El futbol español cosecha triunfos que son mundialmente conocidos. Si bien, también existen personajes de nuestro fútbol que consiguen grandes logros pero que no tiene la relevancia que merecen. Uno de estos casos es el de Beñat San José. Una historia que merece ser contada.
En mi último viaje a Chile, las pasada navidades, descubrí una historia futbolera poco conocida en España. Me sorprendió que en nuestro país apenas tuviéramos conciencia de unos hechos y de un personaje que nuestro fútbol debería reconocer. Hablando con mi amigo Gonzalo, fanático futbolero y apasionado de la Universidad Católica de Chile, me descubrió la figura de Beñat San José.
Beñat San José hizo campeón de Chile a la Universidad Católica en 2018. Beñat es un entrenador guipuzcoano que desde que abandonó la Real Sociedad ha recorrido el mundo como director técnico en lugares tan dispares como Arabia Saudí, Bélgica, Bolivia o Chile. En muchos de estas aventuras ha cosechado éxitos deportivos relevantes.
En las numerosas escuelas de fútbol de nuestro país, aparte de magníficos futbolistas germinan grandísimos entrenadores. Muchos de ellos consiguen triunfar en nuestro país y sentarse en un banquillo de Primera o Segunda División. Si bien, existen otros, menos conocidos que prueban suerte en el extranjero.
La figura de Beñat no es un hecho aislado en nuestro fútbol. En las últimas décadas nuestro balompié se desarrolló considerablemente. Se ha producido una mejora exponencial a gran escala. Alcanzando niveles técnicos y profesionales que convierten a nuestro país en un referente mundial. Los éxitos de la selección española y de los clubes han ayudado a potenciar esta percepción en el mundo.
De hecho, en las numerosas escuelas de fútbol de nuestro país, aparte de magníficos futbolistas germinan grandísimos entrenadores. Muchos de ellos consiguen triunfar en nuestro país y sentarse en un banquillo de Primera o Segunda División. Si bien, existen otros, menos conocidos que prueban suerte en el extranjero. Emigran a países de fútbol tradicional como los sudamericanos o a lugares de futbol emergente como Asia o el Golfo Pérsico. Sin lugar a duda se trata de valientes e intrépidos personajes de nuestro deporte.
Ser director técnico de un equipo no es fácil. La exigencia hacia el entrenador es extrema. Eduardo Galeano decía “La maquinaria del espectáculo tritura todo, todo dura poco, y el entrenador es tan desechable como cualquier otro producto de la sociedad de consumo. Hoy el publico le grita, ¡No te mueras nunca!, y el domingo que viene lo invita a morirse”. En este contexto profesional decidir abandonar el circulo de confianza y emprender la aventura más allá de las fronteras, refleja la pasión de estos intrépidos entrenadores.
Beñat San José decidió abandonar su San Sebastián natal en varano de 2012. Dejó de entrenar en las categorías inferiores de la Real Sociedad para hacerse cargo del equipo filial del Al-Ittihad saudí. Un año más tarde y gracias a su buen hacer cogería las riendas del primer equipo. Fue en esta temporada cuando Beñat consiguió su primer éxito deportivo. Se alzó con la Copa de Arabia Saudí. Después de dos años en el Al-Ittihad, Beñat cambió de banquillo, pero no de país, recaló en Al-Ettifaq al que dirigió hasta 2015.
Tras sus experiencias con los equipos árabes, Beñat dio el paso al fútbol sudamericano. En 2015 recaló en Antofagasta, Chile. Un equipo desahuciado camino de un descenso aparentemente irreversible. Beñat lo salvó, consiguió revertir la situación y Antofagasta pudo seguir disfrutando del fútbol de elite chileno.
La historia de Beñat San José es el relato de una pasión por el fútbol. Una muestra de que el existo de nuestro deporte no es exclusiva de los deportistas. Los logros que cosecha nuestro fútbol son también en gran medida por el alto nivel que tienen nuestros directores deportivos.
La primera experiencia de Beñat en Chile duró solo un año. Sus buenos resultados con el equipo de Antofagasta, en medio de una crisis futbolística importante, lo convirtieron en el candidato ideal para apagar otro fuego. Los dirigentes del Bolivar, equipo de la capital boliviana, necesitaban un director que acabara con la crisis futbolística del equipo celeste. Beñat fue el elegido y no decepcionó, consiguió el milagro y el Bolivar se proclamó campeón del Apertura y el Clausura boliviano en 2017. El prestigio de Beñat San José en el fútbol sudamericano aumentaba.
En 2018, un grande de Chile llamó a sus puertas. La Universidad Católica lo contrató como entrenador. El esfuerzo de tantos años había tenido recompensa, Beñat entrenaría a una de las potencias futbolísticas del país andino. Cumplió el objetivo y los cruzados (así se conoce a los seguidores de la Universidad Católica) se proclamaron campeones de Chile. A pesar del éxito cosechado, el entrenador guipuzcoano decidió afrontar un nuevo reto en Emiratos Árabes, concretamente en el Al Nasr.
En Eméritos, Beñat convivió con el fracaso deportivo por primera vez. No consiguió armonizar al equipo y fue despedido. A pesar de esta experiencia negativa Beñat pudo sentarse en un banquillo de un equipo de Primera División europeo. En 2019 firmó por el K.A.S Eupen belga. Tras dos buenas temporadas en Bélgica, Beñat, volvió a coger las maletas para cruzar el Atlántico. Su nuevo destino seria México. Hoy es el entrenador del Mazatlan Futbol Club.
La historia de Beñat San José es el relato de una pasión por el fútbol. Una muestra de que el existo de nuestro deporte no es exclusiva de los deportistas. Los logros que cosecha nuestro fútbol son también en gran medida por el alto nivel que tienen nuestros directores deportivos. Los triunfos de entrenadores como Beñat San José, son una evidencia del potencial de nuestro querido balompié. Sus victorias, aunque invisibles en nuestro país, son parte inherente a nuestro fútbol. Por ello, merecen ser revindicados.
Felicidades por el artículo
Gracias Sergio¡¡¡¡