El pasado 11 de julio Argentina se proclamó campeón de la Copa América de fútbol. Hecho que cobra más relevancia aun porque es la primera Copa que gana Messi con Argentina. Un éxito personal del astro argentino que ha emocionado a su país y al mundo del fútbol.
La Copa América concluyó con victoria argentina. Una más, dirán muchos. Pero esta es totalmente diferente. Podría ser porque con este entorchado Argentina iguala a Uruguay como país con más victorias en esta competición, quince. Pero no es eso. La relevancia podría radicar en que la albiceleste pone fin a una sequia de años sin ganar un título. Su última Copa databa de 1993. Tampoco es eso.
Esta Copa América es diferente y única porque es la primera que gana Messi con Argentina. No es menos cierto que no es su primer título con su país. En 2008, el astro de Rosario conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín. A pesar de ello, Messi arrastraba una losa sobre su espalda.
Los más críticos con Lionel, fuera y dentro de Argentina, han recriminado con frecuencia que su palmarés no tenía ni Copa América, ni Mundial. Messi estuvo cerca en otras ocasiones. En el Mundial de Brasil rozó la victoria perdiendo en una prorroga agónica contra Alemania. En América, la Roja de Chile le quitó los laureles en dos ocasiones. Dos tandas de penaltis de infarto privaron de la gloria a Lionel.
Esta Copa América es diferente y única porque es la primera que gana Messi con Argentina
La ausencia de victoria con Argentina se había convertido en obsesión. Messi sucumbía a comparaciones dañinas. Maradona ganó un Mundial y Cristiano una Eurocopa. El rosarino no podía rebatir. Sin embargo, el pasado 11 de julio todo cambió. Messi por fin venció con su casaca albiceleste. La felicidad era total en el jugador del Barcelona. Finalmente y tras mucho pelear, había dado alegría a su país. Era feliz. Por qué no decirlo el fútbol había hecho justica con él.
Messi salió joven de Argentina. En plena pubertad se incorporó a la cantera del Barça. Era un niño en un país que no conocía, en una ciudad extraña y en un club de máxima exigencia. Como genio del futbol que es superó todas las dificultades.
En España su fútbol no pasó desapercibido. Antes de convertirse en figura mundial la Federación Española de Fútbol quiso que jugará con la camiseta roja de la selección. En Argentina, Messi era un gran desconocido. No contaban con él para la albiceleste. Fue el empeño personal de Lionel el que trunco los deseos de la Federación Española.
El afán de Messi era jugar con su país. Representar a la gente de su barrio de Rosario. A los argentinos de todos los rincones. En definitiva, su sentimiento fue determinante para que Argentina pudiera contar con él en su selección.
Por todo esto, las criticas y los desprecios que ciertos aficionados argentinos vertían sobre él saturaban al astro. A él y muchos aficionados al fútbol de buena fe. Messi quería a Argentina. Lo había demostrado. Ganar o perder es parte del juego. El sentimiento sin embargo se profesa o no. En Messi estaba claro. No debería haber dudas.
El fútbol muchas veces es esquivo al esfuerzo. Pero alguna vez premia con justicia. Messi tenia que ganar con Argentina. Por todo lo que había dado al fútbol la pelota se lo debía. Por fin sucedió. Messi tuvo la recompensa que tanto merecía.
Sus compañeros de selección sabían lo que estaban viviendo. No solo querían ganar, querían ganar con él.
El mundo del fútbol era consciente de ello. Compañeros, rivales, entrenadores sabían que tenía que llegar. El 11 de julio de 2021 Maracaná vio lo que todos esperaban. Rivales como Neymar y Casimiro reconocieron, aun en la derrota, la valía del triunfo de Messi con su querida Argentina.
La imagen final del partido fue sentimiento puro. Cuando el árbitro, el uruguayo Esteban Ostojich, pitó el final del encuentro, Messi se desplomó de rodillas y miró al cielo. En ese instante sus compañeros de selección fueron todos a abrazarle. Sabían lo que estaban viviendo. No solo querían ganar, querían ganar con él.
La Copa América 2021 pasará a la historia. Será recordada para siempre. El fútbol se lo debía a Lionel Messi. Por una vez el fútbol hizo justicia.
Messi pagó con su genialidad la desidia argentina de armar un “equipo”. Parece que ahora hay una brisa de cambio. Desidia, problemas estructurales (la selección es de “extranjeros, todos juegan fuera y juntarlos es una quimera) y la arrogancia de creer que con Él solamente se podía ganar. Así nos perdimos tantos años desaprovechando su fútbol. Pero lo fácil era no ver el motivo, no trabajar en pos de un modelo y entonces”la culpa” era de él .
Así y todo, jugó 3 finales continentales y una mundial. Extraña forma de pensar tenemos en Argentina, cuando los políticos que te llevan a la miseria siguen siendo aclamados y Messi seguía siendo injuriado por no haber ganado “él sólo” a once rivales.
Gracias Sergio por tu visión y luz sobre Messi. Los que conocéis bien Argentina podéis explicar y trasmitir lo que soporto Messi tantos años
Luis, excelente tu artículo de homenaje por la Copa América de Messi.
No somos aún conscientes de la magnitud de la gesta. Es el Maracanazo del Siglo XXI.
Ganar contra todo pronóstico el campeonato al eterno rival, en su cancha icónica y frente a toda su constelación de estrellas que, visto lo visto, antes de empezar el partido, ya se sentían campeones por su “innegable superioridad”.
Para quienes critican que Messi “no hizo nada” en el partido final, debemos recordarles que un campeonato no es un sólo partido, que Messi estuvo desatado en todos los partidos previos y que el partido final lo jugó tocado. Por todo eso, y por justicia, lo eligieron el mejor jugador y goleador del campeonato. Sin duda muy acertado el título de tu artículo: La Copa de Messi.
Además, es el mejor homenaje del fútbol argentino a Maradona en el año de su partida.
Luis, para quienes amamos el fútbol y admiramos al Genio Messi, aún nos queda la (delgada) esperanza de que el próximo año puedas escribir otro hermoso artículo: La Copa Mundial de Messi.
Gracias Emilio por tu comentario. Se ve tu inmenso cariño y amor por Messi. Puede que el destino haya guardado lo mejor de Lionel para el final de su carrera