Vemos que cada día proliferan más las series o documentales que tratan historias relacionadas con el fútbol. Historias que hasta ahora eran inaccesibles para el aficionado medio y que aportan conocimiento y entretenimiento. Nos centramos en una en particular.

Que el futbol avanza a velocidad vertiginosa nadie lo duda. Que a veces ese “progreso” no lo hace en la dirección adecuada para muchos aficionados, tampoco. Sin ir más lejos hace un par de semanas, en el artículo que escribíamos nos centrábamos en esas cosas no tan buenas que han llegado al futbol de hoy y en aquellas buenas que se fueron. Pero como el fútbol es ocio, y por tanto algo totalmente subjetivo que depende del gusto de cada uno, nos permitimos cambiar de bando y hablar de algo que tenemos hoy de este deporte que nos gusta y que recibimos con una calurosa bienvenida.

Pero también, sobre todo últimamente con las plataformas de streaming, nos ha acercado a momentos íntimos de ese futbol que a todos nos gusta que hasta entonces eran inalcanzables.

A veces se dice que la entrada de la televisión de pago en el fútbol fue el inicio de esa revolución que nos trajo hasta este “futbol moderno” y no lo dudo, pero cuando este agente trae algo bueno, pues se dice y no pasa nada. La “tele” trajo horarios raros, repartos de presupuestos discutibles y sobre todo partidos de “interés general” que pasaron a ser de pago. Pero también, sobre todo últimamente, nos ha acercado a momentos íntimos de ese futbol que a todos nos gusta que hasta entonces eran inalcanzables.

Vista en la televisión del túnel de vestuario. Imagen: Cuatro

No nos referimos sólo al momento “túnel de vestuario” previo al inicio de los partidos o a las incursiones a los vestuarios que desde hace poco se nos brinda, en el que se pueden ver saludos entre viejos amigos y rivales, o escuchar arengas y chascarrillos, además de disfrutar de la cara de asombro de los niños que hasta la era pre-covid acompañaban de la mano a los jugadores. Desde hace relativamente poco, vemos con agrado la proliferación de reportajes tipo “reality” que han visto en el mundo del futbol un filón del que sacar producciones interesantes que permiten conocer historias que hay detrás de los, normalmente, herméticos futbolistas o personajes del balompié. Como en todo, los hay mejores y peores. Sin querer dar nombres y haciendo un paralelismo con el dicho que aludía a que “si te enamoras de una voz de la radio no te pases por el estudio para conocerla”, si te cae bien o admiras a un futbolista, quizá es mejor que no veas su “serie” basada tan sólo en el plano personal ya que igual te acabas llevando un chasco y terminas por verle de otra manera en el propio terreno de juego.

Desde hace relativamente poco, vemos con agrado la proliferación de reportajes tipo “reality” que han visto en el mundo del futbol un filón del que sacar producciones interesantes que permiten conocer historias que hay detrás de los, normalmente, herméticos futbolistas o personajes de del balompié.

Pero afortunadamente, son los menos los productos que se quedan en un plano amarillista, que hay que reconocer que también tiene su morbo, y se centran en meternos dentro de la profesión de futbolista o entrenador. Así hemos podido vivir lo que se hablaba dentro del vestuario de la Selección en la crucial Eurocopa de 2008 y querer aún más a Luis Aragonés echándole más de menos si cabe hoy en día, vivir lo que sucedía entre bambalinas en las Champions del Real Madrid y experimentar cómo los abrazos de Florentino a Cristiano año tras año cada vez eran más fríos, o cómo un entrenado como Zidane en pleno descanso de una final deja solos a sus jugadores durante unos minutos para que, como por arte de magia, las piezas de un equipo en dificultades acaben encajando solas y terminen levantando la orejona. Tampoco hubiera sido posible sin la colaboración de estas plataformas conocerla vida de ciertos jugadores de nivel que una vez colgadas las botas no tuvieron tanta suerte en la vida. Nos hemos despedido junto al “Niño” Torres de la práctica del fútbol profesional. Conocido que lo que hacían ciertos defensas de antaño hoy rozaría el delito…

Luis Aragonés con su staff técnico

Pero sin duda, de todas las historias mencionadas me quedaría con las que nos cuenta el reportaje “All or Noting, Tottenham Hoyspur” cuya aparición en “Prime Video” es relativamente reciente. Ya no es por la aparición de Mourinho, capaz de fagocitar todo el foco de atención allá donde vaya. Lo que nos ofrece esta serie sobre los “Spurs” es, sin ánimo de hacer spoilers, poder vivir el día a día de un club de futbol como es el Tottenham como si fuésemos parte de su “staff”. Nos permite saber cómo viven unos jugadores, a veces demasiado deshumanizados por la opinión pública, la destitución de un entrenador con el que han conseguido hitos históricos. Nos enseña cómo un presidente debe gestionar con mano firme un club que desata pasiones como la gran empresa que es. Cómo es desde dentro el “mercadeo” con jugadores. Cómo se vive la llegada de lesiones graves al vestuario. Y cómo no, nos acerca a Jose Mourinho. Nos enseña cómo fue su primer día “en la oficina”, nos enseña cómo trata con mimo a sus grandes estrellas y nos hace pensar que ese trato preferencial a Harry Kane también se lo daría en su día a Cristiano Ronaldo, Drogba o al propio Etoò. Que para lograr su máxima implicación en su proyecto es curiosa la estrategia de igualarles a ellos en lo referente a nivel de estrellato y crear una especie de complicidad. Y es curioso también ver cómo desde el primer día encarga a sus ayudantes la tarea de espía para identificar al líder del vestuario, es decir, a su Materazzi del Inter.

Mourinho dialoga con Harry Keane. Imagen: Besosccer

Ya bien entrada la temporada, la serie nos permite asistir a charlas en primera persona sobre malos entrenamientos, falta de compromiso y justificaciones de suplencias en las que es imposible no situar a Casillas sentado frente a Mourinho. En la serie se viven derrotas, goles en el último minuto, alegrías… Para los ya algo veteranos que rondan la cuarentena es una sensación, elevada al la décima potencia, de aquel cosquilleo que daba ponerse a los mandos de un PC fútbol en los años noventa, en el que por unas horas te hacía sentir parte de algo tan grande como era un club de primera. Como hemos dicho, la serie no es solo Mourinho, hay mucho más, pero eso sí, los detractores de Mourinho acérrimos deberían abstenerse de verla si no quieren correr el riesgo de acabar enamorándose del personaje.

En definitiva, una gran serie que confirma que el formato televisivo moderno también tiene sus cosas buenas. Así que sí, lo reconozco, también me gustan algunas cosas del futbol moderno.

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