.

Los grandes estrategas del momento no se sientan en los banquillos de nuestros estadios. Guardiola, Jurgen Kloop, Julian Nagelsmann o Hans-Dieter Flick implantan y desarrollan nuevas estrategias fuera de nuestro fútbol.

Como sucediera en su momento con el Calcio italiano de los años ochenta y noventa, la luz de la liga española se marchita brillando más otras ligas en las que el foco del espectáculo se proyecta con mayor atención.

Las causas de esta decrepitud son numerosas. Hay un hecho que está por encima de todos. La crisis económica y sanitaria que salpica el mundo ha afectado claramente al fútbol. El espectáculo ha quedado mermado. La falta de público en las gradas da menos valor al producto. Y nuestros clubes son conscientes de ello. Saben que van a cobrar menos en conceptos de televisión, publicidad y merchandising. No quieran gastar o más bien están obligados a no hacerlo.

Pero el covid no es la única causa del agotamiento de la Liga. El torneo ha pivotado en una rivalidad Real Madrid-Barça. En ciertos momentos el eterno duelo entre merengues y culés engrandeció la competición. Pero en otras ocasiones también aplacó su desarrollo.

Los clásicos de nuestro fútbol, son posiblemente los partidos a nivel clubes más atractivos del mundo. Tal vez este producto haya sido manoseado en exceso. Existe la sensación de no haber exportado una competición sino una rivalidad entre dos clubes. Muy diferente a Inglaterra que el valor de marca de su fútbol siempre estuvo en “La Premier”. Un concepto más global que el nuestro.

De hecho, el reparto de los derechos de televisión ha sido mucho más cuantioso en los últimos años en Inglaterra que en España. Pero también en la “Premier” ha habido más solidaridad interna. En nuestra liga, los grandes han recibido cantidades mucho mayores que el resto de equipos del campeonato. La base de este reparto desigual era clara, “Nosotros lo generamos”. Cuestión que es irrefutable. Pero tal vez el concepto de expansión de la Liga debió ir más allá del “Clásico”. Con una puesta en escena tan exclusiva invocar solidaridad se convierte en mera quimera.

Seriamos injusto si solo analizáramos en estos parámetros la aquiescencia del Barça y el Real Madrid sobre el resto de equipos de la Liga. Posiblemente el Sevilla se ha convertido en el rey de la Europa League por competir en un torneo doméstico en el que jugaban blancos y blaugranas. El mismo Atleti en su afán de alcanzar a los dos mastodontes de la Liga ha conseguido levantar tres Supercopas de Europa y tres Europa Leagues, rozando la Champions League en dos ocasiones. Pero todo eso parece ya muy lejano.

Hoy vemos una competición que ha decido asumir la situación que le rodea. Desgraciadamente la crisis sanitaria y económica está impregnando todas las esferas de nuestra sociedad. Los clubes del fútbol español han interiorizado la crisis. No hay más. Ya no existe espacio para el despilfarro. El Real Madrid no ha realizado un solo fichaje esta temporada. Algo que no sucedida desde 1980.

No es una situación fácil para nuestra Liga. Las gradas vacías, pocas caras nuevas y escasos alicientes para nuestros aficionados. Todo ello sumado a cierto aroma melancólico.

Por tanto, el cierre del mercado de fichajes evidencia una flaqueza económica preocupante en nuestro fútbol. Pero en tiempos de crisis las soluciones en el balompié suelen pasar por la cantera. Los equipos españoles tienden históricamente a recurrir a sus jóvenes talentos cuando las carencias afloran. Por eso debutó Joaquín en su día en un Betis que Jugaba en Segunda División. Tal vez soluciones como esta rejuvenezcan una competición que se llena de melancolía viendo su pasado reciente. Un ejemplo pude ser Asun Fati, un jugador que está floreciendo cuando el duelo a la pérdida de un mito como Messi asoma en Barcelona.

No es una situación fácil para nuestra Liga. Las gradas vacías, pocas caras nuevas y escasos alicientes para nuestros aficionados. Todo ello sumado a cierto aroma melancólico. Pero no olvidemos, nuestros equipos siempre estarán ahí. En los tiempos difíciles que nos toca vivir, ver a nuestros chicos competir siempre nos alegrará la miedosa monotonía que padecemos.

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