El segundo entrenador del Atlético de Madrid, Germán Burgos, comunicó la semana pasada que no continuará en el staff técnico de Simeone. Con motivo de esta despedida, que será probablemente un hasta luego, escribimos sobre este icono del Atlético de Madrid.

El fútbol nos da la oportunidad de conocer personajes increíbles. Es cierto que en muchos casos los futbolistas de élite se convierten de la noche a la mañana en ídolos de masas. La forma de convivir y afrontar la popularidad es muy diversa entre los jugadores.

Los hay arrogantes, tímidos, alegres y luego están los más peculiares. Entre estos últimos se encuentra, sin lugar a dudas, Germán Burgos, conocido popularmente como “El Mono Burgos”. Un portero lleno de personalidad que tras colgar los guantes se convirtió en un certero estratega.

El fútbol ha sido su vida, sin duda, pero siempre ha querido vivir más allá del fútbol. Poliglota, montañero, estrella del Rock, fumador arrepentido, pero sobre todo luchador y aventurero.

Pero Germán es mucho más que un ídolo futbolístico. Es un personaje lleno de estrella que ha viajado siempre con una esforzada fortuna. El fútbol ha sido su vida, sin duda, pero siempre ha querido vivir más allá del fútbol. Poliglota, montañero, estrella del Rock, fumador arrepentido, pero sobre todo luchador y aventurero. El “Mono Burgos” es de esos tipos que en todos sus desempeños acaba abrazando la virtuosidad.

La semana pasada Germán Burgos, segundo entrenador de Simeone en el Atlético de Madrid durante los últimos ocho años, anunciaba que dejaba el Atleti al finalizar esta extraña temporada. Al “Mono” le palpita ya la necesidad de volar solo y ser primera espada.

Mono Burgos jugando con el Atlético de Madrid. Foto El País

Para los atléticos Burgos no es una figura sin más. No es solo un portero histórico, ni el segundo entrenador de la dupla de entrenadores más laureados de la historia del club. El “Mono” representa para los atléticos un resurgir impetuoso, es una imagen icónica de lo peor y de lo mejor que hemos vivido.

Germán defendió la camiseta del Atleti en Segunda División, años más tarde se abrazaba con Simeone en el Camp Nou celebrando un título de Liga. Cuando el Atleti dejó el infierno de Segunda, la imagen que vimos los colchoneros por televisión fue la del “Mono” saliendo de una alcantarilla diciéndolo al mundo del fútbol “Ya estamos aquí” en otro maravilloso spot publicitario del Atleti.

Foto Diario As

Los atléticos le hemos visto parar, gritar, correr, rugir y hasta sangrar. Quien no recuerda ese penalti parado en el Bernabéu con la “napia” que acabó con su nariz rota y con una incontrolable hemorragia.  Siempre con su gorra y sus pantalones largos. Su melena al viento en la portería, que cambió por una sugerente perilla cuando se hizo entrenador.

El Mono Burgos son mil imágenes de una vida atlética que destila coraje y corazón. Pero Burgos no es solo patrimonio del Atleti. Su carrera profesional comenzó en su Argentina natal. Debutó en primera división con Ferro Carril Oeste para dar el paso a River Plate años más tarde. Su llegada a España tuvo un primer destino en Mallorca, donde conoció a Luis Aragonés. El Sabio de Hortaleza le llevó de la mano al Vicente Calderón y lo evangelizó para siempre en el sentimiento colchonero.

Germán defendió la camiseta del Atleti en Segunda División, años más tarde se abrazaba con Simeone en el Camp Nou celebrando un título de Liga.

Burgos ha jugado y dirigido cientos de partidos de fútbol. Ha sido internacional con Argentina. Ha jugado dos Mundiales. Conquistó trofeos internacionales como la Copa Libertadores, la Europa League o la Supercopa de Europa. Levantó Liga, Copa, Aperturas y Clausuras. Pero posiblemente su mejor victoria no esté en un campo de fútbol. En 2003 le diagnosticaron cáncer de riñón y fue operado de inmediato. “El Mono” salió triunfante.

Convivir con el cáncer no lo olvida y está muy presente en su vida. Recuerdo con nostalgia unas declaraciones del “Mono” al respecto. Contextualizando el momento, Real Madrid y Atlético jugaban los cuartos de final de la Champions League. En la capital se vivía con vehemencia esa eliminatoria. El partido de ida en el Calderón había acabado a cero. El año anterior un cabezazo de Sergio Ramos en el minuto 93 convirtió en pesadilla el sueño colchonero. Antes de iniciarse el trascendental partido una reportera de televisión preguntó al “Mono” si tenia miedo a perder el partido. Germán contestó con cariño, ¡Miedo por un partido de fútbol jamás! Hemos venido a pasárnoslo bien, miedo tuve con el cáncer. Se despidió de la entrevista mandando un beso a los enfermos convalecientes de esa enfermedad que pasaban la noche en los Hospitales.

Aquella respuesta del “Mono” me impactó tanto o más que sus excéntricas paradas con el pecho o la zamorana que se marcó en un partido de River. Germán demostró una sensibilidad y una perspectiva de vida que muchas veces se olvida en el mundo del fútbol.

El Mono Burgos y Simeone celebran el titulo de Liga Estadio Camp Nou. Foto El País

El “Mono” es sin lugar a dudas una persona peculiar, un hombre que ha tenido mil caras. Un futbolista de élite que no tuvo reparos en empezar su aventura en los banquillos en Carabanchel, un humilde equipo de barrio del sur de Madrid.

Los aficionados colchoneros echaremos de menos a Germán la próxima temporada. Si bien, estamos seguros que volverá. Los mitos nunca se van, su legado siempre queda. La Banda del Metropolitano extrañará por un tiempo esa figura gruesa, con gafas modernas, carpeta de pasta y gorra ajustada. Se añorará a esa persona capaz de enlazar en un mismo rostro una cariñosa sonrisa con una penetrante mirada.

¡Mucha suerte Mono! Nos vemos pronto.

4 thoughts on “El Mono Burgos

  1. sin duda,,la,figura del Mono, se extrañará. Esperemos sea un “hasta luego”.

  2. Luis lo has vuelto a lograr. Más allá del ámbito del futbol logras mostrarnos al ser humano, en este caso al aventurero, sensible, con perspectiva de vida y luchador, que venció al cáncer y que reconoce con humildad (propio de los grandes) su miedo a esta terrible enfermedad. Por el bien de los colchoneros y por que se lo ha ganado, seguro que volverá.

    1. Muchas gracias por tus palabras Emilio. El Mono es de esas personas de las que no se puede prescindir. El Ateti y él volverán a encontrarse, sin duda.

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