Repasamos las victorias más inesperadas del fútbol europeo. Equipos que conquistaron la gloria a base de esfuerzo, nadie apostaba por ellos, sin embargo ganaron y escribieron paginas bellísimas del deporte. Nos detenemos a contar la historia de estos milagros del fútbol.
«En el fútbol no siempre gana el más poderoso, ni siquiera el mejor. ¿Cómo hace el débil para ganar? Porque no ganan por poderío, o porque son más grandes, o porque son más fuertes, o porque tienen más recursos… Los débiles ganan porque usan la imaginación, usan la fantasía, usan la creatividad».
Marcelo Bielsa
Del fútbol se ha dicho que es el deporte más democrático, cualquier equipo puede ganar a otro a un solo partido. Los equipos más limitados técnicamente tienen armas futbolísticas para poderse llevar la victoria. Las jugadas a balón parado, el rigor táctico o una buena condición física son instrumentos que ayudan a competir cuando tienes enfrente un rival superior técnicamente.
Los campeonatos ganados por equipos humildes son escasos y son considerados milagros del fútbol.
Ejemplos de partidos ganados por equipos modestos a rivales de prestigio hay miles en la historia del fútbol, sin embargo, los campeonatos ganados por equipos humildes son escasos y son considerados milagros del fútbol. En este escrito repasamos alguno de estos milagros, bellísimas historias del deporte que hacen reconfortarse con la vida, inculcando valores como la superación personal y colectiva.
Empezaremos hablando del Nottingham Forest, posiblemente el gran milagro del fútbol europeo. El equipo de la ciudad de Robín Hood protagonizó entre 1977 y 1980 la mayor hazaña jamás vista en el fútbol europeo. En tan solo tres temporadas los jugadores del Forest pasaron de competir en segunda división a conquistar dos Copas de Europa consecutivas. Brian Clough fue el entrenador artífice de esta gesta. En 1977 el Nottingham Forest se había clasificado tercero en la segunda división inglesa este resultado le proporcionaba la posibilidad de ascender a primera división. Quedando terceros en segunda nada hacía presagiar lo que sucedería al año siguiente. En su primera campaña en Primera División el equipo de Nottingham conquistó el campeonato de Liga y la Copa, pero los pupilos de Clogh no se detuvieron ahí y al año siguiente levantaron la orejona venciendo al Molme sueco en la final. Si no pareciera suficiente un año más tarde revalidarían el título de campeón de Europa ganando en el Santiago Bernabéu al Hamburgo alemán. Estos logros se consiguieron prácticamente con los mismos jugadores que en 1977 habían jugado en segunda división. Realmente el Nottinghan Forest era un equipo de desconocidos, eso sí, leales y comprometidos. Cuentan las malas lenguas que Brian Clough preparó las dos finales de la Copa de Europa con un viaje de siete días a Mallorca y bueno…ya se pueden imaginar que hacen unos ingleses en Mallorca. Brian Clough era una persona especial en todos los sentidos, admirado en todo el Reino Unido, su figura trascendió de lo meramente deportivo. La hazaña del Nottingahm Forest fue una inspiración para toda Inglaterra que vivía años convulsos de reconversión industrial.
La hazaña del Nottingahm Forest fue una inspiración para toda Inglaterra que vivía años convulsos y de reconversión industrial.
Reino Unido ha sido tierra de milagros futbolísticos. En la temporada 1994-1995 el fútbol inglés vivió otro momento histórico, un equipo que llevaba más de ochenta años sin ser campeón ganó el campeonato de Liga, venció a equipos poderosos como el Manchester United, el Liverpool o el Arsenal. Ese equipo era el Blackburn Rovers y capitaneado por el grandísimo goleador Alan Shearer escribió otra hazaña futbolistica en Gran Bretaña, pero no ha sido la última. Más recientemente, en la temporada 2015-2016 el Leicester City conquistó la Premier League para sorpresa del mundo. El título fue logrado con un puñado de jugadores que nadie quería y por un club en el que nadie creía, ni sus propios hinchas. Liderados desde el banquillo por un veterano italiano, Claudio Ranieri, aguantaron la presión de trasatlánticos como el Chelsea y el Liverpool consumando un milagro en el epicentro del fútbol moderno, donde en teoría, ya no había espacio para la lírica. Este equipo será recordado para siempre. El Leicester campeón de Claudio Ranieri entró con letras de oro en los anales del fútbol.
Los milagros no son exclusivos del futbol británico y la mayoría de grandes ligas europeas han vivido situaciones excitantes e inesperadas como las del Nottingham Forest, el Blackburn Rovers o el Leicester City.
Otra hazaña que merece ser recordada es la del Hellas Verona que conquistó el Scudetto en 1985. En los años ochenta el centro del mundo futbolístico estaba en Italia. La Serie A era con mucha diferencia la mejor Liga del mundo. Las grandes estrellas del momento como Maradona, Platini, Zico o Passarella jugaban en el país trasalpino. Pero entre esta constelación de estrellas y grandes equipos, emergió el modesto Hellas Verona dirigido por Osvaldo Bagnoli. El Hellas era un equipo sacrificado, con el rigor táctico propio de los equipos italianos. La escuadra se construyó recolectando jugadores italianos descartados por los grandes equipos de la Seria A y con la compra de dos jugadores internacionales, el alemán Hans-Peter Briegel y el danés Preben Elkjaer-Larsen. Siempre quedará para el recuerdo el milagro del equipo de Bagnoli que conquistó Italia entre una constelación de estrellas.
Alemania también tuvo su milagro futbolístico cuando en la temporada 1997-1998 el Kaiserslautern conquistó la Bundesliga, el equipo entrenado por Otto Rehhagel (un especialistas en milagros como se verá más adelante) había ascendido ese mismo año tras haber perdido la categoría en 1996. En 2012 la liga francesa también vivió la victoria de un recién ascendido, el Montpellier de Rene Girard, el equipo del sur de Francia consiguió otra milagro conquistando el campeonato francés. Superó al todopoderoso PSG que ya contaba con grandes fichajes y fuertes inversiones.
Siempre quedará para el recuerdo el milagro del equipo de Bagnoli que conquistó Italia entre una constelación de estrellas.
Los torneos de selecciones en Europa también han proporcionados sorpresas imborrables en los seguidores del fútbol. En 1992 Dinamarca conquistaba la Eurocopa ante la mirada atónita de media Europa, los europeos observaban perplejos como un equipo invitado a última hora al torneo ganaba el campeonato. Dinamarca había sido invitada a participar días antes del partido inaugural. Yugoslavia fue vetada debido a las sanciones impuestas al extinto país como consecuencia de la Guerra de los Balcanes. El seleccionador danés, Möller-Nielsen, tuvo que reclutar a sus hombres a golpe de teléfono, los jugadores daneses estaban veraneando tras haber quedado eliminados en la fase de clasificación a manos de Yugoslavia. Su principal estrella Micheal Laudrup reusó participar en el torneo, lo que no daba muchas esperanzas al conjunto danés. Provenientes literalmente de la playa los jugadores daneses hicieron una primera fase irregular, si bien se clasificaron como segundos de grupo. En semifinales (en aquella época la Eurocopa la disputaban solo ocho equipos) derrotaron a Holanda en la tanda de penaltis. Con un juego alegre y desenfadado vencieron a Alemania en la final consumando una preciosa historia de superación y otro milagro futbolístico.
Los europeos observaban perplejos como un equipo invitado a última hora al torneo ganaba el campeonato. Dinamarca había sido invitada a participar días antes del partido inaugural.
En 2004 Otto Rehhagel volvió a obrar un milagro, esta vez con Grecia, el veterano entrenador alemán que ya había hecho campeón al Kaiserslautern llevó esta vez el éxtasis a un país entero. Con un planteamiento pragmático y una fortaleza descomunal en el juego aéreo, los helenos fueron ganando partidos y se plantaron en la final contra la anfitriona Portugal. En este último envite dieron la estocada definitiva y se alzaron con justicia campeones de Europa. Superaron a selecciones mucho más potentes como España, Alemania o Portugal. Ese 2004 nos dejó otro campeón sorprendente, el Oporto de Mourinho, que levantó contra todo pronóstico y por segunda vez en su historia la Copa de Europa.
Nuestro fútbol también ha tenido situaciones milagrosas. El Deportivo de la Coruña dirigido por Javier Irureta ganó por primera vez la Liga en la temporada 1999-2000, si bien en aquella temporada el Deportivo estaba asentado entre los equipos punteros del campeonato, no fue una gran sorpresa, tal vez con esa Liga, el fútbol recompensó al Superdepor de Arsenio Iglesias por haberle privado de un gran milagro en 1994. El penalti fallado por Djuckic en el último minuto, del último partido, dejó sin gloria a un equipo modesto que peleó contra los grandes una liga que merecía para él.
El Deportivo conquistó la Liga en la temporada 1999-2000, con esta victoria el fútbol recompensó al Superdepor de Arsenio Iglesias haberle privado de un gran milagro en 1994.
En 2014 España tuvo un campeón de Liga totalmente inesperado, el Atlético de Madrid. Seguramente por historia la conquista de una liga por el Atleti no debe calificarse de milagro, pero atendiendo al contexto del momento podría catalogarse como tal. El equipo dirigido por Simeone, le disputó la liga y se la ganó a dos equipos de leyenda, el Real Madrid de Cristiano Ronaldo ganador de cuatro Copas de Europa en cinco años y al Barça de Messi vencedor de tres Copas de Europa y ocho Ligas.
El fútbol tiene cosas maravillosas, todas ellas lo hacen ser el deporte rey en el mundo. Pero posiblemente sus milagros lo hacen ser un deporte único. Las victorias de equipos modestos, las Copas que se alzan de forma inesperada, son siempre una inspiración, porque como dijo Jorge Valdano el fútbol es lo más importante de lo menos importante.