Hoy en día la corrección política es tendencia mundial. Inspirados en un poema de Luis Alberto de Cuenca y subidos a la «Lancha Vikinga» nos atrevemos a decir cosas que son políticamente… incorrectas.

El poeta Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1951), quien fuera Secretario de Estado de Cultura del Gobierno de España del 2000 al 2004, publicó en 2006 un poema llamado Political Incorrectness. En él, sirviéndose de un verso libre de métrica y de complejos, una característica habitual en los  poetas considerados “novísimos”, hacía un repaso de todo aquello que le encantaría poder decir pero que la corrección política no le permitía.

Era hace 15 años y quizá aún no había llegado esta corriente de lo políticamente correcto que hoy nos gobierna.

Comienza interpelando a una mujer, su musa y amada Alicia, exhortándola “Se buena, dime cosas incorrectas desde un punto de vista político. Un ejemplo:”. Era hace 15 años y quizá aún no había llegado esta corriente de lo políticamente correcto que hoy nos gobierna. Aun así, con una sinceridad no exenta de ironía le decía: “que eres rubia. Otro ejemplo: que Occidente no te parece un monstruo de barbarie dedicado a la sórdida tarea de cargarse el planeta […]”. Cosa que hoy, probablemente nadie se atrevería a aseverar sin asumir el riesgo de ser lapidado en medios y redes sociales. Algo casi tan atrevido como decir que no te disgustaba la idea de la superliga y que se mató el proyecto sin escuchar demasiado a los que simplemente habían tenido una idea. Probablemente nunca sabremos si buena o mala. Porque el público en general no dudó en abrazarse a los hinchas ingleses como los salvadores del futbol. Ingleses que en realidad lo que estaban salvando era “su fútbol”. Un fútbol lleno de jeques, magnates y derechos desorbitados de televisión que les permitirán por muchos años mandar en Europa. La misma Europa de la que ellos se salieron.

Aleksander Čeferin. Presidente de la UEFA

Otro:”, continúa el poeta, “que el multiculturalismo es un nuevo fascismo sólo que más hortera”. Casi nada. Si él se atrevió a decir eso, ¿por qué no voy a decir yo que a veces en redes y prensa se pontifica demasiado el futbol popular para demonizar el de los equipos grandes? Me encanta el fútbol regional, lo hemos contado, su cercanía, su posibilidad de oír y sentir los partidos de otro modo a lo que se ve por televisión. Sus bares a pie de campo, su cerveza y bocata. Sus admirables iniciativas en las que un puñado de socios consiguen hacer que una ciudad se ilusione. Pero no quita que los miércoles sueñe con el himno de la Champions. Que no me importe que mi equipo quiera gastarse cientos de millones en fichar a los mejores. Que me enorgullezca ver a gente a miles de kilómetros que lleva mi misma camiseta y que los dirigentes apliquen técnicas empresariales a la gestión de los clubes para poder competir en el mercado en el que inevitablemente el fútbol ha sido absorbido.

¿por qué no voy a decir yo que a veces en redes y prensa se pontifica demasiado el futbol popular para demonizar el de los equipos grandes?

Don Luis Alberto, el bardo, así le llaman a veces de forma”cariñosa” sus amigos, no se queda ahí, se viene arriba con un “o que disfrutas pegando a un pedagogo o a un psicólogo” rematando con “o que el mediterráneo te horroriza”. Y es que se pude ser más partidario de veranear en Cantabria, pero tildar al mediterráneo de horroroso es ciertamente atrevido. Al igual que decir que los parones por el futbol de selecciones se te hacen largos.  Sí, me sobran muchos partidos de “La Roja”, que además no me acaba de enganchar.

El Poeta Luis Alberto de Cuenca. Imagen ABC

El poema sigue subiendo la apuesta con un “Dime cosas que lleven a la hoguera directamente, dime atrocidades que cuestionen verdades absolutas como: No creo en la igualdad”. Eso ya es un órdago en toda regla, ¿no?. Pues acepto la apuesta y digo que el fútbol sin aficionados en el campo también me emocionaba. Es mucho lo que se escribe estos días sobre la vuelta de los aforos completos a los campos. Artículos en prensa, vídeos, declaraciones en radio o tuis en los que se dice que el fútbol sin gente en la grada no tiene sentido. Creo que se ha abusado de la hipérbole. El futbol con gente en la grada es mucho mejor. Sobre todo porque significa que estamos superando una de las mayores crisis vividas. Pero precisamente durante esa crisis una de las tablas de salvación que permitía abstraerse unas horas de la cruda rutina eran los partidos televisados de las ligas de diferentes categorías y competiciones europeas. Vivimos un final de liga emocionante con grandes partidos, polémicas, goles en los últimos minutos, el VAR… ¿qué hubiera sido de nosotros de esas tardes sin esas horas de emoción en frente de la televisión y las posteriores tertulias con amigos por WhatsApp?. Vaya por tanto ahí mi reconocimiento a los equipos que jugaron en unas condiciones nada fáciles para proporcionar ese “opio del pueblo” más necesario que nunca aunque fuera de forma digital.

Vinicius Jr. celebra un gol

Y para cerrar, lo hacemos con un apoteósico a la par que irónico “..O dime cosas terribles como que me quieres a pesar de que no soy de tu sexo, que me quieres del todo, con locura, para siempre, como querían antes las hembras de la Tierra”. Y yo diré entonces que me encanta Vinicius. Me gustaba antes de que metiera goles incluso. Porque con él pasan cosas. Buenas y malas. Te levanta del asiento, para aplaudirle o para pedirle que se vaya. Cada jugada hace que el estadio, en casa o fuera, contenga la respiración y enmudezca. No es una garantía de éxito como lo era Cristiano o Messi en Barcelona, pero es innegable que ha devuelto la emoción al juego del Madrid. Así que yo, Vinicius, te quiero con locura, espero que para siempre, como querían antes las hembras de la tierra.

Artículo basado en el poema Political Incorrectness de Luis Alberto de Cuenca incluido en su poemario La Vida en Llamas

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