Llegamos al fin de los semblanzas de algunas de las historias mas destacadas que han jalonado el campeonato nacional de Liga. Y sin duda uno de los jugadores de más impacto en la historia del campeonato español fue un serbio que aterrizó siendo un auténtico desconocido y del que se sospechaba que solo era un amigo de su valedor: el técnico Radomir Antic

 En junio de 1995 el Atlético de Madrid era el club mas inestable y desastroso del mundo: por segundo año consecutivo había salvado la categoría en la última jornada y había consumido tres entrenadores en un año, en una lista que no parecía tener fin. Sus jugadores más destacados (Kiko, Simeone, Caminero) habían sido una sombra casi todos los domingos. El club era más famoso por los dislates de su mandatario, Gil y Gil, que por sus resultados en el terreno de juego.

Se anunció el nuevo y enésimo entrenador para la temporada siguiente: el serbio Radomir Antic. Venia de una buena labor en el Oviedo tras ser despedido injustamente del Real Madrid en la 91-92. Antes había llevado al Zaragoza a la U.E.F.A. Nadie dudaba de su capacidad, pero todo el mundo pensaba que se había vuelto loco al desoír la propuesta de renovación del Oviedo o los cantos de sirena del Valencia. Entrenar al Atlético era sinónimo de un periodo breve, tumultuoso y salir por la puerta de atrás en pocos meses. Pero al entrenador, confiado como pocos en sus posibilidades, le iban los grandes desafíos. Y triunfar allí donde todos fracasaban era uno superior

Cuando llegó pidió reforzar el medio campo. Puso sobre la mesa a dos compatriotas suyos: Jokanovic y Prosinecki (este ultimo croata). El primero no podía salir del Tenerife por su alta clausula, pero el segundo era mucho mas asequible. Acababa contrato con el Real Madrid, que lo había cedido al Oviedo tras ser uno de los mayores fiascos de su historia debido a sus interminables lesiones y vida un tanto disipada. En tierras astures de la mano de Antic, el centrocampista tuvo una pequeña resurrección. Se pensaba que el entrenador podía hacer lo mismo en el Atlético. Pero algo inesperado sucedió: Johan Cruyff sugirió que el croata era un buen refuerzo para el Barça y los culés vieron la posibilidad de mandar una de sus clásicas pullitas al eterno rival; si Prosiencki era capaz de triunfar en Barcelona tras fracasar en el Real, era una perspectiva jugosa. Ni corto ni perezoso el jugador dejó plantado a Antic y al Atlético con los que tenía casi todo atado y tomó rumbo a Barcelona.

Contrariado, Antic se acordó de un viejo conocido suyo que habitaba desde hace varios años en el modesto Panonios griego, del que era la estrella indiscutible. Su nombre era Milinko Pantic y nadie en el mundo del fútbol había oído hablar de él. Muy joven, y tras despuntar desde muy temprana edad, fichó por el Partizan de Belgrado pero no pudo hacerse un hueco en el equipo. Emigró a Grecia al citado Panonios, pero a pesar de sus buenos números nunca atrajo la atención de equipos mas importantes. Antic le conocía de su época del Partizan y estaba convencido que podía dar rendimiento en el Atlético; propuso su fichaje pues.

En el club sorprendió ese interés. No se trataba de una joven promesa desconocida, ya que Pantic contaba con 29 años. ¿A esa edad nadie en Europa sabía de él?. Gil y sus allegados pensaban que el técnico les quería colar a un amigo. Antic pidió al jugador que les mandara video para poder convencer al mandatario. No era como ahora en que las televisiones lo recogen todo, de tal manera que el futbolista tuvo que recurrir a un amigo de la televisión griega para que cogiera recortes de sus jugadas en partidos y hacer un todo coherente. La cinta de VHS se mandó a Madrid e impactó la calidad del futbolista en cuanto a regates y lanzamientos a balón parado. Con todo se seguía pensando que un desconocido absoluto debía de guardar algún truco. Antic se la jugó: ofreció nada menos que financiar el fichaje con parte de su ficha.

Pantic contaba con 29 años. ¿A esa edad nadie en Europa sabía de él?. Gil y sus allegados pensaban que el técnico les quería colar a un “amigo”. Antic se la jugó: ofreció nada menos que financiar el fichaje con parte de su ficha.

Gil le tomó la palabra y dio el visto bueno a la operación. La adquisición tenía un precio muy asequible, 75 millones de la época. Para hacerse una idea, ese año Figo ficho por el Barça a cambio de unos 600 millones de pesetas y un año mas tarde Mijatovic por el Madrid por unos 1.200. El jugador llegó en medio del verano sin apenas ruido mediático. Debutó en medio de un Trofeo Carranza y nada mas salir mostró la que iba convertirse en su gran especialidad: metió un golpe franco magistralmente lanzado. El pequeño fubolista era una joya a balón parado según pudo verse inmediatamente; le daba un efecto muy peculiar a los córner y las faltas, que los hacía casi imposibles de defender a porteros y defensas rivales. En realidad Antic era un convencido absoluto que buena parte de los partidos se resolvían a través de la estrategia y para ello necesitaba a un especialista de ese calibre.

Junto a Pantic llegaron al Atlético refuerzos de no excesivo lustre; el delantero Penev, el portero Molina, el defensa Santi o el medio Roberto Fresnedoso. Deshechos de otros equipos o jóvenes promesas. Los pronósticos no daban al Atlético ni en la U.E.F.A, pero el equipo, transformado bajo la batuta de Antic, y lanzado en la maestría de Pantic en el balón parado, tuvo salida en tromba: ocho victorias y un empate en los nueve primeros partidos. No se le acababa de ver con opciones pero los rivales fueron allanando el camino: Barça y Real Madrid estaban en plena transición de sus legendarios equipos del “Dream Team” y la Quinta del Buitre. El primero había perdido a Stoichkov y Koeman, aunque mantenía la columna nacional de su época dorada (Guardiola, Nadal, Sergi, Bakero, Amor), pero los fichajes del año el bosnio Kodro y el español Cuellar no le resultaron, por bajo rendimiento y lesiones, y Prosinecki pasó con mas pena que gloria por cierto. El Madrid despidió casi todo lo que le quedaba de la Quinta del Buitre y se metió en una crisis profunda institucional (salida de Ramón Mendoza y llegada de Lorenzo Sanz) y deportiva (cese de Valdano, fallida sustitución de Arsenio). Además del Deportivo de la Coruña, animador los años anteriores, se sumió en la mediocridad también.

La temporada avanzaba y el Atlético se mantenía firme. Y encima el equipo era atrevido y vistoso en su juego, con una defensa muy adelantada y siempre buscando la portería contraria. Sus mejores activos volvían a rendir al máximo nivel y cuando los partidos se atascaban ahí estaba Pantic para solucionar el entuerto con una falta al borde del área o un saque de esquina con efecto. Al no jugar competiciones europeas también había piernas para la Copa, en la que se llega a la final contra el Barcelona. Pero como casi todo el mundo esperaba y tal como corresponde a la tradición rojiblanca de ganar al limite, hubo un bajón importante; el equipo se atascó en el Calderón con perdida de varios puntos y los rivales se empezaron a acercarse en la tabla, en especial el Barça y un pujante Valencia que dirigía el viejo mito rojiblanco, Luis Aragonés. Se llegó a la final de la Copa del Rey con apenas tres puntos de distancia entre rojiblancos y culés; en el ambiente flotaba que quien ganara la final se llevaría también la Liga. Tras un encuentro sin goles se llego a la prorroga. En la misma una jugada ensayada del los rojiblancos permite el remate de cabeza de Pantic que decide el encuentro. Tal es la alegría que Jesús Gil encarga un busto del jugador, que en unos meses ha pasado al santoral rojiblanco. Mucho más cuando tras no poco sufrimiento al final, llega el soñado doblete, tras ganar 2-0 al Albacete en el último partido. Muchos jugadores han destacado en el ejercicio pero el mas decisivo ha sido sin duda, Pantic. Para ahondar su leyenda a mediados de temporada, una veterana aficionada llamada Margarita, entusiasmada con la forma de sacar los córners del serbio ha tomado la costumbre de dejar un ramo de flores en uno de ellos como homenaje. La tradición se mantendrá hasta el último partido del Vicente Calderón en 2017.

Solo tuvo una gran temporada pero dejó una huella imborrable. Siempre hubo la sensación que llegó tarde al futbol de elite y al Atlético en particular. Con todo su temporada 95-96 será siempre recordada mucho mas que un buen puñado de carreras

Pantic continuará dos años mas, pero en ninguno de ellos alcanzará el nivel de rendimiento de su primer año. Protagoniza además un hecho inédito; es capaz de marcar cuatro goles en el Camp Nou en una eliminatoria de Copa, pero resulta derrotado el Atlético por un alucinante 5-4. Su físico empieza a mermar y no parece aguantar el ritmo de los partidos de la misma forma. Continua eso sí, con su maestría en el balón parado. Por otro lado el rendimiento del equipo también decrece y la posición de Antic no es tan solida. El entrenador mantiene discrepancias con pesos pesados del vestuario como Simeone o Solozabal, que salen a finales de año. Pantic es un firme aliado de Antic y esto le termina pasando factura. En el 97 llega el brasileño Junhino como fichaje estrella y el mismo juega en su posición, y su importancia va reduciéndose. En 1998 ficha por el Le Havre francés y finaliza su carrera como jugador en su vieja casa del Panonios. Luego intentará labrarse una carrera como entrenador, pero la misma no ha llegado a cuajar, pese que según apuntaron ciertas informaciones en 2010 estuvo cerca de ser nombrado entrenador del primer equipo (el elegido al final fue Quique Sánchez Flores)

Solo tuvo una gran temporada pero dejó una huella imborrable. Siempre hubo la sensación que llegó tarde al futbol de elite y al Atlético en particular. En el futbol actual hubiese tenido bastantes más opciones al tener todos los equipos mucha mas información de los equipos disponibles en el mercado. Fue el ejemplo mas acabado de fichaje eficiente: barato, con rendimiento inmediato, goleador en momentos claves y enorme carisma entre la afición. El propio jugador  aseguraba en una entrevista reciente que no tuvo la carrera que su talento hubiese merecido; con todo su temporada 95-96 será siempre recordada mucho más que un buen puñado de carreras

1 thought on “Pantic: El “amigo” que lanzó al Atlético al título de Liga. Historias de la Liga (X)

  1. Desconocía que Pantic llegó porque el Barça nos birló a Prosinecki, pero me alegro de que se diera esa casualidad histórica. Sin duda un jugador modesto y discreto, pero uno de los mejores del mundo, en su época, en jugadas de balón parado. Y ciertamente, como se resalta en el artículo, el fichaje más eficiente en términos de calidad-precio del Atlético de Madrid.

    Tampoco sabía que el entrenador Antic financiara parte de su ficha. Es eso es fe y valor, y confianza en una elección. ¡A ver qué valiente lo haría ahora!

    Este artículo me parece un merecido homenaje a ambos.

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