Los mundiales siempre han estado marcados por su contexto histórico. El Mundial de Qatar no es una excepción. Hacemos un breve recorrido histórico de los Campeonatos del mundo y como la geopolítica influyo en ellos. 

El mundial de fútbol de 2022 se ha disputado en Qatar. Por primera vez en la historia se ha jugado en el mes de noviembre. Algo verdaderamente inusual. La designación de Qatar como país organizador no estuvo exenta de polémica. El país del golfo es un Estado que no respeta la homosexualidad. No reconoce la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Su sistema político no se basa en el respecto de las libertades individuales de los ciudadanos. En definitiva, Qatar es un país en colisión frontal con los Derechos Humanos. Llevar el mundial de fútbol a tierras cataríes parece una osadía. Pero no podemos olvidar que Qatar es un estado muy rico, inmensamente rico.

A lo largo de la Historia, los mundiales de fútbol se explican por su interacción con su contexto. El de Qatar no es una excepción. Los momentos más bellos y también los más amargos de los campeonatos mundiales de fútbol describen una época y son el reflejo de los procesos geopolíticos que lo encuadran.

Los primeros mundiales se disputaron en la década de los años treinta del siglo XX. Uruguay e Italia fueron los grandes protagonistas. El país sudamericano fue el primer organizador y también el primer campeón. Italia consiguió dos entorchados, uno como anfitrión y otro con una épica victoria en Francia en 1938.

A lo largo de la Historia, los mundiales de futbol se explican por su interacción con su contexto. El de Qatar no es una excepción. Los momentos más bellos y también los amargos de los campeonatos mundiales de fútbol describen una época y son el reflejo de los procesos geopolíticos que lo encuadran.

Aquellos mundiales, conquistados por los transalpinos, tuvieron una figura política relevante, Benito Mussolini. Su autoritarismo influyó decisivamente en las victorias italianas. En 1934, como organizador del evento, condicionó todo para que la copa se quedara en casa. Mussolini quiso usar el fútbol y aquel mundial en su propio interés. Sabía que se trataba de una poderosa herramienta de exaltación ideológica. Los éxitos deportivos de Italia proyectarían al mundo las bondades de su sistema fascista. En 1934 el campeonato se tiñó de dudosas decisiones arbitrales. Obviamente en todas ellas Italia salía beneficiada. La selección azzura terminaría proclamándose campeona del Mundo. La satisfacción de Mussolini fue total.

Cuatro años más tarde, en 1938, el Mundial se disputaría en Francia. Italia consiguió clasificarse de nuevo para la final del campeonato. Aquel partido se disputaría en Paris. Los jugadores de la selección italiana lo jugaron sabiendo que, si no ganaban, morirían. El 19 de junio de 1938, horas antes del enfrentamiento entre Italia y Hungría sonó el teléfono en el hotel de la selección transalpina. Al otro lado del aparato se escucha una voz autoritaria que pregunta por Vittorio Pozzo, entrenador italiano. Aquella voz era la de Benito Mussolini que sólo dijo una cosa al adiestrador: Vencer o morir.

Aquellos mundiales estuvieron marcados por el ambiente prebélico y por Benito Mussolini. Fueron Mundiales con gran influencia fascista. Un ejemplo de lo que se vivía en Europa en aquella época. El auge de los movimientos nacionalistas, autoritarios y de corte fascista parecía imparable en la década de los treinta. Todo ello explosionó con la II Guerra Mundial.

Entre 1939 y 1945 el mundo vivió un conflicto militar en el que se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo. Agrupadas en dos alianzas militares enfrentadas: Los Aliados, por un lado, y las potencias del Eje por el otro.

La II Guerra Mundial produjo más de cien millones de muertes. El mundo se olvidó del fútbol y de los Mundiales. La realidad es que la década de los cuarenta fue una etapa terrorífica de nuestra historia. A medida que las tropas alemanas invadían y ocupaban cada vez más territorio en Europa, la Unión Soviética y el norte de África, las políticas raciales y antisemitas del Tercer Reich se volvieron más radicales. Entre 1933 y 1945 la Alemania nazi y sus colaboradores organizaron la persecución y aniquilación sistemática, de judíos, romaníes (gitanos), discapacitados y cualquier disidente ideológico al nazismo.

La II Guerra Mundial produjo más de cien millones de muertes. El mundo se olvidó del fútbol y de los Mundiales. La realidad es que la década de los cuarenta fue una etapa terrorífica de nuestra historia.

La victoria aliada supuso el fin de la barbarie. El mundo ya no volvería a ser igual. El horror vivido lo cambió todo. En 1948 se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un ideal común para todos los pueblos donde se estableció los derechos fundamentales que deben preservarse alrededor del mundo. Respeto, tolerancia y libertad en contraposición a cualquier tipo de violencia.

A pesar del reconocimiento público de derechos fundamentales, el mundo no se convirtió en un espacio de paz. Tras la Segunda Guerra Mundial surgen dos modelos de sociedad. Por un lado, existe el bloque occidental capitalista, encabezado por Estados Unidos. En contraposición a él, un bloque comunista abanderado por la Unión Soviética. Occidente, mayoritariamente consolidará democracias parlamentarias, con economías de mercado. En contraposición la Unión Soviética y sus países satélites optaron por un modelo político de partido único. El Partido Comunista será el eje del sistema. Su modelo económico se basará en la planificación estatal. La tensión entre estos bloques produjo un conflicto, que, si bien nunca llegó a ser bélico, será constante durante décadas. Comenzará el periodo conocido como la Guerra Fría.

Occidente transitó rápido por los ejes marcados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las catastróficas consecuencias de la II Guerra Mundial dieron paso a un periodo de bonanza. Los países occidentales alcanzaron importantes cuotas de desarrollo económico. El fútbol y los mundiales volvieron en 1950. Brasil organizó aquel primer mundial después de la guerra. Un campeonato que pasará a la historia por el “Maracanazo”. Uruguay contra todo pronóstico venció en Maracaná a la selección anfitriona.

El auge económico de la segunda mitad del siglo XX desarrolló el bienestar social en la Europa Occidental. Los cambios en los modos de vida potenciaron la práctica del deporte y su repercusión mediática. Fue en esta época cuando el fútbol se consagró como el deporte rey en el mundo. En este contexto muchas naciones europeas, se dispusieron a organizar Campeonatos Mundiales de Futbol. Suiza, Alemania, Suecia o Inglaterra llevaran a sus estadios los partidos del Mundial. En Latinoamérica, Chile en 1962 y México en 1970 también fueron sedes mundialistas. Países que en ese momento tenían sistemas democráticos contrastados.

Hasta la década de los años setenta, los mundiales habían siempre convivido armoniosamente con espacios democráticos y respetuosos con los Derechos Humanos. Sin embargo, a finales de los setenta todo va a cambiar. La geopolítica del mundo quedará marcada por dos factores, la Guerra Fría y la Crisis del Petróleo.

Las catastróficas consecuencias de la II Guerra Mundial dieron paso a un periodo de bonanza. Los países occidentales alcanzaron importantes cuotas de desarrollo económico. El fútbol y los mundiales volvieron en 1950.

La guerra del Yom Kippur en 1973 desató una crisis energética sin precedentes. El precio del crudo subió más de diez puntos en menos de seis meses, lo que provocó una grave recesión a nivel mundial. En este contexto económico y con el marco de las relaciones internacionales que establecía la Guerra Fría, Estados Unidos comenzó a “tolerar” regímenes contrarios a los Derechos Humanos.

Estados Unidos quería evitar la expansión del comunismo soviético a cualquier precio. Por eso intervinieron en la política de varios países latinoamericanos, suministrando armas o dando apoyo a golpes de estado para derrocar a los gobiernos de izquierdas en Latinoamérica. Esta operación se denominó “Operación Condor” y su ideólogo fue Henry Kissinger, secretario de Estado de los Estados Unidos entre 1973 y 1977.

En este ambiente, el Mundial de futbol de 1978, se va a disputar en Argentina. Un país que en aquel momento estaba gobernado por militares. Un régimen autoritario y trágicamente sanguinario. El 24 de marzo de 1976 una junta militar derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón e instauró una dictadura que se prolongó hasta el 10 de diciembre de 1983.

El presidente de aquella infausta Junta Militar, Jorge Rafael Videla, al igual que Mussolini en 1934 uso el Mundial para glorificar su régimen. Argentina ganaría aquel campeonato. La final la disputó frente a la Naranja Mecánica. Johan Cruyff, capitán y estrella holandesa se negó a jugar ese Mundial, en señal de protesta. Mientras Kempes y Pasarela llevaban a la albiceleste a la gloria, miles de argentinos vivían en la penumbra de las prisiones. Otros muchos habían desaparecido ya. El fútbol en aquel Mundial se jugó en un campo de represión y estuvo teñido de sangre.

A finales de los años setenta era difícil disputar un Mundial en Sudamérica en un régimen democrático. Argentina no era una excepción. La operación cóndor había plagado todo el continente de dictaduras militares.

A finales de los años setenta era difícil disputar un Mundial en Sudamérica en un régimen democrático. Argentina no era una excepción. La operación cóndor había plagado todo el continente de dictaduras militares.

En aquellos años la FIFA estaba presida por una figura compleja, João Havelange. Un dirigente que se negó a llevar el Mundial a países del bloque soviético pero que no tuvo reparos en que el Campeonato del mundo se disputara en países con regímenes militares o de dudosa calidad democrática. El Mundial de 1982 fue designado a España. La elección se produjo cuando los designios de nuestro país estaban en manos del General Francisco Franco. Por fortuna, aquel Mundial se disputaría en democracia. En 1978, España aprobaría una Constitución democrática. Gracias a ello el Mundial volvió a jugarse en un país libre. Olvidando el bochorno de Argentina 78.

El Mundial de 1986 fue designado inicialmente a Colombia. La elección se realizó en 1974, cuatro años después de las elecciones colombianas de 1970 que alzaron a la Presidencia de Colombia al conservador Misael Prastana. Aquel proceso electoral tuvo siempre sospechas de fraude. Los Organismos internacionales detectaron grandes irregularidades que favorecieron al candidato ganador. Aquello no supuso un problema para la FIFA, que designó a Colombia país organizador del Mundial de 1986.

Finalmente, Colombia, renunció a la celebración de aquel Mundial. No tuvo capacidad para cumplir los requisitos exigidos para la organización. En 1983 se designó a México como sede del campeonato. El mundial de 1986 encumbraría a Diego Armando Maradona. Dejándonos el gol más impresionante de la historia de los Mundiales. El diez argentino regateó él solo a la práctica totalidad del equipo inglés. Un partido cargado de emotividad entre ingleses argentinos. Cuatro años después de la Guerra de las Malvinas.

En 1990 el Mundial se disputaría en Italia y la figura de Maradona volvió ser el epicentro de todo. El jugador del Napoli llevó a Argentina de nuevo a la final. En aquel partido insultó a los tifosi. Llamó a la rebelión del marginado sur de Italia y cavo su propia tumba. Irritó a la FIFA, a los aficionados y sobre todo al Estado Italiano. Un año después Maradona abandonaba Italia, acusado de evadir impuestos y tras dar positivo por cocaína en un control antidopaje.

Foto: FIFA

La FIFA y João Havelange fueron implacables con el astro argentino. Lo sancionaron dos años sin poder jugar al fútbol. Maradona no volvería a ser el mismo. A pesar de que todavía jugaría un Mundial más, el Mundial de 1994 que se iba a celebrar en Estados Unidos.

Aquel mundial, era el primero tras la disolución de URSS. La Guerra Fría había acabado. El mundo se dirigía a una globalización universal. El deporte rey y sus mundiales llegaban a la tierra del deporte espectáculo. Estados Unidos 94 lo cambió todo para siempre. Sin duda aquel campeonato plasmó la idea de torneo que João Havelange había diseño durante más de treinta años.

Havelange adoptó una conducta empresarial y comercial respecto a los Mundiales de fútbol, promovió la oferta publicitaria en los estadios, la publicidad en ropas deportivas y rentabilizando las transmisiones televisivas del torneo

Havelange adoptó una conducta empresarial y comercial respecto a los Mundiales de fútbol, promovió la oferta publicitaria en los estadios, la publicidad en ropas deportivas y rentabilizando las transmisiones televisivas del torneo. La FIFA cuatriplicó sus rentas y las corruptelas empezaron a ser parte de su gestión ordinaria.

EEUU 94, llevó los Mundiales a la meca del capitalismo. Marcas como Pepsi, MasterCard o Budweiser vieron el potencial del torneo más importante del deporte rey. A partir de ahí los mundiales empezarían a ser cada vez más un mercadillo inmenso de consumo y cada vez menos un simple evento deportivo.

A partir del 2000 el mundo entraba en la era de la Globalización. En aquel contexto los países emergentes, comenzaron a revindicar su relevancia estratégica. Muchos de estos países lo hicieron también organizando su propio Campeonato Mundial de Futbol. Corea y Japón tuvieron su Mundial, como también lo tuvo Sudáfrica y más tarde Brasil. Incluso, Rusia, que en 2018 no era visto como una amenaza mundial organizó el Campeonato del Mundo de Futbol.

La FIFA no tuvo ningún reparó en que Vladimir Putin entregará en Moscú la copa de campeón del mundo. Hoy, sin embargo, Rusia es el único país excluido de las competiciones internacionales de fútbol. El motivo podría ser la invasión de Ucrania. Pero esta razón podría aplicarse también a Israel a Yemen o Myanmar. Realmente, Rusia está excluida de cualquier competición porque el contexto geopolítico da razones para ello.

A partir del 2000 el mundo entraba en la era de la Globalización. En aquel contexto los países emergentes, comenzaron a revindicar su relevancia estratégica. Muchos de estos países lo hicieron también organizando su propio Campeonato Mundial de Futbol. Corea y Japón tuvieron su Mundial, como también lo tuvo Sudáfrica y más tarde Brasil. Incluso, Rusia,

Hoy el mundo es beligerante con un sátrapa como Vladimir Putin. Autoritario e irracional presidente de Rusia. Sin embargo, no tiene problemas en que Qatar organice un Mundial. El mensaje es claro el dinero catarí está por encima de cualquier derecho.

Qatar es un país pequeño, pero inmensamente rico. Su historia reciente está marca por el petróleo, el gas y un golpe de Estado. A principios del siglo XX, Qatar era un protectorado británico que basaba su economía en la pesca de perlas. Cuando en Europa el mercado de perlas colapsó Qatar se vivió abocado a la pobreza. Pero en 1939 se descubrió petróleo en Dukham, aquel hallazgo cambiaría para siempre la historia del país. En la década de los cincuenta del siglo XX la familia Al-Thani que dirigía los designios de Qatar comenzó la modernización del país. Los ingleses seguían administrando Qatar, pero su presencia era cada vez menor. En 1971 los británicos abandonan Qatar definitivamente. Si bien, en un principio Qatar se integró en los Emiratos Árabes al poco tiempo consiguió su independencia total.

En 1972, Qatar sufrirá un primer golpe de Estado, Khalifa bin Hamad derrocará a su padre. El nuevo gobernante potenciará el desarrollo del país. En los primeros años de su gobierno se descubren la reserva de gas natural más grande del mundo, el South Pars-North Dome.  Sin embargo y a pesar del desarrollo conseguido en los años ochenta Khalifa bin Hamad es derrocado consecuencia de la crisis del petróleo.

Sheikh Hamad bin Khalifa Al-Thani, dará un golpe de estado para hacerse con el control del país. Su llegada al gobierno supuso la explotación del yacimiento de gas de South Pars-North Dome. Convirtiendo a Qatar en exportar de gas y granjeándose la amistad con EE. UU. Permitiendo incluso a los americanos construir una base militar en suelo catarí. Con la llegada del siglo XXI Qatar tuvo un crecimiento exponencial en su PBI. Sin embargo, su convivencia en el Golfo Pérsico no fue fácil. En 2017 Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Bahréin y Egipto impusieron un bloqueo a Qatar, acusándole de fomentar el terrorismo internacional. El bloqueo duro tres años, pero la economía catarí apenas lo sintió. En 2021 se llegó a un acuerdo poniendo fin a las tensiones en la región.

Que hoy Qatar organice un mundial es el reflejo de nuestro contexto histórico. Su designación estuvo plagada de corruptelas y sobornos. Así lo han demostrado los tribunales estadunidenses y suizos. La construcción de las instalaciones y de la infraestructura propias de un Mundial se han hecho sin las condiciones laborales mínimas exigibles. Los sindicatos están prohibidos y los derechos laborales son nulos.

Qatar es un país que no respeta mínimamente los derechos de las mujeres. Persigue la homosexualidad y no permite las libertades de culto. Es la antítesis del mundo del siglo XXI

Miles de personas han muerto construyendo el parque temático de este Mundial. La inmensa mayoría de estas muertes corresponden a emigrantes de India, Irán o norte de África. Personas que escaparon de sus países buscando una vida mejor. Porque no debemos olvidar que solo el veinte por ciento de la población en Qatar es nacional.

Qatar es un país que no respeta mínimamente los derechos de las mujeres. Persigue la homosexualidad y no permite las libertades de culto. Es la antítesis del mundo del siglo XXI. Que hayamos visto un mundial en Qatar evidencia que en nuestro tiempo el dinero todo lo puede. Los petrodólares hoy están por encima de derechos y libertades. Una vez más las miserias del mundo han manchado al fútbol. Ojalá un día el fútbol sea el contrapeso que mueva el planeta hacia espacios mejores. Desgraciadamente, el fútbol con su Mundial de Qatar nos muestra nuestro terrible contexto histórico.

2 thoughts on “El contexto histórico de un Mundial

  1. joder, chapeau, Luis. El artículo es inmenso, aunque vas de más a menos. Te conviene releer la segunda parte, porque hay bastantes errorcillos de imprenta, que en nada empañan tu gran visión sobre el tema. Da gusto leerte
    Se ve que al final estabas un poco gripado de haber escrito tanto. Me parece que lo que tienes dentro da casi para un libro
    Treméndamente interesante

  2. Excelente artículo. Muestra con crudeza y con rigor académico la cruel realidad del binomio contexto histórico y campeonato mundial de fútbol.
    Me ha encantado el estilo dinámico y claro de la narración, como un tiki taka del contexto y el fútbol. Sin duda es un precioso regalo para estas fiestas.
    Enhorabuena Luis y Feliz Navidad para todo el equipo de esférico.es

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