Cuando se cumplen cinco años del último encuentro en el Vicente Calderón, se hace necesario recordar algunos de los partidos más significativos de su historia. Pero este artículo pretende apartarse de las referencias clásicas que siempre aparecen en la historia del legendario estadio. No están las noches frente al Celtic de Glasgow, el Independiente de Avellaneda, la Liga del Albacete o la remontada al Barça de Cruyff, ni el arbitraje de Álvarez Marguenda contra el Zaragoza de 1981. Pero desde la perspectiva del autor merecen señalarse como encuentros muy notables por una trascendencia superior a lo que en su día se le otorgó, ya que supusieron fechas muy significativas en la práctica en la mayoría de los casos por las consecuencias que tuvieron. Puede definirse como un acercamiento heterodoxo a la historia del mítico feudo colchonero directamente relacionado con las vivencias de aficionados que hoy rondan…..o superan los cincuenta
Atlético de Madrid 2- Real Madrid 0. Semifinales Copa del Rey 1987. El último gran partido en el Calderón antes de la era Gil. Y quizá la noche más emotiva en el feudo rojiblanco en la no muy lucida década de los 80. Una proeza hoy olvidada, sobre todo porque no fue muy efectiva más allá del subidón de esa noche. Tras realizar lo más difícil se perdió la final por penaltis ante la Real Sociedad tras discutido arbitraje de Joaquín Ramos Marco.
Un Atlético muy poco reconocible con jugadores de paso muy efímero como Uralde, Da Silva o Sergio, junto a otros clásicos ochenteros como Landaburu, Quique Ramos o Marina consiguió dejar en la cuneta al Real Madrid de la Quinta del Buitre que iniciaba su época más dorada. Llegó a ir perdiendo la ida por 3-0 y terminó pasando por un global de 4-3. El canto del cisne del austero y en ocasiones efectivo segundo periodo de Vicente Calderón al frente del Atlético, que había fallecido apenas un mes y medio antes. El gilismo borró en poco tiempo todo su rastro despidiendo a varios de los héroes de esa semifinal.
Atlético de Madrid 1- Real Madrid 3. Liga 87-88: Partido intrascendente para la clasificación, pero resaltable por ser el que motivó el primer cese de la era Gil. Esa misma noche fulminó al técnico argentino Cesar Luis Menotti. En la primera vuelta un inolvidable 0-4 en feudo blanco pareció ser la prueba palpable que la revolución del soriano avecinaba una época fructífera: fichó de una tacada a Futre, López Ufarte, Marcos Alonso, Andoni Goikoechea o Parra estrellas veteranas para los que habían pasado sus mejores tiempos.
Menotti le embelesó durante no pocos meses con aquello del “achique de espacios” para acabar llamándolo estafador argentino, cuando no le pudo dar el campeonato que poco menos había prometido a los socios tras ganar las elecciones por abrumadora mayoría a través del fichaje de Futre. El inicio de una serie interminable de entrenadores que no lograban los, por otra parte, poco realistas objetivos del muevo mandatario. Quien osaría pensar que casi tres décadas después otro argentino batiría récords de permanencia en el banco rojiblanco.
Atlético de Madrid 3- Sporting de Gijón 1. Liga 90-91. El único partido en el que el gol del rival produjo una ovación cerrada del coliseo rojiblanco. ¿Motivo? El hoy seleccionador nacional, Luis Enrique, fue capaz de perforar la meta de Abel Resino………tras 1.275 minutos sin recibir un gol. El guardameta toledano subió al primer equipo a entrados los 80 y pereció por el banquillo hasta que Luis Aragonés apostó por él siendo el inquilino de la portería hasta 1994. Aquel italianizado Atlético del yugoslavo Tomislav Ivic que incluía en su defensa nombres como Juanito, Tomás o Roberto Solozábal fue una muralla infranqueable para nada menos que catorce equipos consecutivos, algo que no ha vuelto a repetirse ni parece muy probable que se haga en Primera División. No gano la Liga ese año, pero si la Copa en una final en la que, paradójicamente, no pudo jugar Abel por lesión.
Atlético de Madrid 3 Barcelona 1. Liga 95-96. El día en que todos afición, jugadores y prensa se dieron cuenta que el Atlético de Antic iba en serio a ganar la Liga que había comenzado como líder simpático y previsiblemente efímero tras dos años más cerca de la segunda división que de los puestos europeos. Muy probablemente la mejor exhibición de juego combi nativo jamás vista a orillas del Manzanares que no acabo en un resultado de escándalo de auténtico milagro, ya que se fallaron ocasiones por docenas.
Noche mágica para los Caminero, Kiko, Pantic o Penev, que ese año lo bordaron contra todo pronóstico. Es cierto que se trataba de un Barça post dream team, sin Laudrup ni Sotoichkov, y en la etapa final del Cruyffismo, pero aún quedaban rescoldos de las mejores épocas tales como Ferrer, Amor, Nadal y por cierto un jovencísimo Luis Figo, pero aquella lejana noche de 1995 algo grande se empezaba a forjar.
Atlético de Madrid 2 Salamanca 1. Liga 95-96. En enero del 96 el Atlético iba lanzado por el título. Como la casa es como es, primero el Barcelona y luego el Valencia, entrenado por Luis Aragonés, habían recortado notablemente la distancia con el líder infatigable de una interminable Liga de 42 partidos. La cosa pareció finiquitarse con el 1-3 del Camp Nou (el del regate de Caminero), pero los valencianos tomaron el Calderón donde se empalmaron cinco partidos sin ganar, esas cosas del Atleti. A falta de tres jornadas llegaba el colista ya descendido y todo apuntaba a tarde placida. ¿Con el Atlético?. Ya sabemos que eso es el reino de la ficción.
El empate de los salmantinos mediada la continuación puso el desfibrilador a tope. ¿Se podía cagar una Liga como esa ante el colista? En el minuto 39 del segundo tiempo Kiko se inventó el gol decisivo quizá más imposible de la historia rojiblanca, sacándose de la chistera un remate inédito desde el borde del área. La imagen de Gil eufórico lanzando la chaqueta del palco dio la vuelta a España. No era un título, pero si medio billete, con la agonía clásica….
Atlético de Madrid 2 Ajax 3. Champions 96-97. No podía faltar unas de las noches trágicas por antonomasia de la era moderna. La dichosa copa de las orejas grandes, tan esquiva y tortuosa. Después de una segunda parte memorable de juego con varias ocasiones echadas al retrete, un penalti errado por Esnaider y un improbable gol de un tal Dani, que luego pasaría por el Manzanares con mucha pena y poca gloria, la gente se fue a casa con una pregunta en la mente. ¿De verdad hemos perdido este partido? El final anticipado de la era Antic, que nunca se repuso realmente de esta hecatombe ante un Ajax con varios nombres ilustres (Kluivert, Overmas,,,,,,) pero en el fondo accesible especialmente en defensa. Es verdad que en semifinales esperaba la Juventus de Zidane y Deschamps, pero la sensación fue que se había ido al garete una oportunidad única.
Atlético de Madrid 1 Athletic de Bilbao 2: Liga 99-200. Bajo una lluvia torrencial de granizo en este partido de marzo de 2000 a siete jornadas para el final de la Liga se tomó conciencia que el descenso a segunda división no era una amenaza. Más bien se tornaba en una inevitable realidad. En paralelo la administración judicial del club, acordada a finales del año anterior y que sumió al mismo en el caos completo, emitía un informe demoledor que reflejaba las irregularidades y ruina de la entidad. Sobre el campo, una plantilla de teórica calidad (Valeron, Hasselbak, Molina,,,,,) naufragaba sin remisión entre los escombros de una entidad histórica cuyo futuro se tornaba más negro que nunca. Claudio Ranieri había pegado la espantada y el viejo mago Radomir Antic no podía hacer nada por revertir la situación. El infierno estaba a las puertas y nada lo evitaría ya.
Atlético de Madrid 4 Barcelona 3. Liga 2008-09. En su larga noche de intrascendencia deportiva tras volver a la primera división en 2002, algunos brotes verdes podían apreciarse a finales de década. Esos brotes eran básicamente dos: Agüero y Forlan, una de las mejores duplas atacantes de la historia atlética que tuvo que lidiar con años de plomo y que consiguió poner algo de luz a orillas del Manzanares. Su mejor partido fue este gran choque ante el ese año imbatible Barça del sextete que llego a ir ganando por 0-2 y que sucumbió en una tarde memorable en la que los ataques casi siempre superaron a las defensas y que evocó aquellos mágicos duelos entre ambos en los años 90. Mientras todos los equipos eran arrasados por la maquina futbolística más perfecta quizá nunca vista, un Atletico tirando a menor era capaz de batirle. Las cosas del Atleti.
Atlético de Madrid 1 Liverpool 0. Europa League 2009-10. En el gol mas poco ortodoxo, por no llamarle directamente feo, de toda su carrera Diego Forlán inicio una serie de cuatro dianas (otro en Liverpool y dos más contra el Fulham en al final) que acabaron con el polvo de las vitrinas rojiblancas en catorce años y trajeron el primer título europeo desde 1962. En semifinales toco un clásico europeo, los Reds entonces dirigidos por Rafa Benítez y con Fernando Torres en sus filas, aunque una lesión le impidió jugar la eliminatoria.
El partido recordado por todos es la vuelta de Anfield, con un nuevo gol agónico del uruguayo en la prórroga, pero el encuentro de ida supuso la primera cita continental de relevancia tras una odisea de tantos años de camino hacia la nada. Quique Sánchez Flores hizo de apagafuegos y devolvió una alegría olvidada a la parroquia rojiblanca. Para no pocas generaciones supuso el primer título. Nadie pensaba lo que llegaría luego.
Atlético de Madrid 4 Real Madrid 0. Liga 2014-15. Después del fatídico minuto 93 de Lisboa el Atlético se propuso decirle al Madrid que había vuelto para quedarse. Ya no sería jamás ese rival blandito y complaciente. Y es que desde la final de Copa de 2013 todo cambió. Tras la tragedia europea hasta seis partidos consecutivos sin derrota empalmó el combinado del Cholo Simeone. Pese a perder de una tacada a Cortois, Fillipe Luis y Diego Costa (los dos últimos volvieron con desigual fortuna) siguió manteniendo en nivel de competitividad feroz.
Ese 7 de febrero de 2015, en una gélida tarde no todas, pero si una buena parte de las cuentas pendientes quedaron al menos momentáneamente saldadas. Un repaso en toda regla que dejó tocado de muerte a Carlo Ancelotti en su primera etapa como entrenador madridista. Arda Turan todavía sacaba su magia a pasear y Saul se marcó su primer gol memorable con una chilena tan inolvidable como el partido que se marcaron los del Cholo; quizá el más brillante de estos diez años junto a la Supercopa de 2012 ante el Chelsea.