La actualidad pedía a gritos un “retrato esférico” de Iker casillas. Hoy, día de su treinta y ocho cumpleaños repasamos su carrera y celebramos que está entre nosotros y que desde hoy se celebra en este día el “Día del Portero Español”.

Ahora que posiblemente su carrera esté tocando a su fin por su desgraciado accidente cardiovascular, aunque eso sólo él lo sabe, parece un momento oportuno para analizar una de las figuras más trascendentales del fútbol español de toda la historia.

Si hay una palabra que defina su carrera quizá sea la precocidad. Y es que Íker ya sonaba como futuro guardameta de la primera plantilla del Real Madrid cuando aún asistía al instituto dejando para la historia la imagen del padre de Iker entrando a la ciudad deportiva del Real Madrid con su modesto Renault 19 para dejar al “niño” en los entrenamientos ya que el joven Íker, con dieciocho años recién cumplidos, aún no tenía carnet de conducir.

Fue precoz también en ganar títulos importantes pues formó parte de aquella selección campeona del mundo sub 20 que empezó a hacer soñar a España con que quizá algún día podría ser campeona de forma absoluta. En España gano cinco Ligas y Tres Copas del Rey, la primera con veinte años. Pero es su palmarés internacional el que quizá impresiona aún más. Tres veces campeón de Europa. Siendo en una de esas copas, “la Novena”, el héroe absoluto junto con Zidane y su famosa volea. Aquel día, en un año que  no gozaba de titularidad, tuvo que saltar al campo para suplir a su compañero César que había caído lesionado y realizar tres intervenciones magistrales que a la postre servirían para levantar la copa y proporcionar un punto de inflexión a su carrera.  Con la selección absoluta llegó a jugar cuatro mundiales como titular, levantando como capitán la ansiada Copa del Mundo en aquella mítica noche de 2010 en Johanesburgo, además de otras dos Eurocopas.

 

Iker Casillas levantando el trofeo de Campeón del Mundo en 2010

Pero se podría decir que también ha sido precoz en sufrir un infarto con tan solo treinta y siete años. Y es que esta dolencia reciente ha servido para demostrar algo que ya se daba por hecho en la afición española, independientemente de los colores que vista y ese algo es el tremendo aprecio que la gente tiene a la persona que levantó la copa de Campeones del Mundo por primera y única vez. Y que no ha dudado en mostrarle su afecto durante este trance que afortunadamente tuvo final feliz. De hecho, a nadie le extrañó que figuras de peso de equipos con histórica rivalidad  dieran su apoyo al portero, porque una de las conductas que más ha marcado su imagen y por qué no decirlo, su carrera, ha sido su incansable tesón para tender puentes entre clubes rivales aun cuando la tensión entre las partes era máxima. Y esto no le ha salido gratis.

Aquella decisión personal le valió un príncipe de Asturias pero también abandonar el club en el que llevaba desde los 10 años

A nadie se le escapa que en estos fatídicos días de espera a las puertas del hospital en Oporto las reacciones que más se buscaban no eran las de sus eternos rivales de la Ciudad Condal. Más bien el morbo era saber cómo reaccionaban ciertos sectores del madridismo que no le perdonaron nunca esa diplomacia y condescendencia con el rival cuando el que por aquellos años mandaba en el vestuario blanco tocaba la corneta llamando al frente guerra día sí día también para intentar frenar, costase lo que costase, los mejores años del Fútbol Club Barcelona.

Aquella decisión personal le valió un príncipe de Asturias pero también abandonar el club en el que llevaba desde los diez años. Al final se ha visto que el tiempo todo lo cura y la reacción de su club de toda la vida tanto en la grada como en lo referente a la parte institucional fue la adecuada además de merecida.

 

Iker Casillas en su memorable actuación en la final de Champions League de 2002

Iker es talento puro, reflejos, saber estar en la posición correcta en el momento adecuado y suerte. Algo que en el fútbol es fundamental y que no todo el mundo tiene de su lado pero que en muchos casos es la que te hace campeón. Es interesante analizar el mensaje que Víctor Valdés le envió estos días pasados en el que muestra una enorme y real admiración por Iker y desde la sinceridad que ofrece el estar ya fuera de los focos, reconoce una cierta envidia sana sobre esa aparente cualidad de haber sido tocado por una varita mágica que permite suplir con talento lo que otros tienen que lograr con trabajo. Y eso, seguramente sin quererlo por parte de Víctor Valdés, ofrece, además de una muestra de sincera admiración, una posible explicación a  los problemas vividos por Íker a lo largo de su carrera con muchos de los entrenadores que le relegaron en ciertos momentos de su carrera a la sombra del banquillo. Sombra que nunca le duraría durante mucho tiempo porque precisamente esa suerte, en forma de cambio de entrenadores o desafortunadas lesiones de compañeros, incluyendo fatídicos botes de colonia, le permitieron gozar siempre de una oportunidad para demostrar que él estaba destinado a hacer historia.

…esa aparente cualidad de haber sido tocado por una varita mágica que permite suplir con talento lo que otros tienen que lograr con trabajo.

Hoy, 20 de mayo, Iker cumple treinta y ocho años y por suerte, una vez más la suerte, ha podido celebrarlos ya que ha sobrevivido a una situación que en la mayoría de los casos es muerte segura. No se sabe si el final de su carrera está cerca, lo que sí es seguro es que su carrera ha hecho feliz a muchos aficionados y por eso es justo que precisamente hoy todos celebremos el “día del portero español”, por tanto Iker, ¡felicidades y gracias!

 

2 thoughts on “Iker y la varita mágica

  1. Si pero no. Ciertos sectores del madridismo no le perdonan que sacara el vestuario a la prensa ( a través de su esposa), no que llamara a Xavi para calmar las aguas, eso toda persona normal lo ve bien.

    Y mola mucho lo de doble V, porque demuestra lo que los aficionados por mucho que seamos de los buenos y otros seáis del resto, creo que todos valoramos a los buenos. Y voy a poner como ejemplo a Osasuna.

    1. Eran tiempos convulsos con un Barça superlativo. Suponemos que eso mismo en otra fase de la historia hubiera traído reacciones diferentes, quién sabe… En cualquier caso, cada aficionado, para nosotros todos son de los buenos, es soberano y decide cómo tratar a sus estrellas. Al final la historia pone siempre a cada uno en su sitio.

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