Este artículo pretende ser una explicación, usando el fútbol como metáfora, de la actual situación de escalada de precios de la electricidad. No se trata de un artículo científico ni pretende crear juicios ni a favor ni en contra de nadie. Simplemente pretende entretener y en la medida de lo posible, aclarar conceptos que no son en absoluto fáciles de entender.
Hay un dicho en el sector energético que más o menos viene a decir que, si alguien dice que va a explicarte el funcionamiento del mercado eléctrico de forma sencilla y tú lo entiendes, es que probablemente te lo haya explicado mal.
Son muchos los expertos que estos días, ante la situación de costes desbocados, tratan de explicar el origen del porqué de esta escalada de precios. Aventurándose además a hacer previsiones. Todo esfuerzo parece infructuoso, por lo complicado del reto y por lo imprevisible de la propia situación.
Aun así, vamos a tratar de, a modo de idealistas quijotes, “desfacer algunos entuertos” que se presentan estos días a muchos lectores a la hora de recibir puntualmente su factura eléctrica. Sirviéndonos además del fútbol como metáfora, por si fuera ya poco complicada la empresa. Y es que ya sabemos que el fútbol es mucho más que dar patadas a un balón.
Podríamos y deberíamos empezar diciendo que toda esta escalada de precios sólo afecta a un tercio de los clientes. Que son aquellos que están acogidos a lo que se conoce como tarifa regulada, que depende directamente del precio diario del mercado eléctrico. Es decir, aquellos que en su día decidieron pagar el “abono” mensual del equipo en base a unas tarifas que dependen de cómo le vaya a las arcas del propio equipo. Cuanto mejores resultados vaya consiguiendo, más ingresos vaya obteniendo y menos gastos tenga que asumir el equipo, menos dinero le pedirá al socio para financiar fichajes y otras obligaciones.
Podríamos y deberíamos empezar diciendo que toda esta escalada de precios sólo afecta a un tercio de los clientes
Eso sí, cuando vengan mal dadas, será el sufrido abonado el que tendrá que apechugar y asumir esos gastos extras, si quiere seguir disfrutando de su equipo todos los fines de semana. Hasta la fecha, estos eran los que menos pagaban, porque en general los equipos iban bien y tenían un contexto favorable, pero es cierto que desde hace algunos meses, en los que su liga es cada vez menos competitiva y está sujeta a los devenires de un mercado de fichajes loco, a los socios se les está exprimiendo, ya que a fin de cuentas, ese era el trato.
Por el otro lado estarán los que se fueron al mercado libre, aproximadamente los otros dos tercios restantes de los aficionados, que saben cuánto van a pagar durante toda la temporada, independientemente de cómo salgan las cosas y que por tanto estos días pueden estar tranquilos con las noticias que salen sobre los récords del precio del kilovatio hora. Aunque eso sí, deben saber que, si estas condiciones perduran, le acabarán subiendo el precio del “abono” más pronto que tarde. Porque al final, de pagar las cuentas nadie se escapa.
Dicho esto, y conocido el alcance de la crisis, también es conveniente señalar que, empresas eléctricas, las hay de varias categorías. Incluso las más grandes, las que todos conocemos, se encuentran divididas en tres “sub-empresas” dependiendo de lo que hagan con la energía. Éstas deben funcionar además de forma independiente.
Unas generan electricidad, otras la transportan y distribuyen hasta las casas, y otras, las que nos envían la factura, la venden al cliente final. Las que distribuyen son un negocio regulado con unos precios fijos, justos o no, pero ya sabemos que acabarán la liga sin pena ni gloria, en la zona media de la tabla como se suele decir. Así que vamos a centrarnos en las que generan y venden, que son las que dan “vidilla” al asunto. Diríamos que son las que a principio de temporada no saben si bajarán o si ganarán el campeonato, todo depende del mercado. Además, para seguir con el símil, digamos que las empresas que generan la electricidad serían como los equipos de fútbol base, la cantera. Mientras que las que comercializan, o venden, serían los primeros equipos.
Las empresas que generan la electricidad serían como los equipos de fútbol base, la cantera.
Bajo esta premisa, vamos a intentar explicar cómo se fija el precio de la energía. Primero imaginemos que en lugar de kilovatios hora, que es en lo que se mide la energía, lo que llamamos “la luz”, hablamos de jugadores. Que también experimentan mucha fluctuación en su precio, que se lo digan al Barça si no. Supongamos que un club tuviera que montar de un día para otro una plantilla de veinticuatro jugadores. Los mismos que horas tiene un día. Y plantea una forma original de pagar el precio para evitar que nadie de su futura plantilla se sienta discriminado. Propone que, todos los clubes que tengan jugadores con un cierto nivel contrastado, aprobado previamente por el club comprador y ganas de vender, los pongan en el mercado indicando el precio que habría que pagar por ellos. El club que está montando la plantilla irá incorporando los jugadores más baratos hasta llegar al vigesimocuarto.
Una vez cerrada la plantilla pagará a los clubes vendedores el precio por el que se vendía ese vigesimocuarto jugador. Esta fórmula hará que aquellos clubes que quieran deshacerse de los jugadores de forma inminente, porque no los quieren en sus vestuarios, los oferten a precios bajos o incluso a cero, porque saben que los colocarán fuera y al final los acabarán cobrando al precio de los jugadores cuyos equipos quieren vender pero no a cualquier precio, ya que malvenderlos les supondría una pérdida además de un enfado de sus socios.
Pero hay que tener en cuenta que no en todos los mercados de fichajes se vende a un “Mbappé”
Parece una fórmula un poco injusta porque se acabarían pagando a precio de jugador “top” jugadores que a priori son más baratos. Y es así. Así está estructurado el mercado diario eléctrico que es el que fija el precio de la tarifa de ese tercio de clientes que se quedaron en el mercado regulado. Pero hay que tener en cuenta que no en todos los mercados de fichajes se vende a un “Mbappé”, eso el Madrid lo sabe bien, y por tanto ese precio de compra en la mayoría de los casos los venían fijando jugadores más modestos. Tipo Luuk de Jong o incluso Luis Suarez, que llegó casi gratis al “Atleti”. El problema que estamos teniendo estos días, es que el precio de ese kilovatio hora que marca el precio único de venta se está fijando altísimo. Y efectivamente nos están vendiendo “De Jongs” a precios de “Mbappés”.
¿Quién hace eso? Pues el problema de los mercados y de la libre competencia es que siempre se pueden colar agentes tipo Jorge Mendes, que manejan a muchos jugadores, conocen muy bien el mercado y además tienen la capacidad de exprimir a los clubes a base de comisiones y primas por contratos. Esto hace que el precio de venta de los jugadores se dispare. En este caso el Sr. Mendes estaría representando el papel de los países productores de gas natural. Que saben que sin sus “jugadores” no hay forma de cerrar una plantilla de veinticuatro y que por tanto o pasas por el aro de sus “primas” o no hay equipo. Y así pasa, que las empresas que tienen que generar electricidad para cubrir la demanda con centrales de gas, porque con las renovables, hidráulicas o nucleares no hay suficiente, tienen unos costes de producción altísimos que acaban reflejando en ese precio de venta de su energía.
(…)el problema de los mercados y de la libre competencia es que siempre se pueden colar agentes tipo Jorge Mendes, que manejan a muchos jugadores, que conocen muy bien el mercado y que tienen la capacidad de exprimir a los clubes a base de comisiones.
Aún así, las empresas que generan energía con el gas que Mendes les ha inflado, tienen normalmente otras formas de generar energía y que venden al mercado. Éstas ventas, al no estar cargadas de “primas de fichajes” y sin embargo ser pagadas al precio de como si lo estuvieran, deberían suponer un suculento negocio para ellas. Es decir, vender un Braithwaite a precio de un Cristiano Ronaldo. Y esto es así, pero sólo en parte; debido a un motivo algo difícil de entender pero que es la causa por el que muchas empresa eléctricas salen diciendo que esta situación a ellas no les beneficia.
Para explicar esto último que decíamos retomamos aquel símil en el que dijimos que las empresas generadoras de energía son los equipos de la cantera. ¿Por qué lo dijimos? Pues porque todas las empresas productoras tienen también en su grupo empresarial otra comercializadora, que, si recordáis, eran los primeros equipos, a la que por lo general venden de forma anticipada su energía a un precio fijo, evitando así ese mercado diario. Es decir, que por mucho que un jovencito despunte, tenga a Mendes como representante y haya otros clubes que le quieran hacer ofertas tentadoras, los derechos de esas perlas del filial los tendrán sus “mayores”, que son los que luego le sacan rendimiento a base de vender camisetas a los socios y aficionados. Así pues, se podría decir que el “pescado está vendido” con mucha antelación. Y esos jugadores no se venderían al precio de mercado, por tanto todo este lío a sus clubs les sería transparente. ¿Todo?, pues veremos que no todo. Ya hemos dicho que esto no era simple…
Por lo general las empresas comercializadoras, tiran de cantera lo máximo posible, en eso tienen lo que llamaban “ADN Barça”. Pero al igual que al Barça le pasó, con la cantera a veces no es suficiente. Hay lesiones de última hora, convocatorias internacionales o jugadores en baja forma y que por tanto, harán que los equipos necesiten ir al mercado para comprar jugadores en el último momento y a veces, cuando ese mercado se vuelve loco, como ahora, no queda otra que compras jugadores como Dembelé o Hazard a precios estratosféricos para el rendimiento que ofrecen y que realmente hacen mucho daño a las arcas del club.
Pero al igual que al Barça le pasó, con la cantera a veces no es suficiente
Además, algo que no se suele tener en cuenta y que iría también en descarga de esos “clubs” que compran jugadores, es la existencia de algunas reglas de la UEFA que dicen que, para aquellos jugadores que le “robaron” a algún equipo de barrio y cuyo coste de adquisición por tanto les resultó extremadamente bajo, como bajo es el coste del combustible para las energías renovables, y que sin embargo van a vender a precio de oro, pasado un tiempo, habrá que hacer un ajuste y devolver parte de ese ingreso desproporcionado para compensar al “sistema” del fútbol base. Eso pasa con la energía también. Es decir, que el negocio de vender jugadores no es tan redondo como a priori puede parecer para esos clubes vendedores. No obstante, todo sea dicho, siempre habrá clubes con activos sobrantes que, aprovechándose de esas necesidades de última hora o porque se les da realmente bien especular, serán capaces de vender un “Morata” o incluso un “Rambo Pétckovic” a precios millonarios sin que nadie les pueda echar nada en cara. Sacando suculentos beneficios a costa de unos indefensos aficionados que ven como un negocio, en algunos casos cuestionable, les acaba tocando su bolsillo.
¿Pensabais que con esto ya quedaba explicado el origen de los precios altos de la energía? Pues no. Ya dijimos que esto no era fácil. Hay otro tema que está afectando mucho a la factura y que son los derechos de emisión de CO2. Ese derecho de emisión de CO2, que está por las nubes, tanto en precio como físicamente, sería a grandes rasgos un complemento que se pide a ciertas energías que emiten altos contenidos de gases de efecto invernadero a la atmósfera para compensar los daños que estos generan.
Hay otro tema que está afectando mucho a la factura y que son los derechos de emisión de CO2
O sea, una especie de cuota o sanción que pagarían los equipos a las ciudades que los alberga para compensar los gastos que estos ocasionan a las mismas en forma de demanda de presencia policial los días de derbi, cortes de calles para facilitar los accesos, refuerzos de líneas de transporte público o servicios de urbanización de áreas cuando uno se lleva su estadio a las afueras, como pasó con el Metropolitano. Este tipo de cuota debería haber servido para contener o minimizar la creación de esos inconvenientes, pero la realidad es que se acabaron convirtiendo en un producto especulativo financiero más con el que se adquiere el derecho a “molestar” de forma legal a cambio de pagar un dinero, que encima es el propio socio, a la vez que ciudadano, quien lo financia.
Y con esto entonces, ¿ya estaría todo pagado? Pues como bien os imaginaréis, no. Absolutamente no. Falta el tema de los impuestos. Los impuestos serían como un señor al que cada vez que quieres ir al fútbol, ahora que ya se puede, tienes que llevarte subido a la chepa y encima pagarle su entrada porque son aproximadamente un 50% del total de la factura. A cambio, eso sí, depende del día, te da buena conversación, te paga las cervezas y cuando estás en apuros es alguien al que seguramente podrás llamar para que te eche una mano. Si es justo que le pagues la entrada entera o si bastaría con que le pagases la mitad o un cuarto, pues eso ya va por barrios y seguramente entraríamos en un debate político que no se resolvería ni en dos artículos como este. Además, probablemente ni siquiera se podría explicar con el fútbol.
Los impuestos serían como un señor al que cada vez que quieres ir al fútbol, ahora que ya se puede, tienes que llevarte de la mano a última hora y encima pagarle su entrada
Ahora sí, a grandes rasgos, ya estaría explicado de dónde salen los precios altos de la factura eléctrica que están llegando estos días a muchos “aficionados”. Esperamos haber ofrecido algo de luz, nunca mejor dicho, y que cada cual haya podido sacar sus propias conclusiones para llegar a identificar cuál es el problema, para así cargar todos los esfuerzos en la dirección correcta.
A nuestro modesto entender, dicha solución pasa por juntar a los equipos (empresas eléctricas) con la UEFA (los gobiernos), para que hablen con tranquilidad y cambien las reglas del juego. Unas reglas que, quizá sin mala intención, dejaron la puerta abierta para que se colasen esos “agentes” oportunistas, que no sólo sacan tajada sino que además se convierten en indispensables para el sistema.
Por tanto, hablamos de unas reglas que, como muchas reglas del futbol, se han ido quedando obsoletas y ha sido necesario adaptarlas, ya que en muchos casos son injustas y perjudican a muchas de las partes implicadas; no reflejando la realidad de las necesidades de los clubes y los aficionados. Mientras tanto, medidas de gracia que ayuden a bajar esa factura al gran público también son bienvenidas, sabiendo que son coyunturales.
Por último, ya solo nos queda apelar al famoso “fair play financiero” y rezar para que ningún “PSG” se lo salte, ya que, ante todo, éste debe estar presente cuando se trata de un tema de primera necesidad, que en este caso es aún más necesario que el futbol.
Super interesante!!!!!
Gracias!! Ojalá sirva para que la gente entienda mejor toda esta situación
Grandioso artículo, digno de enmarcar. Parece que la UEFA se está pensando en cambiar las reglas del fútbol, en concreto después del famoso ya fuera de juego de Mbappé el otro día contra la selección de Luis Enrique.
Es que las cosas cuando no están bien hechas lo mejor es cambiarlas !!