Los penaltis son una oportunidad única para marcar un gol. Sin embargo, fallarlos puede acabar en tragedia. Contamos los fallos en los penaltis que han pasado a la historia del fútbol español. 

El fútbol es el deporte con mas seguidores del mundo. Sin duda hablamos de un espectáculo que trasciende de la mística deportiva. El fútbol es pasión, es sentimiento y emoción. Pero en él hay muchas mas pinceladas.

El fútbol también es polémica y discusión, espacio cotidiano de errores. Puede fallar el delantero, el portero o el defensa. Pero la polémica siempre se agudiza cuando la equivocación la comete el juez del partido, el denostado arbitro. Seguramente la acción de juego que concita mayores reclamaciones, desaciertos y controversias sea el penalti.

Que aficionado no se ha quejado amargamente por un penalti no pitado a su equipo. Dando por sentado que la pena máxima es signo inequívoco de gol. La pasión de los aficionados no concibe el error. “Si aquel penalti si hubiera pitado habríamos ganado”.  Sin embargo, los penaltis se fallan. Y algunos de estos fallos han sido amargos. Momentos claves que han cambiado la historia del fútbol.

Los penaltis se fallan. Y algunos de estos fallos han sido amargos. Momentos claves que cambiado la historia del fútbol.

En nuestro país existen claros ejemplo de penaltis fallados que amargamente convirtieron la alegría en decepción. Errores que difícilmente han sido olvidado por los aficionados.

Posiblemente el más famoso de todos ellos sea el “Penalti de Djukic”. El 14 de mayo de 1994, el Depor, prácticamente un recién ascendido tenía la Liga a tiro de penalti. Pero aquel balón no entró. Miroslav Djukic falló y todo Riazor lloró amargamente. El Super Depor sucumbía en la orilla. Tocó con los dedos un título que acabó en las vitrinas del Camp Nou. Aquel final de Liga fue tan dramático y cruel con el equipo herculino. Ese fallo no es solo historia del Deportivo, es sin duda una parte inolvidable del fútbol español.

Ese mismo año de 1994, otro club gallego lloró amargamente por un penalti fallado. La final de Copa se disputó aquel año el 20 de abril en el Vicente Calderón. Se enfrentaban Zaragoza y Celta de Vigo. El partido fue igualado. El campeón se tuvo que decir en la tanda de penaltis. Una tanda en la que nadie fallaba. Solo hubo un error. El mítico defensa celtiña, Alejo, erraba su lanzamiento. El Celta de Vigo se quedaba mas cerca que nunca de ganar un título. Los veinte mil vigueses que se concitaron en el Vicente Calderón lloraron con amargura. Una herida que todavía supura en las gradas de Balaidos y en las calles de Vigo.

El 25 de abril de 2006, un infortunio desde el punto de penalti volvió a afligir a una afición española. El Villareal, estaba a un paso de jugar la final de la Champions. Un gol le separaba del sueño. En los minutos finales un penalti a favor ponía todo de cara. La estrella del equipo, Riquelme, se dispuso a patear la pena máxima. Contra todo pronostico falló. Villareal se quedó sin final y la amargura se anido en el Madrigal. Otra vez un penalti se convirtió en pesadilla.

Nuestra selección también ha vivido momentos amargos provocados por un error desde los once metros. El 22 de junio de 1986 España jugaba los cuartos de final del Mundial de México. Un equipo comandado por la Quinta del Buitre hacia soñar a todos los españoles. Un poker de Emilio Butragueño en octavos de final contra Dinamarca hacia de la Roja una de las favoritas a la victoria final. El partido contra Bélgica parecía puro trámite. Desgraciadamente se atascó. Señor evitó la derrota con un disparo desde la frontal. El pase, se decidiría en la tanda de penaltis. Eloy Olaya falló. España caía eliminada y el sueño de muchos españoles se esfumaba de un plumazo.

Lanzar un penalti es posiblemente el momento de mayor responsabilidad a la que se enfrenta un futbolista. Los aficionados solemos pensar que es sencillo meterlo. Pero la historia nos ha demostrado que un penalti fallado puede ser el inicio de una profunda amargura

No fue la única decepción de nuestra roja con los penaltis. En 1996 dejábamos la Eurocopa tras una terrible tanda de penaltis en Wembley. Fernando Hierro y Miguel Angel Nadal fallaban sus lanzamientos. Inglaterra que no lo mereció por juego pasaba a semifinales. La Roja volvía a España sin pasar la frontera de cuartos. Cuatros años más tarde, Raul, mandaba a las nubes un penalti otra vez en cuartos de final. Esta vez el rival era la Francia de Zidane, campeona del mundo y a la postre campeona de Europa también.

España y los lanzamientos desde los once metros siguen con su relación tormentosa. En el último mundial de Rusia, Koke y Iago Aspas no acertaron en la decisiva tanda de penaltis. La anfitriona nos mandaba de nuevo a casa en octavos de final. En la última Eurcopa, Morata, no acertó en otra tanda decisiva. Un error que impidió el pase a la final. De nuevo los penaltis terminaron en pesadilla.

Lanzar un penalti es posiblemente el momento de mayor responsabilidad a la que se enfrenta un futbolista. Los aficionados solemos pensar que es sencillo meterlo. Pero la historia nos ha demostrado que un penalti fallado puede ser el inicio de una profunda amargura. Un penalti puede provocar mucha pena a su alrededor. Una pena máxima, sí se falla.

2 thoughts on “Pena máxima

  1. Desde su reglamentación en 1891 hasta hoy, siguen siendo momentos de tensión extrema, estés en el estadio, siguiéndolo por radio o TV. En 1977 una plaza de descenso del torneo de Argentina, tras el empate de los 120 minutos, se definió por “penales”. Se ejecutaron en total 22. Todavía se recuerda ese partido en el que hasta entraron imágenes religiosas al terreno de juego para que los jugadores rezaran por esa salvación terrenal, aunque no eterna. Gracias por el texto, Luis

    1. Sergio mil gracias por compartir este relato. El fútbol y los penaltis en particular son capaces de cualquier acto

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