Analizamos los espectaculares cuartos de final de la Copa de Mundo. El Mundial llega a su recta final con cuatro grandes equipos luchando por levantar la copa del Mundo.

 Los cuartos de un mundial son la barrera psicología que tienen la mayoría de equipos. Si consigues pasarlos posiblemente consigas una meritoria clasificación que te llevará como mínimo a una calificación del notable.

Para un español de mi generación los cuartos son una pesadilla, una barrera infranqueable con narices rotas, penaltis fallados, goles anulados injustamente y mucha decepción. De hecho solo he visto a España pasar una eliminatoria mundialista de cuartos en toda mi vida. Para mayor amargura en este mundial ni siquiera podre verla jugar los cuartos.

Los cuartos son el punto de inflexión, es la ronda más estresante y posiblemente la más determinante del Mundial.

A pesar de la globalización del futbol, este deporte sigue teniendo su epicentro en Europa.

Dos conclusiones sobrevuelan a los resultados de cuartos de este Mundial de Rusia. La primera es que a pesar de la globalización del futbol, este deporte sigue teniendo su epicentro en Europa. La vieja y arrugada Europa domina el futbol mundial. Con las derrotas de Brasil y Uruguay en cuartos este campeonato del mundo se ha disfrazado de Eurocopa.

La segunda conclusión evidencia que el futbol actual se entiende alrededor de un eje colectivo, las individualidades con talento no ganan unilateralmente partidos, el futbol de conjunto, coral y trabajado desde lo plural ha derrotado a las grandes individualidades.

las individualidades con talento no ganan unilateralmente partidos, el futbol de conjunto, coral y trabajado desde lo plural ha derrotado a las grandes individualidades.

Si antes de jugarse los partidos de cuartos, me hubieran dado a elegir qué partido ver por encima del resto, hubiera elegido sin lugar a duda el Uruguay-Francia. Pero después de ver todos los partidos de cuartos el enfrentamiento que recomendaría ver sería el Brasil-Bélgica.

Siendo honestos el Uruguay-Francia me decepcionó, no por falta de futbol, sino porque esperaba un partido igualado, de esos de poder a poder. Paradójicamente e inesperadamente para mí el partido me resultó bastante desnivelado. Francia demostró una superioridad más que llamativa ante una Uruguay que desquiciada en su impotencia lo intento todo para darle un zarpazo a los galos no consiguiendo ni darle un simple arañazo. Francia solvente, ordenada y muy segura de sí misma, venció con autoridad, dos goles (no necesito más…) fueron suficientes para pasar de ronda y encarar el Mundial como candidato al título final.

El partido jugado por belgas y brasileños fue un partido repleto de alternativas, Brasil que llegaba al mundial con la vitola de gran favorita, se encontró con un partido cuesta arriba desde el principio, su predisposición inicial a mantener un ritmo elevado de juego sabiendo de la fragilidad que en determinados momentos tiene la defensa belga salto por los aires en al minuto trece cuando Fernandinho sin quererlo puso por delante a Bélgica. A partir de ahí, el partido entró en un compás vertiginoso, Brasil remando como podía para llegar a la portería de Courtois. Por el otro lado el tridente belga, Hazard, Lukaku y De Bruyne dieron una lección de contragolpe. Las salidas a la contra belga eran relámpagos en el nubarrón brasileño, que a pesar de que lo intentó no pudo levantar el segundo gol de De Bruyne. El gol final de Renato Augusto dio alguna esperanza a la selección canarinha, sin embargo su esfuerzo fue infructuoso. Bélgica sufrió en los minutos finales pero su pase fue más que merecido.

Los otros dos partidos de cuartos no tuvieron mucho futbol, Inglaterra fue muy superior a una Suecia que ordenada y vigorosa en el esfuerzo no demostró mimbres para poder superar a una selección inglesa que va cogiendo vuelo alto y parece predestinada a hacer grandes cosas en este Mundial, los ingleses están decididos a que “el futbol vuelva a casa”.

El último partido de cuartos fue el Rusia-Croacia, la anfitriona que había vencido a una favorita venida a menos como España se presentó en cuartos con ganas de darle un último baile a Croacia. A pesar de las carencias del juego ruso, el equipo de los Urales demostró una combatividad digna de alabar. Tras conseguir el gol del empate al final de la prórroga, los locales tuvieron algún conato de ocasión para ganar el partido. La prórroga del partido no solventó nada y el partido acabó en la ruleta rusa de los penaltis, a diferencia del partido de cuartos, Rusia no estuvo acertada en los lanzamientos desde los once metros. Croacia pasó justamente presentando su candidatura al título Mundial.

Si tuviera que elegir un momento de esta ronda de cuartos elegiría la imagen de Giménez, defensa uruguayo, llorando antes concluir el partido que estaba disputando. Las lágrimas de Giménez son las mismas que las de cualquier otro aficionado al futbol. La pasión de un Mundial no deja matices. Los jugadores juegan con el alma de su país. Lo sentimental está por encima de lo profesional.

En definitiva los cuartos nos han dejado un muy buen sabor de boca. El juego ha mejorado bastante respecto a la primera fase del Mundial. Francia e Inglaterra empiezan a perfilarse como serias candidatas al título.  Sin embargo Bélgica y Croacia están dispuestas a dar la campanada.

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