Godin y Juanfran, dos leyendas del Atlético de Madrid en los últimos años han anunciado que abandonan el club colchonero. Dos jugadores referencia de gran profesionalidad. Analizamos su trayectoria y el legado que dejan en el club rojiblanco.

El poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht sentenció  “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles”. En la historia reciente del Atlético de Madrid esta sentencia encaja con precisión en las figuras de Juanfran Torres y Diego Godin.

Juanfran y Godin han formado parte de una de las defensas más correosas y eficaces de los últimos años en el fútbol europeo

Ambos jugadores han formado parte de una de las defensas más correosas y eficaces de los últimos años en el futbol europeo. Una defensa basada en una estrategia y una táctica rigurosa, pero que consiguió la excelencia y el éxito porque los jugadores que la formaban supieron alcanzar y en algunos casos sobrepasar los límites del esfuerzo físico y psicológico. Para mi hay una noche que resume y refleja el rendimiento desbordado de esta defensa. Fue el 3 de mayo de 2016, semifinales de Copa de Europa entre el Bayer de Munich y  el Atlético de Madrid, el equipo bávaro por aquel entonces entrenado por Guardiola sometió al cuadro colchonero a un asedió prolongado y agónico. Viéndolo por la televisión era insoportable. Bien, pues la defensa colchonera resistió. Sobrevivió llevando al Atlético de Madrid a su segunda final de  Champions en tres años. ¿Cómo lo hizo? Difícil de explicar, la superioridad alemana fue muy evidente todo el partido. La capacidad de sobrepasar los límites psicológicos parece la única explicación lógica. Cualquier otra defensa hubiera claudicado ante tan descomunal asedio. Juanfran y Godin sobrevivieron esa noche y por hechos como ese perduraran para siempre en la historia del Atlético de Madrid.

Simone al concluir el último partido de liga  y ante los números anuncios de despedida que se habían producido en las últimas semanas en Club del Metropolitano afirmó “Se van los gladiadores y nos dejan un gran legado. Respondieron como lo que son, guerreros”. El agradecimiento del entrenador es más que palpable y posiblemente el legado del que habla vaya más allá de actuaciones en partidos específicos.

Cuentan que Juanfran encandiló a Simeone desde el primer día. El 23 de diciembre de 2011 el “Cholo” llegó al Calderon para formalizar los temas jurídicos de su nuevo contrato con el Atlético de Madrid. Ese mimo día se disponía  a realizar su primer entrenamiento con el equipo. Faltaban dos horas para la cita concertada con los jugadores, inspeccionando las instalaciones del Calderon (su primer entrenamiento fue en el Calderon y no en el Cerro del Espino) vio en el gimnasio a un jugador “machacándose”. Ese jugador era Juanfran Torres, suplente con Gregorio Manzano esa temporada. Esa profesionalidad, ese esfuerzo diario y la humildad que mostraba el gesto que estaba viendo Simeone dejaron boquiabierto al entrenador argentino.

Pocas semanas después Simeone cambiaria de posición a Juanfran recolocándolo en lateral derecho. El  cambió lo convertiría en internacional y en un jugador referencia. Esa adaptabilidad, la humildad, la permeabilidad al cambio y al sacrificio han definido la trayectoria de Juanfran como futbolista.

La honestidad es una cualidad que también se refleja en el numero veinte del Atleti, el último ejemplo de ello ha sido la desestimación de la oferta de renovación que le planteó el Club. Con una honradez difícil de ver en el mundo del futbol actual Juanfran entiende que es el momento de salir del Atleti, sus mejores partidos ya los ha jugado.

Los atléticos se han identificado con Juanfran, con su constante sacrificio, con su derroche de coraje y corazón.

La afición atlética se ha identificado con los valores humanos de Juanfran. En la tanda de  penaltis de la final de la Copa de Europa de 2016, la que decidiría el campeón tras 120 minutos de un duró partido entre Real Madrid y Atlético de Madrid, Juanfran erró la pena máxima, esto sería definitivo para el desenlace final. Los colchoneros no se acordaron de su pasado merengue, ni le reprocharon nada por ese penalti, todo lo contrario, masivamente compraron la camiseta con su nombre. Los atléticos se han identificado con él,  con su constante sacrificio, con su derroche de coraje y corazón.

Godin, el otro imprescindible que deja la fortaleza colchonera llegó al Atlético procedente del Villarreal. Desde el primer día mostró sus dotes de liderazgo y en pocos partidos ya capitaneaba a voz en grito la defensa colchonera. El juego aéreo y su anticipación le han hecho un jugador de talla mundial.

Godin ha sido el pegamento que ha ido encajando cada una de las piezas que iban llegando al vestuario rojiblanco. Su imprescindible magnetismo hacia el trabajo diario ha contagiado e impregnado profesionalismo a jóvenes recién llegados como Giménez, Correa o Morata. Su capacidad de influir en sus compañeros y su ascendencia sobre ellos han aportado un clima muy positivo en el vestuario atlético. Influyó en la decisión de Griezmann para renovar con el Atlético de Madrid cuando todo parecía hecho para recalar en Barcelona.  Su personalidad va más allá de un simple defensa central. Godin es un capitán en todos los sentidos. Un líder en lo deportivo y en lo humano.

La historia de Godin en el Atlético tiene una imagen incuestionable. Es la imagen de un cabezazo, un remate que supuso una Liga y una hazaña que se recordará en la historia del futbol

La historia de Godin en el Atlético tiene una imagen incuestionable. Es la imagen de un cabezazo, un remate que supuso una Liga y una hazaña que se recordará en la historia del futbol. El Atlético de Madrid ganó un campeonato de la regularidad en la era  de Messi y Cristiano Ronaldo…casi nada.

Godin y Juanfran no seguirán vistiendo más las rayas rojas y blancas del Atlético de Madrid pero estén donde estén seguirán luchando por su Atleti, lo harán porque son de esos hombres que luchan toda la vida y son imprescindibles.