El pasado fin de semana el mundo del fútbol vivió nuevamente una tragedia. En este caso la desdicha se manifestó a través de un accidente de helicóptero que acabó con la vida de Srivaddhanaprabha, Presidente del Leicester, dos pilotos y dos pasajeros que acompañaban al dirigente tailandés.
El multimillonario tailandés compró el Leicester City en 2010 por una cifra que rondaba los cincuenta millones de euros. La contribución de Srivaddhanaprabha al Leicester City ha sido en estos ocho años incuestionable. El ascenso del club ha sido evidente en todos los aspectos. En la temporada 2015-2016, este modesto club inglés protagonizó una de las hazañas más inesperadas y sorpresivas del mundo del futbol contemporáneo. El equipo blue se proclamó campeón de la “Premier League” imponiéndose a equipos de talla mundial como el Manchester United, Liverpool, Arsenal o Chealsea.
Srivaddhanaprabha consiguió un hito inimaginable para una ciudad que hasta ese momento había vivido entre segunda y primera división del futbol inglés. Su gestión ha sido un éxito incuestionable. La pérdida de un presidente como Srivaddhanaprabha será trágica para un club modesto como el Leicester.
La pérdida de una vida humana va más allá de análisis futbolísticos de éxito o fracaso. El pasado sábado fallecía ante todo un ser humano, que como todos, tendría sus defectos y virtudes. La ausencia que dejará en su familia será notoria y conllevará tristeza, no lo dudamos, si bien, no es baladí revindicar la figura de un hombre que a través de una óptima gestión del equipo de futbol que compró hizo feliz a mucha gente y construyó un ejemplo para todo el planeta futbol.
La figura de Srivaddhanaprabha encarna un nuevo modelo de gestión del futbol en Europa. En el viejo continente, especialmente en Inglaterra, han proliferado la llegada de millonarios que compran clubes de futbol, los cuales pasan a ser de su gestión dejando en un segundo plano la identidad y el control que los aficionado ejercían en los equipos de futbol allá por los años ochenta y noventa.
El peligro que subyace en la llegada de estos millonarios a las estructuras del Club es más que real. En muchos casos la planificación de ingresos económicos por parte de los clubes no se adapta a su nueva realidad de gastos.
En el caso del Leicester City la llegada del nuevo propietario vino acompañada de éxito. Sin embargo la llegada de magnates adinerados al futbol no siempre ha estado acompañado de éxito. El Leeds United en Inglaterra, el Racing de Santander en España o el Deportes Concepción en Sudamérica, representan ejemplos de lo peligroso que pueden llevar estas prácticas en el futbol actual.
El peligro que subyace en la llegada de estos millonarios a las estructuras del Club es más que real. En muchos casos la planificación de ingresos económicos por parte de los clubes no se adapta a su nueva realidad de gastos. Para compensar estos desequilibrios se recurre al capital del multimillonario propietario.
Pongamos un ejemplo, un jeque árabe adquiere un club europeo, su llegada al nuevo club suele acompañarse con un fichaje mediático. Este fichaje suele ser un jugador top, con un sueldo top. En la mayoría de casos los ingresos de los equipos son insuficientes por si solos para acometer el nuevo salario y ante esta situación se recurre al patrimonio personal del nuevo propietario que posee musculo financiero para poder hacer frente a las nuevas obligaciones. Esto va generando una dependencia total, con un riesgo bastante elevado. La viabilidad económica del Club queda al capricho de un patrimonio personal. Si el propietario abandona porque cualquier motivo, se arruina económicamente por ejemplo o porque sucede una terrible desgracia como la de este fin de semana o simplemente se aburre, el Club pude entrar en una situación extremadamente grave. Contratos superlativos e ingresos insuficientes. Este desequilibrio puede suponer el principio del fin.
La vulnerabilidad de los Clubes en este nuevo modelo es muy elevada. La indefensión del aficionado es total.
La vulnerabilidad de los Clubes en este nuevo modelo es muy elevada. La indefensión del aficionado es total.
Con este nuevo modelo de compra y venta de clubes se hace necesario implementar medidas de control que mitiguen el riesgo de desaparición de clubes. No olvidemos que el fútbol es más que un simple negocio. El elemento básico y primordial debe ser el aficionado. La desaparición de un club puede suponer una perdida irreparable para sus seguidores y aficionados, protejámoslos.