Nos acercamos a la figura de uno de los escritores ingleses contemporáneos que han utilizado el mundo de fútbol como escenario de algunas de sus ficciones. Y de verdad que se trata de un relator muy peculiar del universo del balón

 Las relaciones del fútbol con la literatura han sido más que irregulares. Despreciado durante no poco tiempo por la elite intelectual al considerarlo un divertimento simplón de las masas, la perspectiva fue poco a poco cambiando con el final del siglo pasado y el nacimiento del nuevo. La crónica deportiva elaborada fue ganando adeptos y hasta aparecieron libros estimables de ambiente futbolero como “Fiebre en las gradas”, del británico Nick Horby. En España, plumas de prestigio como el culé Vázquez Montalbán o el muy merengue Javier Marias empezaron a escribir columnas en las que mostraban sin reparo su afición y pretendían con mayor o menos fortuna dar un punto de vista distinto sobre lo que ocurría en los terrenos de juego, aun con el sesgo del partidismo.

Pero uno de los autores que con más potencia han irrumpido en mezclar fútbol y literatura es el británico David Peace. No muy conocido en España, sin embargo casi toda su obra ha sido traducida al castellano y de lo que no hay duda es que se trata de uno de los escritores de las islas más emblemáticos de las últimas décadas. Peace debe buena parte de su fama a su Cuarteto de Yorkshire, cuatro novelas situadas en años distintos y así tituladas (1974, 1977, 1980 y 1983) y en las que aborda la serie negra desde una perspectiva asumida mente angustiosa y nihilista: repletas de abominables crímenes sexuales, personajes marginales, policías brutales y una visión nada complaciente de la Gran Bretaña a camino entre el final de los gobiernos laboristas de los 70 y el comienzo del Thatcherismo mas crudo y descarnado.

Pero además Peace ha puesto su talento literario al servicio de la crónica deportiva, pero desde una perspectiva no menos insólita. A pesar de que ha centrado sus novelas en personajes y equipos legendarios del fútbol inglés, no ha cantado sus hazañas y logros sino más bien sus contradicciones y angustias interiores con quizá el claro mensaje de que el éxito y la fama, el triunfo deportivo tiene un trasfondo mucho menos glamuroso del que se cree y, sobre todo, entrañan un altísimo precio a pagar.

Peace es un heredero de una técnica narrativa que hunde sus raíces nada menos que en Ulises de James Joyce o en Virginia Woolf, el llamado Stream of Consciousness (corriente de conciencia) un estilo literario en el que los pensamientos más íntimos de los personajes son reflejados en la prosa fluyendo de manera natural y amontonada, lo cual lo diferencia del monólogo interior que tiene por regla general coherencia y orden, dando una sensación de realismo realmente notable. Esa técnica permite a Peace reflejar las angustias y contradicciones internas de unos deportistas que de cara al exterior son un ejemplo de triunfo y superación.

El Maldito United, fue un fenómeno editorial en Gran Bretaña en 2008. Se trata en opinión de algunos del mejor libro de ficción sobre fútbol jamás escrito y gira en torno a una figura legendaria de los banquillos: Brian Clough; el hombre que hizo de un modesto como el Nottinghan Forest, el rey de la Copa de Europa de los años 1979 y 1980. Pero la novela no se centra en sus rutilantes éxitos, sino por el contrario en su más sonoro fracaso: sus apenas 44 días al frente de los campeones de Inglaterra de 1974, el Leeds United, precisamente el equipo referente de Yorkshire, la patria chica de Peace. La novela está estructurada en dos partes; el ascenso de Clough como joven técnico y sus periplo desafortunado en Leeds. Marcado por una temprana lesión que le retira de los terrenos de juego con apenas veinte tres años, con la amargura perpetua de no haberse convertido en el gran jugador que apuntaba, la narración nos muestra a un hombre vanidoso, ambicioso sin limites y cuyo ego descomunal no es sino una fachada para sus tormentos internos. Peace consigue un retrato casi perfecto de una personalidad neurótica, cuyas elucubraciones interiores siempre muestras una guerra permanente con la realidad a la que se enfrenta el técnico que logró su primera cumbre profesional con el campeonato de Liga de 1972 al frente del no menos modesto Derby County.

Maldito United es una narración obsesiva y angustiosa de un fracaso en toda regla de una de las máximas leyendas de los banquillos ingleses: Brian Clough. Sus 44 días al frente del Leeds United son relatados de forma magistral e insólita

Clogh llegó al Leeds con la imposible misión de reemplazar a su némesis de los banquillos, Don Revie. Revie había hecho del equipo de Ellan Road el club más regular de Inglaterra, con diez años seguidos en la élite, varios títulos y un estilo inconfundible que le había granjeado la enemistad de casi todos sus competidores; áspero, rudo, prolijo en provocar tanganas y presionar a los árbitros. Un modelo que había convertido a Brian Clough como uno de sus máximos detractores, un enemigo acérrimo del “método Revie”. En El Maldito United vemos la lucha imposible del entrenador por labrarse el respecto y la obediencia de unos jugadores que le detestan, de una afición que no confía en él y de un entorno que le ve como un intruso y más aún cuando las derrotas empiezan a acumularse y el fracaso se cierne sobre un hombre en cuyo ideario no cabe la derrota.

El éxito del libro generaría una adaptación cinematográfica en 2009, dirigida por Tom Hopper, con Michael Sheen en el papel de Brian Clogh. No esta exenta de interés, aunque los realizadores tomaron una decisión controvertida: en la misma prima un tono amable y de comedia frente al oscuro y obsesivo que impera en la narración. De hecho, la edición en DVD con las escenas eliminadas, mostraba como del montaje final se suprimieron aquellas partes rodadas que incidían en la personalidad atormentada y arrogante del legendario entrenador.

Munichs evoca el mayor desastre de la historia del fútbol inglés. El accidente aéreo del Manchester United en 1958, en el que buena parte de un equipo destinado a marcar época sucumbió de forma trágica, marcando para siempre a toda una generación

Por su parte la reciente Munichs (2024) se centra en la mayor tragedia del fútbol británico en su historia: el accidente de avión en Alemania que en 1958 sesgó la vida de ocho jugadores del primer equipo del Manchester United, que venía de jugar un partido de Copa de Europa en Belgrado. Fue el final abrupto y trágico de un equipo que tenía todas las papeletas para convertirse en una leyenda. En torno al entrenador Matt Bubsy, se había ido configurando un conjunto de jóvenes jugadores de gran talento destinado a marcar toda una época. Campeones de Inglaterra en 1956 y 1957 la vida de Geoff Bent,  Roger Byrne, Eddie Colman, Mark Jones, David Pegg, Tommy Taylor, , Liam Whelan, y Duncan Edwards, se interrumpió de forma anticipada dejando tras de sí una ciudad y una institución devastada. Peace utiliza el trasfondo de la tragedia para tejer un lienzo destacado de la Inglaterra de finales de los 50, jugando de forma simultánea con las sensaciones y los sentimientos de los que sobrevivieron al desastre (Bobby Charlton, el propio Matt Bubsy) y la evocación de los que lo perdieron todo en el mismo (Duncan Edwards, Tommy Taylor….). Se refleja cómo vivieron el desastre los aficionados, las familias de las victimas, mujeres, novias, hijos, los directivos, los corresponsales de prensa, la ciudad de Manchester y la nación entera. Todos los estratos sociales son analizados por la prosa viva y absorbente de Peace, aunque se le nota especialmente interesado en la clase trabajadora, los pequeños héroes cotidianos que tratan de sobrevivir en un entorno hostil y un futuro imprevisible.

El narrador muestra un asombroso trabajo de documentación y un conocimiento muy profundo de las circunstancias que se produjeron en torno a esa terrible catástrofe que tal vez cambió la historia del fútbol europeo. Se centra asimismo, a medida que avanza la novela en la lucha titánica por reconstruir el equipo de las cenizas del desastre, una tarea que empezó sin apenas tiempo para curarse de las heridas de la hecatombe y que concluiría diez año después, en Wmbley, cuando Bobby Charlton en el campo y Matt Bubsy en el banquillo lideraron al United en su primera Copa de Europa ante el Benfica, en quizá la final de esa competición más emotiva de la historia y en la que Charlton como capitán, ocupó el lugar que quizá le hubiese correspondido a Duncan Edwards. Un libro emotivo que se devora pese a su complejidad, quizá no a la altura de Maldito United, pero al que los aficionados deberían acercarse.

 

 

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