El debate suscitado esta semana entorno al Régimen de Franco y el fútbol nos lleva a una reflexión sobre el tema. Analizamos con espíritu critico el papel jugado por el fútbol durante la dictadura de Franco.

Desde hace años el fútbol español vive en una vorágine de inflexibilidad preocupante. Hay demasiado ruido nocivo alrededor de nuestro balompié. Las redes sociales han permitido difundir y propagar las proclamas más fanáticas del radicalismo futbolero.  Además, el modelo comunicativo que acompaña al deporte rey en nuestro país ha renunciado a los análisis sosegados. Las opiniones, juicios o veredictos ya no buscan la imparcialidad. En muchos casos, los comunicadores vociferan soflamas reflejando el color de su bufanda. La atmosfera futbolera destila cada vez más intransigencia.

Esta semana, nuestro fútbol ha vivido un claro ejemplo de toxicidad. El lunes, el presidente del F.C. Barcelona, en una extravagante rueda de prensa acusó al Real Madrid de ser el equipo del Régimen. Horas más tarde la televisión oficial del club blanco reaccionó. Publicó un infantil video respondiendo al mandatario culé. La grabación publicada venía a decir “Y tu más” tan típico de los patios de prescolar.

Como aficionado al fútbol me preocupa que los dos clubes más laureados de nuestro fútbol lleven a los niveles más altos de la institucionalidad la falta de rigurosidad analítica y el debate frívolo. Trágicamente, esta semana la imprecisión, el sectarismo y la subjetividad no se circunscribieron a un tuit, a una grada o un programa chirigotero. La vaguedad, el conflicto y la crispación llegó a las más altas instancias de los clubes. Este contubernio me decepciona. Si bien, creo que refleja la deriva mediática que acompaña al fútbol actual.

Fanfarronear con la historia suele ser arriesgado. Definir a un club como equipo del Régimen es una simple vaguedad. La polémica es en términos generales, absurda. ¿Quién fue el más beneficiado durante franquismo, el Barça o el Madrid? ¿Quién tiene razón en esta polémica? Pues realmente, todos y ninguno.

Personalmente me hastía el razonamiento absurdo y desproporcionado que reina en nuestro fútbol. Una visión de pertenencia al club basada en la comparación negacionista del rival. Una tendencia victimista que por regla general considera injusto todo lo que vine del oponente. Queda fuera la objetividad y la autocrítica.

Fanfarronear con la historia suele ser arriesgado. Definir a un club como equipo del Régimen es una simple vaguedad. La polémica es en términos generales, absurda. ¿Quién fue el más beneficiado durante Franquismo, el Barça o el Madrid? ¿Quién tiene razón en esta polémica? Pues realmente, todos y ninguno.

¿El Real Madrid fue beneficiado por el Franquismo?, Sí. ¿El Barça?, también. Fue así, porque el fútbol en general fue parte intrínseca del sistema. Y evidentemente el Régimen cuidó mucho al balompié. Como gustaban de llamarlo. Sin embargo, para hacer un análisis riguroso del entramado futbolístico en la dictadura de Franco hay que retrotraerse a la Guerra civil incluso a la fundación de los clubes. No podemos olvidar que tanto Real Madrid como F.C. Barcelona fueron dos instituciones comprometidas con la causa republicana. ¿Qué cambió entonces para que hoy se acusen mutuamente de ser los predilectos de la dictadura? Pues realmente, la Guerra Civil. Que lo cambió todo en España.

El Franquismo surge tras el intento fallido de un alzamiento militar. Franco intentó dar un golpe de estado contra el gobierno legítimo de la Republica. En buena parte de las regiones de España la asonada militar fracasó. Consecuencia de ello comenzó una fratricida guerra civil que duró casi tres años. Franco y buena parte del ejercito fue conquistando los territorios leales al gobierno republicano. Finalmente, en 1939, todo el territorio español quedó bajo su control. Implantado una cruenta dictadura militar que negó las libertades básicas e instauró un régimen autoritario. La represión contra el disidente ideológico fue constante. Muchos españoles acabaron fusilados o en el exilio.

El Franquismo sobrevivió durante casi cuarenta años. El dictador, Francisco Franco, murió en 1975 siendo aun Jefe del Estado. Como se dice popularmente, Franco murió en la cama. Es incuestionable que un Régimen que dura cuatro décadas se sustentaba en una fuerte implantación social e institucional. A partir de la victoria de Franco, las estructuras más relevantes del país fueron controladas por las autoridades del Régimen. Ninguna quedó fuera de su control.

El futbol, que en los años cuarenta se convirtió en el deporte más popular, no fue una excepción. Incluso se constituyó en un elemento de la cultura popular que fue implantando el Franquismo en la sociedad española. Los equipos de fútbol y las estrellas del balompié fueron usados como anestesia ante posibles pulsiones reivindicativas.

De hecho, el régimen franquista consiguió crear un género cinematográfico propio uniendo propaganda política con la biografía de las estrellas del fútbol. Películas como “Once pares de botas” (Francesc Rovira i Beleta, 1954), “El Fenómeno” (José María Elorrieta, 1956), “Saeta Rubia” (Javier Setó, 1956) o “Los ases buscan la Paz” (Antoni Ruiz Castillo, 1954) son los ejemplos más conocidos de un estilo de comedia para toda la familia que en la década de los cincuenta se apropió de infinidad de cines de barrio. Di Stefano, Kubala o Puskas fueron estrellas del balón y del celuloide.

Desde el punto de vista institucional los equipos de fútbol fueron sometidos a un estricto control. Los presidentes de la mayoría de los clubes eran personas afines a Franco. Las juntas directivas solían integrarse de militares, falangistas o empresarios cercanos al Régimen.

Desde el punto de vista institucional los equipos de fútbol fueron sometidos a un estricto control. Los presidentes de la mayoría de los clubes eran personas afines a Franco. Las juntas directivas solían integrarse con militares, falangistas o empresarios cercanos al Régimen.

El Barcelona no fue una excepción. Sus relaciones con las autoridades franquistas fueron fluidas y cercanas. Los presidentes del Barça durante el Franquismo fueron devotos del movimiento. Obteniendo prebendas como la recalificación de su viejo estadio de Les Corts. Que reflotó la economía del club y posibilitó la construcción de un moderno estadio como el Camp Nou.

Se ha escrito mucho sobre el posicionamiento del Barça en este periodo. Es cierto que el Camp Nou en aquella época se convirtió en un lugar donde frecuentemente se hablaba catalán. Lengua prohibida y perseguida por la dictadura. Pero institucionalmente su alineamiento con el Régimen fue absoluto. Había poco espacio para la disidencia institucional en aquellos años.

El posicionamiento del Barça durante el franquismo no es contradictorio con el catalanismo intrínseco que ha tenido el club desde su fundación. La famosa expresión “Mas que un club” que identifica al Barça con la proyección de Catalunya al mundo se debe a Vázquez Montalbán. El escritor barcelonés escribió aquel lema en su famoso articulo Barça¡, Barça¡, Barça¡ publicado en la Revista Triunfo en 1969. Años en los que el Franquismo daba lógicos síntomas de agotamiento.

Por su parte, las relaciones del Real Madrid con el Franquismo estuvieron muy condicionadas por el presidente del Club, Santiago Bernabéu. El equipo blanco tuvo enormes dificultades tras la Guerra Civil. Su estadio quedó prácticamente destruido. Apenas contaba con jugadores. Muchos de ellos abandonaron el país en un exilio forzoso impuesto por las circunstancias.

Santiago Bernabéu se convirtió en presidente del Real Madrid en 1943.  En junio de 1944 formalizó la compra de unos terrenos anexos al antiguo Estadio de Chamartín. En dichos terrenos construyó un nuevo Estadio. La operación fue sufragada masivamente por los socios y supuso la revitalización económica del club. Las autoridades franquistas no intervinieron en aquel proyecto. No ayudaron, pero tampoco pusieron reparos.

Bernabéu fue una dirigente de fuerte carácter. Simpatizante de la CEDA (Conferencia Española de Derechas Autónomas) durante la Republica. Luchó en la guerra con el bando franquista. A pesar de ello su fuerte personalidad le granjeó públicos enfrentamientos con dirigentes de la dictadura. Como anécdota, llegó a expulsar del Estadio a Millán-Astray, fundador de la Legión, por conducta inapropiada. Una afrenta que el Régimen no digirió con agrado.

Los éxitos del Real Madrid en la Copa de Europa no fueron indiferentes para el Franquismo. La conquista de seis copas de Europa, fueron utilizadas por la dictadura. Franco hizo suyas las victorias merengues en Europa. Los pocos triunfos del deporte español eran manoseados por el Franquismo como éxitos propios del Régimen. Sucedió con el Real Madrid, con Manolo Santana, con Ángel Nieto y también con Paquito Fernández Ochoa. Al fin al cabo el deporte era para el Franquismo un asunto político.

Franco instauró una dictadura de corte miliar. El ejército fue el eje vertebrador de su Régimen. En este sentido, cabe destacar que el Atlético de Madrid al terminar la guerra se fusionó con el Club Aviación, equipo vinculado al ejército del aire. De aquella unión nace el histórico Atlético Aviación. El enlace hizo que el Atleti quedara vinculado con el ejército. Y posiblemente ese lazo permitió a los colchoneros no jugar en Segunda División una vez terminada la Guerra. El Atlético de Madrid había descendido a Segunda justo antes de comenzar la contienda bélica. Al reanudarse la competición, el Oviedo que tenía plaza en Primera, no disponía de terreno de juego. Los bombardeos habían destruido su campo. La plaza del Oviedo la ocupó el Atlético Aviación. El equipo del ejercito del aire.

La lucha antifranquista supuso el sacrificio personal de muchas personas en España. El fútbol en general fue indiferente a todos ellos. Podemos decirlo claramente, el mundo del fútbol los ignoró. Fue reacio a significarse en el ámbito político, mantuvo el silencio y con su actitud legitimó el Régimen.

En definitiva, la mayoría de los clubes de fútbol recibieron bicocas del Franquismo. Tuvieron sus recompensas y mostraron una actitud servil con el Régimen. La lucha antifranquista supuso el sacrificio de muchas personas en España. El fútbol en general fue indiferente con todos ellos. Podemos decirlo claramente, el mundo del fútbol los ignoró. Fue reacio a significarse en el ámbito político, mantuvo el silencio y con su actitud legitimó el Régimen.

Fueron escasos los actos de repulsa a las barbaries cometidas por el Franquismo. En el fútbol de elite solo se recuerda los brazaletes negros que portaron Sergio Manzanera y Aitor Aguirre. Ambos jugadores del Racing de Santander. El domingo 28 de septiembre de 1975 saltaron al campo con dos lazos negros amarrados en sus brazos. Un sentido homenaje a los ejecutados la noche anterior por las autoridades franquistas. Los dos futbolistas fueron sancionados con una multa de 300.000 pesetas por alteración del orden público. Significarse tenia consecuencias.

Un año más tarde el 5 de diciembre de 1976, los dos equipos mas importantes de Euskadi, Athletic y Real Sociedad, hicieron un gesto histórico. Los dos conjuntos decidieron salir a la vez al terreno de juego, algo insólito en aquella época. Lo hicieron con la ikurriña vasca entre medias. Ese histórico partido es conocido como el derbi de la Ikurriña. Aquel acto reivindicativo ayudó a la legalización de la Ikurriña. Franco había muerto un año antes. Sin el dictador, el Régimen vivía ya sus estertores. España comenzaba un arduo camino a la democracia.

El fútbol por desgracia no jugó el partido de la lucha por la libertad. Vivió placida y cómodamente en la confortabilidad del sistema. Sorprende el absurdo debate generado esta semana. Utilizar la sufrida historia de muchos con la ligereza del debate futbolístico actual, es un error mayúsculo. Pero sobre todo es una frívola irresponsabilidad. Realmente el fútbol no ha hecho autocritica de su cómodo transitar por el Franquismo. No hubo equipo del Régimen. Lo que realmente sucedió es que el fútbol era del Régimen.

2 thoughts on “El fútbol del Régimen

  1. La buenísima noticia para mí es que ambos equipos se peleen por no querer ser cercanos al franquismo, o por querer ser el menos cercano: eso traslada a la gente la idea de que el franquismo fue claramente malo; que es algo que hasta ahora, la derecha, no ha hecho. La derecha democrática todavía no condena de forma clara y rotunda el franquismo, con lo que sigue perpetuando la idea de que no fue tan malo. Fue una dictadura fascista amiga de Mussolini y Hitler, que acribilló sin compasión a los que destacaban o pensaban mínimamente diferente… Un abrazo!!

  2. “El fútbol por desgracia no jugó el partido de la lucha por la libertad. Vivió placida y cómodamente en la confortabilidad del sistema. Sorprende el absurdo debate generado esta semana.” Excelente artículo.

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